He aquí una aparente secuela de la exitosa comedia que fue, en cine, ¿Qué pasó ayer? (2009), con la memorable resaca o goma de un grupo de amigos en Las Vegas, donde celebraban la despedida de soltero de uno de ellos. Este filme de hoy, con los mismos actores y director (Todd Phillips), trae el título homónimo con un número dos para indicarnos eso, que es una secuela.
Sin embargo, he dicho que es solo aparente continuación de la primera entrega, porque –en realidad– lo que tenemos parece o semeja más un refrito del primer filme, paso a paso. El cambio es solo geográfico: de Las Vegas a Tailandia, ah, y de que el casadero es otro de ellos: ahora es Stu.
Como resumen del argumento les puedo contar que Phil (Bradley Cooper), Stu (Ed Helms), Alan (Zach Galifianakis) y Doug (Justin Bartha) viajan a la éxotica Tailandia, porque allí se casará Stu (se abandona el final romántico de la primera película: el amor entre Stu, sin diente, y una prostituta bella y maternal). Si a algo le tiene miedo el novio es a que pase lo mismo de Las Vegas.
En efecto, después de la anterior e inolvidable despedida de soltero, Stu no quiere riesgos y solo propone un almuerzo tranquilo antes de la boda. No obstante, las cosas no siempre salen como están previstas. Dictan más los libretistas de la película que los personajes y, por eso mismo, lo de Las Vegas va a suceder en Bangkok. ¡Pobre Stu! ¡Y pobres de nosotros, porque los guionistas lo único que hacen es exagerar los sucesos y ridiculizarse a sí mismos!
Es la misma mona con distinto rabo, con más malacrianzas en los diálogos y en las situaciones: el filme se vulgariza a grados de pachuquería, sin emoliente alguno, desde un aceptable diseño de producción, con buen ojo comercial y sin ninguna construcción narrativa coherente. El filme parece barco a la deriva para recalar, al final, como una lancha en cualquier banco de arena.
