Si quiere apoyar a Letras- Uruguay, done por PayPal, gracias!! |
Oz el poderoso
(2013) Crítico
de cine La Nación |
|
“Precuela”: esta es una palabreja que aún no tiene presencia en el diccionario académico de nuestra lengua. Se usa en cine para referirse a una película exhibida luego de un filme original, pero cuya trama se ubica antes, o sea, son los orígenes de esa historia original. Así entonces, el estreno ahora de Oz el poderoso (2013), cinta dirigida por Sam Raimi, es una “precuela” con respecto a esa película de culto titulada El mago de Oz (1939, de Víctor Fleming), de inolvidable actuación con Judy Garland, como Dorothy, y con la presencia de tres personajes perennes: el león cobarde, el hombre de hojalata sin corazón y el espantapájaros sin cerebro. En lo que se refiere a Oz el poderoso, tiene un comienzo que hace homenaje –de alguna manera– a la cinta de 1939 y nos narra la historia de un truculento mago, Oz, quien debe huir de un circo en un globo. Una vez en el aire, es atrapado por un tornado que lo lleva a un reino en algún lugar más allá del arcoíris. La aventura que sigue es narrada de manera desigual. Tiene algunos momentos intensos, pero con secuencias intrascendentes y hasta aburridas, como si el argumento se frenara para que nos detengamos a admirar la desmesurada glosa plástica del relato: es puro boato y lujo visuales. Tal es el problema medular de la película: el decorado o el paisaje no se muestran como suerte de glosa plástica del relato, sino como un fin en sí mismo, revelado en exceso. El asunto es que, fuera del documental, el cine es narración. Eso es básico y no se cumple con este filme. En Oz el poderoso, la poca intensidad dramática y el desarrollo monocorde del relato se desnudan con sus débiles diálogos, simple parloteo de loras, de esas que hablan mucho sin el mayor sentido, con secuencias tan largas que el ritmo se pierde como bailarines sin caderas. Aún más, el cine es narración y representación. Con la pérdida del criterio narrativo, aquí las actuaciones van a la deriva y todo el elenco se pierde sin remedio, sin que el director Sam Raimi haga ningún esfuerzo para evitarlo. Lo que queda es el exagerado cromatismo de las imágenes, una colorida serie de estampas paisajísticas o de personajes adobados con vestuarios extravagantes, parte de ese entramado visual concebido como fin primero y último de esta cinta, imágenes que terminan por ser redundantes en su pretendida exquisitez. De esa manera, Oz el poderoso es cine que pierde rigor y autenticidad, incluso con su música tan solo funcional. Es cine pulcro para su acabado formal, a lo sumo, pero es emocionalmente hueco y cinematográficamente plano. |
OZ EL PODEROSO
Título original:
Oz: The
Great and Powerful
|
por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
Ir a índice de Cine |
Ir a índice de Venegas, William |
Ir a página inicio |
Ir a Índice de escritores |