|
El director Brad Bird regresa como los grandes; aunque,
la verdad, como tal ha sido con el cine animado de estos tiempos. En
efecto, Bird es de los realizadores que han ayudado a que el cine
animado sea quien saque la cara por la gran industria: la de Hollywood.
Le corresponde ahora con otra película magnífica: “Los increíbles 2”
(2018).
Aparte de otros títulos, recordemos que a Brad Bird le debemos la
entrega del primer filme de esta familia especial con poderes aún más
especiales: “Los increíbles” (2004), primer título de lo que ahora busca
ser una saga. O sea, han pasado 14 años desde entonces y solo espero, al
menos yo, que no pasen tantos años para que el señor Bird nos dé una
tercera entrega.
En 14 años lo realmente nuevo, graciosamente nuevo, el punto alto del
filme, es la presencia del bebé Jack-Jack, de quien vemos cómo va
mostrando que también tiene superpoderes, poco a poco, como salen las
primeras palabras en un niño, tan igual como aprende a caminar o le sale
su primer diente, lo que causa siempre enorme gracia a los padres.
En este caso, las sorpresas de Jack-Jack son hilarantes, ¡es alucinante
este niño, lo más creativo y novedoso de “Los increíbles 2”! Doy por
sentado que todos podemos imaginar la alta calidad de animación que trae
esta película, sorprendente en absoluto. Sucede de tal manera que, con
toda su fantasía desbordada, aquello que vemos en pantalla parece real
(agreguen una música excelente en términos fílmicos).
Me atrevo a decir, incluso, que uno puede aplicar teorías de actuación a
los figurantes como si fuesen actores de carne y hueso, o sea, caer uno
en la trampa de hablar de “excelente dirección de actores” de parte del
gran Brad Bird. Parece una exageración, pero les garantizo que así lo
sentí.
Quedemos claros, en el aspecto visual estamos ante un portento fílmico.
En lo que se refiere a la trama y a su estructuración, ella siempre
aflora con el desarrollo justo (puntual), incluso con el cambio de
espacios, cuando el señor Increíble debe quedarse en casa con la
responsabilidad hogareña, mientras su esposa cumple ella sola la tarea
de convertir en legales las acciones de los héroes mutantes, lo que la
enfrenta a un antagonista sólido y escondido en otra personalidad (dato
que aquí no puedo revelar).
Igual, desde el aspecto narrativo, están muy bien
manejadas las diferentes áreas de los héroes mutantes con respecto a sus
personajes humanos: el padre convertido en sujeto hogareño, la
adolescente enamorada, el niño con problemas académicos de la escuela y
la madre preocupada por el bebé. Ellos son quienes esconden a los otros
con uniformes, antifaces y poderes. En su orden, Bob, Violeta, Dash,
Helen y Jack-Jack.
|
|
 |
|
Una secuela que es capaz de
sorprendernos como la primera película. |
|
