El ensayista mexicano Alfonso Reyes definió la jitanjáfora como un enunciado carente de sentido para sacar resultados eufónicos. A nuestro díscolo Satanás se le ha escrito esta rica jitanjáfora, de parte del escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias (en El señor presidente): “¡Alumbra, lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre, sobre la pobredumbre! ¡Alumbra, lumbre de alumbre, sobre la pobredumbre, Luzbel de piedralumbre!” Hoy, nuestro sufrido demonio se ha devaluado bastante; sin embargo, ahora llega una película de bajo presupuesto que lo quiere poner en sitio más tentador. Se trata  La reunión del diablo (2010), de John Erick Dowdle, con imágenes mañosas a partir de un guion al que se le ven los hilos sueltos. Este guion viene de un cuento del conocido M. Night Shyamalan. El objetivo de esta cinta es entretener, pero logra –además– ser aceptable. Es cinta bien narrada desde sus luces y sombras, sorpresa con el diablo recogiendo almas en el ascensor de un edificio.