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Hércules (2014)
Crítico de cine La Nación |
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He aquí otra película de superhéroes, solo que esta no sucede en Nueva York ni en Chicago. Eso sí, llena de efectos especiales y con poco seso en el guión, como en casi todas ellas. En este filme, el superhéroe del caso no sabe que, más bien, él es un semidiós.
Esta “peli” tiene como título Hércules (2014) y viene dirigida por Brett Ratner. Obvio que el título dice de cuál superhéroe se trata, un tanto más musculoso que los titanes futuristas (con ayuda del trucaje digital). ¡Ah!, y llega desde un cómic planteado por el británico Steve Moore (fallecido en marzo de este año).
Dicho cómic se titula Hércules: La guerra de Tracia y es también el nombre original de este filme. La idea de la trama es escaparse bastante de lo más sabido de la historia del héroe mitológico primero llamado Alcides y luego Heracles o Hércules. Más bien, este fue un personaje bondadoso, según el mito.
Según la mitología, Hércules es ejemplo de fuerza, vigor sexual, valentía y pureza. Bien se le identifica como héroe olímpico. En la película de hoy, con ayuda de la pésima y hasta risible actuación de Dwayne Johnson, este “héroe” no pasa de ser un mercenario que vende su fuerza y su estupidez. Hasta resulta antipático. |
Según el pésimo diseño del personaje, como sujeto atormentado por asuntos del pasado, el Hércules de este filme no es chicha ni limonada. Más bien es personaje sin carisma y, si se quiere, tan incoherente como la trama misma del filme. Sobre su mítico vigor sexual, las imágenes son bastante asépticas.
Con Hércules, la película, es difícil creer que un héroe de calidad súper sea tan poco listo. Sí, en efecto, el personaje es tan tonto como el argumento que discurre durante cansados 98 minutos, donde las batallas se alargan innecesariamente para dar lugar a los efectos especiales y a una tramposa tercera dimensión.
Es cierto: aquí el 3D sirve de nada para realzar algún aspecto del filme. Solo es gancho para encarecer el boleto. Esta película ni siquiera llega a tener aquella simpatía de las cintas con héroes mitológicos en la época del cine péplum (túnicas y espadas propias de la antigüedad greco-romana).
Como paréntesis, el concepto de péplum para ese tipo de cine fue creado por un crítico: el francés Jacques Siclier. Bien, de vuelta con el actual filme Hércules, tampoco el actor Dwayne Johnson logra convicción con su personaje, ni siquiera la persuasión del recordado Steve Reeves con la película Hércules, de 1958. Eso que Reeves no tenía mayores dotes histriónicas.
Lo único salvable en este filme tan mal dirigido es la música de Fernando Velázquez. Nada más. Asuntos importantes del péplum, como decorados, vestuario, composición en las batallas, sensación de movimiento y ritmo, con este Hércules son menos que baratijas.
La película está plagada de ausencias narrativas (exceso de tiempos muertos). En sí misma es repetitiva y mal ordenada. Sus personajes, paisajes y sucesos están vistos con perspectiva unívoca: ¡algo hay que poner delante de la cámara para que la gente pase por las boleterías!
Este cine se llena de efes: filme feo, filme flojo, filme frágil, filme frío, filme falso, filme farsesco y filme farragoso: es tontera convertida en mala película.
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La leyenda de Hércules | Trailer subtitulado
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HÉRCULES
Título original:
Hercules: The Thracian Wars
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por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
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