Por ser el nuestro un país monocultivado en cine, sucede que las salas, los videos y hasta la piratería callejera se llenan con el cine de Hollywood, para bien y para mal. Así, las películas de otras cinematografías, incluida la latinoamericana, nos resultan del todo periféricas.
Ahora está en cartelera, solo en el cine Magaly, un extraordinario filme como lo es En un mundo mejor (2011), película sueco-danesa, dirigida por la también extraordinaria realizadora danesa Susanne Bier, quien se declara seguidora del movimiento Dogma’95, corriente vanguardista del cine.
Dogma’95 busca escaparse de los grandes avances tecnológicos que han venido a alterar lo narrativo del cine y su arte de la representación. En todo caso, el ejercicio estético de Susanne Bier es distinto al de, por ejemplo, Lars von Trier. La narrativa de Bier es más ágil, menos enigmática y más sutil en la mostración de sentimientos. De Susanne Bier, Artecine Lindora exhibió otro filme excelente, hace un rato, como lo es Después de la boda (2006).
A manera de paréntesis, aunque no me incumbe, ¿por qué el cine Magaly no recupera para su pantalla ese filme antes mencionado? De hecho, sé que se mantiene en las bodegas de Artecine Lindora.
Ofensa y perdón
En lo que respecta a Un mundo mejor, se trata de una película con valiosa intensidad emocional, cuya filosofía defiende la virtud del perdón, no importa la gravedad de la falta: a mayor sea la ofensa, mayor debe ser la tolerancia. La caracterización de los personajes resume dicha propuesta.
No es solo la caracterización de los personajes, es la estética del filme completa: sin ligereza alguna, sin apresuramientos, con diálogos inteligentes, animosa puesta visual, solvencia fotográfica (desde cámara en mano al impactante primer plano), el subrayado de la banda sonora, el digno montaje y las inolvidables actuaciones.
¡Qué clase de actuaciones, de ellos y ellas, adultos y jóvenes! No encuentra uno el verbo superlativo para describirlas. La tensión del argumento está plenamente recogida dentro de los signos histriónicos del elenco de En un mundo mejor.
El filme narra una historia compleja (que no complicada) sobre el rechazo que sufre un niño (Elías) en la escuela, hasta que encuentra la solidaridad de un nuevo compañero (Christian). El problema es que este lleva su adhesión al extremo de la venganza: es su manera de expresar el dolor por la muerte reciente de su madre.
