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El
nombre de la directora de cine, Sofia Coppola, se abre espacio con su
filme “Perdidos en Tokio” (2003), aunque antes nos había dado “Las
vírgenes suicidas” (1999). Tres películas más y ahora regresa con un
excelente filme de insinuaciones destiladas, con el título de “El
seductor” (2017; “The Beguiled”).
Este filme pretende revisar y darle nuevo tratamiento a la película
homónima de Don Siegel, de 1971, con Clint Eastwood. Hoy, en manos de
Sofia Coppola, “El seductor” es más bien una expresión del
carácter contemplativo allegado al universo femenino.
Esta película ha escogido el trazo de
una bien lograda dirección artística, el aporte de una banda sonora
cargada de sensibilidad y el camino de la elegancia visual (¡vaya
fotografía tan buena la de Philippe Le
Sourd!), para narrar lo suyo desde la insinuación o desde la sugerencia.
Es posible que algunos conozcan la historia: una niña casi señorita
(excelente
Oona Laurence
como Amy)
encuentra a un soldado
malherido en un bosque en Virginia y lo lleva a un internado para
mujeres, donde quedan algunas por consecuencia de la Guerra de Secesión
en Estados Unidos, entre sureños y unionistas.
Lo que vemos son las distintas reacciones de las mujeres ante la
presencia inesperada de un hombre y la condición de macho de este,
engañador y violento si necesita serlo. Solo que la directora Sofia
Coppola no carga tintas ni dispara a quemarropa; por ejemplo, las
represiones sexuales habidas en sus personajes femeninos solo se
deslizan para saber de ellas.
Por supuesto que el clímax es como el grito de un elefante al llamar a
su manada; aún así, esta película busca encontrar el punto de narración
menos escabroso y mostrar que son las mujeres quienes llegan a controlar
la situación contradictoria, la de acercamiento y rechazo con respecto
al hombre que les ha roto la quietud.
Como me dijo alguien a la
salida, esta película de Sofia Coppola más que de pecados consumados, se
trata de tentaciones. Eso sí, un hecho determinado corta la calma del
río y tenemos una cabeza de agua que avasalla lo que encuentra a su
paso. Vale la comparación.
Lo cierto es que la intensidad del filme se encuentra en su exquisita
mesura, aunque parezca contradictoria esta afirmación. El refinamiento
estético de la película va en el mismo sentido e, incluso, sucede con
las buenas actuaciones, sobre todo de las mujeres y, de paso, uno puede
señalar que actúan mejor las actrices más jovencitas. |
