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El gran pequeño (2014)
Título original: Little Boy
¡Lágrimas!
He aquí una historia infantil en cine que cubre mucho y resulta dispersa
William Venegas
http://lahuelladelojo.blogspot.com/ 

Crítico de cine La Nación
San José, Costa Rica
wvenegas@nacion.com

El problema básico de la película El gran pequeño (2015), dirigida por Alejandro Monteverde (también coguionista), es el descaro total que tiene para manipular al espectador con sus arrebatos folletinescos, de melodrama desbordado como aguas en temporal.

Si uno toma distancia amorosa ante el filme y su trama, como le corresponde a un crítico de cine, se puede señalar en qué secuencias le toca llorar al público más sentimental. Al estilo de la televisión, solo falta que saquen un cartelito que diga “lágrimas” cuando corresponde.

La historia se presta para eso. Se trata de un niño con problemas de crecimiento, por lo que es objeto de burla del resto de la güilada. Le dicen “enano” (en la versión doblada), pero es más preciso el concepto de “little boy”, porque se une al nombre que se le dio a la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945.

La presencia de dicha bomba gravita en la trama hacia su final y, dicho sea de paso, de manera dudosa en cuanto a la valoración ética de ese terrible acontecimiento: el filme sugiere cierta alegría por el fin de la guerra de Estados Unidos con Japón, no importa el cómo. Esto se manifiesta con sus personajes.

Bien, el niño en cuestión se llama Pepper Flint Busbee y él está decidido a hacer lo que sea con tal de lograr el regreso de su papá, quien fue enviado a la guerra contra Japón. Según los consejos de un sacerdote, Pepper se hace amigo de un japonés a quien todos ven como enemigo en el pueblo.

Al rato se hace notoria otra condición manipuladora del filme, amén de su esencia lacrimógena, y es la de ser una especie de discurso católico bastante subrayado: es posible que lo reciban mejor los cristianos más convencidos y no otro tipo de espectador.

El texto religioso de El gran pequeño se convierte en consideración ideológica que trasciende lo anecdótico o narrativo para repercutir negativamente en la entraña del filme, exactamente en su desarrollo dramático. La película ni siquiera tiene la habilidad de la parábola, porque su discurso va al cuerpo del espectador.

Así, lo folletinesco (que es como echar sal en los ojos) y lo discursivo (como estar ante un sermón) conforman una unidad que nos lleva a un cine del todo conservador con sus tonos religiosos (el concepto tradicional de familia, por ejemplo, es el único que el filme da por válido).
En su contra va también la mala dirección de actores, por parejo, y sobre todo con el niño Jakob Salvati, monocorde con su rostro de niño infortunado; a su favor, el buen manejo de la música (pese a ser tanta) y de la fotografía, elementos claves en la bien lograda ambientación de los acontecimientos.

En general, es perceptible la debilidad narrativa del filme, por ser relato desordenado en algunos tramos, aunque también logra algunas buenas secuencias (el niño frente al mar y el pueblo que lo mira). Eso sí, ni las lágrimas de personas sensibles ni el aplauso católico de los muy devotos logran que El gran pequeño sea buena película: es apenas mediocre.

Tráiler Oficial - El Gran Pequeño (Subtitulado Español)

 

EL GRAN PEQUEÑO

Título original: Little Boy
México,
2015
Género:
Melodrama
Dirección:
Alejandro Monteverde
Elenco: Jakob Salvati, Emily Watson, Cary-Hiroyuki Tagawa

Duración: 100 minutos
Cines: Nova, Citi, Cinemark, CCM, Cinépolis
Calificación: DOS estrellas  ( * * )
  de cinco posibles

 

por William Venegas 
cocuyos@racsa.co.cr 
Gentileza de La huella del ojo 
http://lahuelladelojo.blogspot.com/   

 

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