Agua fría de mar
(2009) Crítico
de cine La Nación |
Al
fin se estrena, en San José, la película costarricense Agua
fría de mar (2009), dirigida por Paz Fábrega. Se ha exhibido en
distintos festivales en otros países y nos dicen que con buenos
resultados ante la crítica. Aquí se estrenó en la playa donde fue
filmada, en el Parque
Nacional Marino Ballena. Ciertamente hay una situación inicial: una niña que se pierde de su casa durante una noche, que duerme a la vera de la playa, y la muchacha que la encuentra. Hay un breve diálogo entre ambas que, por alguna razón, las marca. Nosotros continuamos viendo –de manera alterna– el suceder de poses poco intensas en ambas, hasta un nuevo encuentro entre ellas. Por momentos, el filme se acerca a las condiciones de los grupos sociales de ambas mujeres, con algún esfuerzo comparativo, pero ciertamente con pobreza etnológica en la capacidad de las imágenes para decirnos algo más. En este filme, la cámara está ahí, solo nos reproduce el ojo de la directora Paz Fábrega para “mostrar algo” e intentar alguna organización formal: la película es grata al ojo del espectador por la huella del ojo de la directora. |
Es
importante el trabajo de María Secco con la fotografía, quien sabe
plasmar la intención visual de la señorita Fábrega. Hasta ahí. Con
abandono importante de la banda sonora, muy pobre, y con actuaciones más
bien malas del elenco principal (se siente la novatada, la incapacidad de
los actores para ir adentro de sus personajes), el guion sufre de una catálisis
opresiva: el posible argumento comienza a disolverse en sí mismo, como
una reacción química donde nada se altera. El filme es solo una mirada superficial de algunas emociones poco intensas de sus personajes femeninos (la muchacha y la niña), por lo que Agua fría de mar nos pone en el punto exacto del aburrimiento. Las situaciones se caen como hojas secas de un árbol. El filme exprime su propio planteamiento tanto como una hormiguita lo hace de una enorme piedra. Los diálogos son poco interesantes, sin desarrollo propio; es tan así que hay partes habladas en inglés sin subtítulos y estos no hacen falta alguna. |
A
lo anterior, agréguese la pésima dicción de los histriones, capaces de
hablar sin que se les entienda lo que dicen. El resultado es una película
sin rostro, que pretende ser intimista, lo que no funciona por la
superficialidad con que plantea sus descripciones. Es filme sin
acontecimientos ni puntos de giro, ni siquiera con un clímax propiamente
dicho. Parece una copia ingenua y sin fuerza alguna del cine de Bergman o
de Tarkovski. Qué más quisiera uno que el éxito para cualquier producción nacional, pero Agua fría de mar se queda a medio camino, ni para allá ni para acá, entre cierto afán de corrección formal y la fallida pretensión de contarnos o decirnos algo, pero sin argumento no hay contenido, por más que nos hablen de “cine observacional” (fundado en la observación) o de “cine para personas inteligentes”. |
Este cine no se adentra en nada ni tampoco logra excitar la epidermis del espectador; su debilidad reside en la ausencia de una estructura lógica de sus ideas y resulta como atravesar un mar de agua fría con una barca sin remos ni timón. Su argumento está estirado más allá de lo razonable, es monocorde, lleno de tiempos muertos, donde las imágenes son el único esfuerzo por ofrecer un mínimo de dignidad artística. Aún así, es bueno que vayamos al cine a ver esta película, para confrontar criterios sobre el cine costarricense. |
Agua fría de
mar Costa
Rica, 2009 Género:
Drama Dirección:
Paz Fábrega Elenco:
Montserrat
Fernández, Lil
Quesada Morúa, Luis
Carlos Bogantes Duración:
79 minutos Calificación: DOS estrellas de cinco posibles |
por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
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