En la estación
escucho
al gallo.
Hacia el
Atlántico,
maquinista y fogonero
emprenden
su jornada
de rieles.
Algo ruge
al paso
del hierro.
El tren
va gastando
las horas
hasta cantar
la llegada
al mar.
Mucho
de mi infancia
permanece
en mis pupilas,
cuando emocionadas bañaron
la ventana
del vagón
en aquel
momento azul.