Seguridad Nacional en crisis |
El colmo de la irresponsabilidad. Un comando de narcotraficantes formado por cinco personas, se presenta en horas de la madrugada a los Tribunales de Justicia en Golfito y con todo el tiempo disponible para robar, se llevan un cargamento “en custodia” de 320 kilos de cocaína. Luego, huyen campantes del lugar una vez que han maniatado a los dos únicos custodios que había en el lugar. Pero no solo eso, la droga estuvo depositada en un cuarto de los tribunales varias horas o días, sólo resguardada por un llavín común y corriente, que con un puntapié, lo hubieran volado. Ahora lo de siempre, lo mismo que sucede en todos los casos de negligencia extrema. Unos le tiran la pelota a otros, como tratando de disipar, para que finalmente los asuntos serios de este país terminen en nada. Seguridad Pública se lava las manos olímpicamente al decir que el delicado asunto se encontraba en manos de la fiscalía y la fiscalía hace lo mismo. Mientras tanto, millones de colones irán a circular por todo el territorio nacional intoxicando y matando cada vez más a la juventud. No puede ser posible que un territorio por donde han entrado desde hace varios años, miles de drogas, no cuente a estas alturas con un protocolo de emergencia, en asunto de drogas, encargado de dar custodia especial a las mismas cuando son detectadas y que, habiendo buenas comunicaciones por tierra y aire, una droga no se envíe urgentemente a San José y sea depositada en un sitio seguro. Ahora, no se trata de si serán capturados nuevamente los narcotraficantes, y si esto llegara a suceder, ojalá así sea, lo celebren con rosas en el ojal y que luego continúen nuestras autoridades de seguridad una vida despreocupada. No, eso no puede ser así, pues lo que se debe hacer, a partir de hoy, es sentar las responsabilidades con todo rigor, independientemente de quien se trate, sean autoridades del Ministerio de Seguridad Pública o del Poder Judicial. Costa Rica no puede convertirse por estos hechos en una nación vulnerable, ni para narcotraficantes ni para hampones. Si esto no se arrequinta de una vez por todas, en este territorio, estaremos vendidos para siempre.Una hora o más tiempo después, cuando el comando narcotraficante había tenido suficientemente tiempo para escapar, se da la alerta, gracias a que uno de los “custodios” se quitó las ataduras, pero, la distancia de Golfito a la frontera es de media hora. Si para enviar la droga a un lugar seguro, como manifiesta un fiscal, existen normas y procedimientos que seguir, por qué motivo, ante la importancia que el delito tenía, no se aseguró desde un primer momento el edificio de justicia de Golfito con un cuerpo de seguridad bien armado y con orden de repeler a bala cualquier acción del narcotráfico y no como sucede ahora, que cuando ha pasado el tiempo, se ordena un despliegue de efectivos de la Fuerza Pública para que tomen la zona y formen los retenes.No es posible que los costarricenses nos encontremos en crisis de seguridad, sin recursos de ninguna índole, con el hampa haciendo todos los días su agosto. En nuestro país molestan, preocupan y atemorizan los crímenes pero igualmente, ver a un montón de inútiles casi embrutecidos tirados en nuestras aceras como consecuencia de la cocaína y otras drogas. |
Dr. Eliseo Valverde Monge
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