Invasión militar en pleno siglo XXI |
Que una nación, sin justificación alguna y en tiempos de paz, haga una invasión a territorio de un país hermano, es un acto totalmente descabellado en pleno Siglo XXI. En el caso nuestro, Nicaragua ha enviado a sus tropas militares a tomar posesión de tierras costarricenses pasando por alto que estas, están bien delimitadas por los tratados internacionales, aceptados por ambas naciones. No hallo ningún significado, excepto el interés de un gobernante que quiere llevar agua a sus molinos. El presidente Daniel Ortega está haciendo todo lo posible, a pesar de que la constitución de su país se lo impide, por obtener un tercer mandato presidencial, aunque para lograrlo, se valga de una bajeza injustificada como la usurpación de tierras fronterizas de su vecino que vive armoniosamente en paz y sin contar con ejército. No se le ocurriría a este valiente mandatario, hacer lo mismo hacia la frontera de otra nación vecina que sí cuenta con ejército, ni siquiera meterse un ápice de pulgada dentro de sus tierras, pues sabe muy bien que si así lo hiciera, sería repelido de inmediato y lo dejaría en ridículo. Es una irresponsabilidad presidencial, en especial, tratándose de una nación seria como la República de Nicaragua, tratar de extender su frontera a la fuerza, girando órdenes a su ejército de pasar a tierras costarricenses, e internar en ellas sus tropas, desconociendo la historia y sin respeto de los tratados y laudos internacionales reconocidos por ambas naciones. Me extraña también que organismos internacionales como la OEA, acusen no tener la fuerza suficiente para que sus recomendaciones se acaten. Qué gana nuestro país, en caso de que en este Foro Internacional no resuelva nada, con llevarlo a otras instancias dentro del mismo organismo, como la convocación de los cancilleres de las naciones que lo forman, si siempre, el señor Ortega hará burla de las decisiones tomadas por la OEA. Pero lo que más preocupa es lo dicho por su Secretario General, que ellos, en un caso similar, no podrán intervenir, debido a que sus recomendaciones no son de acato obligatorio por ninguna nación. Lo que se va a conseguir con estos irrespetos, es que ambas países acaben con una guerra en la que se pierdan miles de vidas sólo por una terquedad presidencial, y por la debilidad de los Organismo Internacionales, que de no hacer nada y no poder cumplir, demostrarían que no son útiles como lo fueron en el pasado y que ahora sólo consumen miles de dólares, pagados por las naciones afiliadas a ellos. Si por error grave o adrede, un soldado de la nación del Norte fuera herido en Isla Calero, costarricense, invadida por las tropas de Nicaragua, el presidente Daniel Ortega en su afán de protagonismo, podría solicitar al Congreso de su nación la declaración de guerra, alegando que ha corrido sangre en su “territorio” y todo, por la lentitud de los organismos que siempre creímos, serían jueces justos y razonables a la hora de tratar los conflictos internacionales. En un caso extremo, que espero no llegue a suceder, pues la OEA por unanimidad, aceptó las recomendaciones dadas por el Secretario General, sin duda, otras naciones se meterían en ambos frentes, con lo que se desataría una guerra de gran magnitud acabando, con la paz lograda en Centro América. Lo que más extraña, es que el conflicto que nos ocupa entre ambas naciones, no tiene una razón principal de ser, excepto la que busca don Daniel. Eso sí, de continuar los irrespetos haciendo caso omiso a las recomendaciones, sin duda, la amistad de dos pueblos hermanos que se quieren y se respetan, se iría por la borda. El problema más serio por el momento, son los daños que las tropas invasoras le están ocasionando a Costa Rica. Desafortunadamente para nosotros los costarricenses, nuestro gobierno ha cedido dos veces en los plazos dados a la OEA, demostrando hasta cierto punto nuestra debilidad. Sin embargo, nuestro presidente actual es la señora Laura Chinchilla, y es a ella, solo a ella, a quien le corresponde solucionar el problema. Estoy seguro que doña Laura lo va a conseguir. Espero en Dios que en estos días, se pueda llegar a una solución definitiva y pacífica, pues el ejército nicaragüense está introducido en territorio de Costa Rica contra la voluntad de todo un pueblo que respeta y ama la paz. |
Dr.
Eliseo Valverde Monge
La Prensa Libre (Costa
Rica) - 19 de noviembre de 2010
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