Estamos soñando en Costa Rica |
Hace sesenta años abolimos en nuestro país el Ejército Nacional que, para decir verdad, no lo teníamos, excepto en “papeles” conservados por años en el archivo. Ahí, en esos papeles, se mantenía la figura militar de cuando sí hubo ejército. Nuestro Ejército en el Siglo XIX llegó a ser el más grande y el mejor organizado de toda la América Central. Fue este el ejército que precisamente luchó contra las fuerzas invasoras de los filibusteros que se querían aprovechar del Istmo. Si en 1948 nuestro país hubiera tenido ejército, una guerra civil no habría resultado tan sencilla, a pesar de que, en menos de tres meses de duración, ocasionó más de dos mil muertos. Ahora, nos estamos dando cuenta que estamos metidos en un callejón sin salida, con una mano adelante y otra atrás, en tanto, los nicaragüenses a sus anchas, se pasean por suelo nacional día y noche. Peor aún, sin poder decir ni hacer “pío”, porque nos podría ir feo. Estar atenidos a los organismos internacionales no ha sido la solución, pues ni ellos tienen el poder, ni nos van a defender con las armas. Estos organismos son cada vez más politizados; sin duda, servirán para muchas otras cosas, menos para defender a unos “soñadores” que por años hemos creído en el Derecho Internacional como una solución ante las agresiones de otras naciones. Se puede uno vanagloriar de ser un país de paz, ser respetuosos y exigir respeto pero jamás un país de débiles sin derecho a defenderse. Ahora nos queda muy claro de qué nos ha servido andar pregonando, por todos los rincones del país y del mundo entero, que somos un país de paz porque no tenemos ejército. Aquí mismo, internamente, ya lo hemos podido comprobar, cuando no le podemos hacer frente a la mafia del narcotráfico, esa que día a día, carcome más a nuestra juventud. No se trata de tener un ejército irracional, como los ejército de algunas naciones que por estar apretando los arsenales de armas, dejan sin comer a la población. Se trata que nosotros tenemos, como nación libre y soberana, la obligación de mantener una fuerza combatiente que sea suficiente para la defensa de nuestro territorio. En La Haya, la Corte Internacional de Justicia se puede llevar, según comentarios de los expertos, hasta cuatro y más años para fallar un litigio y mientras tanto, las tropas invasoras del norte le siguen faltando el respeto a una nación por hoy, indefensa. Existen naciones en el mundo que tienen en sus fuerzas de seguridad una sola figura. Recuerdo que Panamá tuvo la Guardia Nacional, que era policía y ejército a la vez. Nosotros tenemos a la Fuerza Pública, que podría ser, igual que siempre, policía pero también una fuerza entrenada militarmente y con equipo, que sea capaz de defender al país contra las agresiones de los invasores. Considerar que el derecho internacional nos va a proteger, es como darle validez a un cuento de brujas. En esta ocasión, de nada nos sirvió la pantalla del “Caribú” transportando tropas al norte. |
Dr.
Eliseo Valverde Monge
La Prensa Libre (Costa
Rica) - 09 Dic 2010
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