Aquellos potros 
Eliseo Valverde Monge

Abro el álbum,
sacudo el polvo,
y leo en la foto
a mis amigos.
Palomo
invita a la monta.
Casimira juega 
consentida,
Ciclón,
de mirada
tétrica,
vigila.
Cuántas mañanas 
rechinaron sus dientes,
moviendo 
las colas,
para después
cabalgar 
los horizontes 
de mi infancia.
Al llegar la tarde
los guardábamos
en el potrero 
de la casa,
pero esta noche,
cincuenta años
después,
mis amigos
duermen.

Eliseo Valverde Monge

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