CONCLUSIONES
Sus amplios conocimientos y pericia para el vuelo, su clara inteligencia y capacidad de conducción que demostró durante toda su carrera Militar evidenciada en cada una de las fojas de Calificaciones que a través de su paso por la Fuerza Aérea, marcaron indeleblemente su personalidad.
Cabe destacar, con tal propósito, uno de los conceptos emitidos en su foja de Calificación del año 1953, por el señor Comandante de la Fuerza Aérea Tareas Antárticas, que dice:
"Se trata de un distinguido Jefe, poseedor de una amplia cultura profesional y general, profundamente empapado de los antecedentes históricos y geográficos de la
Antártida, lo que le permite adoctrinar a sus oficiales y personal a sus ordenes, con toda autoridad. Mantiene su entrenamiento como Piloto, siendo ejemplo de sus tripulaciones por cumplir, el primero, como Comandante de Aeronave, el patrón de vuelos a la
Antártida. Se trata de un jefe al que se le puede encomendar con absoluta seguridad, cuestiones de envergadura."
En un accidente aéreo el 13 de noviembre de 1953, pierde la vida el pionero de los vuelos Antárticos Vicecomodoro Marambio
»En el aire, a más de mil metros de altura, sobre campos de la estancia India Muerta, situada a unos 12 kilómetros de la localidad de Villa
Mugueta, en jurisdicción de la comisaría de Maizales, se registró aproximadamente a las 9.20 un rozamiento entre dos grandes aviones que tuvo trágicas consecuencias». El lugar ahora se llama campo de las cruces.
Así comienza la crónica publicada en La Capital el 13 de noviembre de 1953 aunque, curiosamente, aún no se menciona que en aquel accidente murieron 20 personas y una de ellas fue el vicecomodoro Gustavo Argentino
Marambio, pionero en los vuelos antárticos.
El testigo
«De acuerdo con las manifestaciones de uno de los moradores de una chacra vecina, a la hora indicada, los dos aviones, uno de ellos un Dover de dos motores de la Fuerza Aérea Militar, que navegaba hacia el norte, rozó con una de sus alas a un Junkers trimotor que venía del sur. Como consecuencia de ello el primer aparato perdió un ala, y no obstante los desesperados esfuerzos que, según el testigo, habría realizado el piloto para tratar de mantener la estabilidad de la máquina, ésta, en contados instantes, entró en tirabuzón y se precipitó con singular violencia a tierra, estrellándose en un maizal, donde sus motores penetraron más de dos metros de profundidad».
En el Dover, donde viajaba Marambio como piloto, también volaban el copiloto, Tomás Eduardo García; el mecánico, Edgardo Rodríguez, y como pasajeros José María
Mallol, Ricardo Norman Gil -también con rangos militares- y otras tres personas de las cuales, en su momento, sólo se conocieron sus apellidos:
Cripon, Rudovisky y Jurgin.
Envuelto en llamas
«Mientras tanto -continúa la crónica-, el piloto del Junkers habría intentado también hacerlo planear con el fin, según se supone, de aterrizar.
En esa forma el avión venía perdiendo altura y cuando se hallaba a unos 500 metros del suelo entró en picada y como un bólido cayó con extremada violencia, al mismo tiempo que grandes llamaradas lo envolvían totalmente.
Al chocar contra el suelo estalló en tal forma que partes metálicas de su estructura fueron despedidas a más de 100 metros del lugar. Es de señalar que ambos aparatos cayeron separados por una distancia de unos 1.500 metros».
Por su parte, en el Junkers perdieron la vida el piloto Andrés Valeiras
Vacarezza, César José Bochis, Humberto Juan Mini, Juan Andrés Zorzoni, Antonio Nicolás Barrionuevo, Raúl Alberto Mones Ruiz, Jorge Dante Duarte, Rómulo
Nicucci, René Omar Rosas -todos militares- y los civiles Jorge Eduardo
Ti-zeira, María Angélica Balley Tizeira y Marta Tizeira.
Sin embargo, pese a la desaparición del Vicecomodoro Marambio, las bases para la conquista del desierto blanco habían quedado sentadas.
Denominación Marambio
En el año 1956 la isla ubicada en el Sector Antártico Argentino a los 64º 14' de latitud S y a los 56º 43' de longitud W, que en cartas antiguas es señalada con el nombre
Seymour, en honor a un marino inglés que frecuentó la zona a fines del Siglo XIX.
Tomó el nombre de isla Vicecomodoro Marambio, en homenaje al Vicecomodoro Gustavo Argentino
Marambio, quien desempeñándose como el primer Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea en Tareas Antárticas
(FATA), comandó la primera operación de la Fuerza Aérea en esas latitudes.
Un Puente con la Antártida
En la década del '60 la Fuerza Aérea Argentina logró localizar una zona apta para habilitar una pista de aterrizaje. La pista era necesaria para favorecer la operación continua de aviones grandes y con tren de aterrizaje convencional (con ruedas) en vez de esquíes.
El 25 de noviembre de 1968, un helicóptero de la Fuerza Aérea (que había sido embarcado en el rompehielos General San Martín) se posó sobre la meseta de la Isla Vicecomodoro
Marambio. Sus tripulantes recogieron muestras de terreno y efectuaron mediciones y observaciones de la zona, que los desconcertaron y entusiasmaron a la vez al comprobar que podía construirse una pista de aterrizaje de tierra. Si bien parece asombroso que pudiera ser de tierra, porque la Antártida es un gigantesco manto blanco de hielos y nieves eternas, la isla Vicecomodoro Marambio tiene un suelo formado por barro de tierra arcillosa congelado y rocas. Además, la meseta es barrida habitualmente por fuertes vientos antárticos, que evitan la acumulación de nieve.
Embarcada también en el rompehielos General San Martín, llegó a la Antártida la dotación que con posterioridad integró la Patrulla Soberanía, fundadora de la Base
Marambio, para continuar los estudios. Se efectuaron también reconocimientos del terreno sobrevolando la
Antártida, y a partir de todos estos estudios, se llegó a la conclusión que podría materializarse el proyecto de la pista de aterrizaje sobre la meseta que corona la isla.
29 de OCTUBRE de 1969
Fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio de la Antártida Argentina (Actualmente Base Antártica
Marambio)
Epopeya de trascendencia Nacional, Histórica y Geopolítica protagonizada por Argentinos,
Que viviendo en pequeñas carpas, en una zona extremadamente inhóspita,
contando sólo con picos, palas y trabajando con esfuerzo, garra y coraje,
abrieron un surco de tierra en el Desierto Blanco
para permitir operar aviones de gran porte con tren de aterrizaje convencional,
es decir con ruedas.
Así fue como nuestros compatriotas, integrantes de la Patrulla "Soberanía",
rompieron el aislamiento con el Continente Antártico.
Se pusieron manos a la obra y el 29 de octubre de 1969, día histórico que hoy conmemoramos, un avión sin el sistema de esquíes sino con su tren de aterrizaje convencional (ruedas) comandado por el Mayor Roque Antonio
Faulin, despegó en la Isla Vicecomodoro Marambio y cruzó al Continente Americano. A la vez, pero en sentido contrario (procedente de Río Gallegos, provincia de Santa Cruz) un avión comandado por el Vicecomodoro Ervin Roberto
Kern, cruzó a la Antártida y aterrizó con sus ruedas en la pista de tierra. Este fue el primer vuelo regular de una aeronave procedente de otro continente que aterrizaba en la
Antártida, utilizando tren de aterrizaje convencional. |