Hacía falta un puente. ¡ ah, si tuviéramos un puente...! Pero la Ciudad era pequeña y pobre. Y el río que nos tocó, tiene aquí cuatrocientos metros de cauce viboreante...
Un Clamor allá por 1880
Ya por 1880 el tema del puente era un clamor popular. Hasta el Gobierno Provincial se ocupaba del asunto y en 1885 el Congreso de la Nación dictó una ley destinando la suma de cien mil pesos para la construcción de un puente sobre el Río Cuarto. Pero Aunque la obra no se realizó, al menos se produjo un significativo avance, ya que una comisión de ingenieros designada por el Ministerio del Interior, realizó los estudios del caso.
En 1903, pese a todas las gestiones que se habían realizado ininterrumpidamente, la situación no había variado. A mediados de ese año Alfredo Boasi uno de los grandes Intendentes que tuvo Río Cuarto, dirigió su reclamo al Ministerio de Obras Públicas de la Nación, el Doctor Emilio Civit:
“Es una necesidad que puede decirse indispensable por razones de tránsito público de este municipio, la construcción de un puente sobre el Río Cuarto, que corre de oeste a este y divide completamente la planta urbana de la ciudad del resto del municipio hacia el norte, quedando a este rumbo un núcleo de población importante y laboriosa, dedicando a las tareas de la agricultura, cuyos productores tienen su colocación en gran parte de la misma ciudad; y existen también a ese lado del río y dentro del mismo municipio, los asientos de importantes establecimientos agrícolas y ganaderos, cuyos pobladores están en contacto diario con la ciudad y tanto aquéllos como éstos teniendo que vencer el serio inconveniente del paso frecuente del río, que a veces lo impiden completamente las crecientes durante días...”. ( 1)
Y en otro párrafo expresaba argumentos contundentes demostrativos del vuelo que adquiría la otrora Villa de la Concepción:
“... bien sabe S.E. que Río Cuarto por su actuación en el pasado relativamente próximo tiene títulos adquiridos a la consideración del Superior Gobierno de la Nación; y porque hoy la ciudad de Río Cuarto es una de las más florecientes del interior teniendo asegurado un porvenir brillante que le deparan la riqueza de sus industrias agropecuarias y su situación inmejorable en el mapa de la República...” ( 2 ).
Con los festejos del Centenario, en 1910, comenzó a hablarse de la realización inminente de la obra y consecuentemente, a multiplicarse las gestiones. Para 1911 ya se había constituido en la ciudad una comisión Especial del puente, en el seno del Consejo Deliberante, para apoyar todo lo que fuere necesario para evitar nuevas frustraciones, materializándose el inicio de las tareas el mismo año , bajo la supervisión de la Dirección General de puentes, caminos y telégrafos, a cargo del ingeniero Juan Molina Civit.
La empresa responsable fue la Sociedad Harkot Duisburg C/ Rin (Alemania), que tenía como representantes en Buenos Aires a Greinstein y Koper- Arthur Koper S.A. En los hechos la obra del puente se materializó a través de contratistas y subcontratistas que realizaban trabajos parciales: unos en pilotaje de madera, otros la obra de mampostería y el armado de la estructura de hierro. Precisamente con este punto ocurrió un considerable atraso debido a que el subcontratista, un tal Eugenio Maggi, había derivado la responsabilidad de los trabajos en “ empleados irresponsables e ineptos”, según el criterio del contratista, don Raimundo Vidal Baquet, que no sólo habían armado mal algunos tramos que era necesario recomponer sino que también le faltaban miles de bulones, remaches y placas metálicas. Esto derivó en que el propio Vidal Baquet tuvo que instalarse en Río Cuarto y hacerse cargo personalmente del trabajo , hasta su finalización.
Habilitación del Puente
No ha podido lograrse todavía pese a que hemos procurado el dato de diversos repositorios, antiguos medios periodísticos, archivos de Obras Públicas de la Nación, etcétera, la fecha de inauguración del Puente.
La conclusión es que aconteció como con el Puente nuevo, que ( Hoy ) lleva el nombre del recordado y excelente escritor “Juan Filloy ”construido por la Municipalidad en las calles Las Heras y Muñiz que al final fue habilitado espontáneamente por la gente sin que mediara acto oficial alguno. Sin embargo comparando referencias que constan en copiadores del Departamento Ejecutivo en las que se reclama por los trabajos en los accesos, es seguro que en el mes de enero de 1913, el Puente Carretero comenzó a brindar un servicio inestimable no sólo a la ciudad sino que al construirse la ruta Nacional Nro 8, fue hasta no hace mucho el único paso posible entre amplísimas regiones del país.
Los inconvenientes que se produjeron recientemente con motivo de su corta desafectación de servicios, obligando a la mayoría a desviar el cruce por el Puente Nuevo ( Hoy ) “Juan Filloy ” muestran cómo la ciudad ha crecido en función del Puente Carretero y cuál es la dependencia que de él tenemos los Riocuartenses. Viejo y Firme como un gran amigo, sigue siendo para todos un amigo de fierro...
( 1 ) – Copiadores de 1902 / 1902 – AHMRC – Folio 363.
( 2 ) - Ibidem.
Alberto Manuel Cubría
Diario Puntal: Domingo 10 de mayo de 1998. |