Dos ocasos en un arpegio |
En el tieso lienzo de la tarde el sol va esbozando sobre el mar las sombras perforadas del ocaso...
-Cómo podría retener el atardecer sobre las bardas, pintar de verde los inviernos cuando los días se alargan...
-aves pesqueras rasan el oleaje, y en lo alto del mástil, un lejano velero retiene la última candela.
-quisiera aprisionar el selenio sobre las norias peregrinas, cuando el vapor se eleva en volutas sobre el agua.
-Desde el nadir, en bejucos de luz se hamacan atávicos oleajes, mil manos anclan en playas lejanas el cansancio de una espera.
-soledad de multitudes por el "Paseo de la Rambla".
-Las olas vienen, se tumban, vuelven y vuelven a la costa vestidas de espuma...
-El iris aureola la meseta con cuitas de amor adolescente, en furtivas caricias huye entre las ramas desnudas el amigo soplón del Oeste
...y mis ojos, fijos en la boya tiemblan perdiendo su forma.
Sin el lucero asomado a mi ventana cómo podrían pintar el ocaso los arpegios del alma. |
Puede ser para recitado en conjunto por una voz masculina y otra femenina
(Un ocaso refleja un atardecer en Puerto Madryn, el otro en el pueblo valletano de Dolavon)
Owen Tydur Jones
Competencia principal de poesía
"Corona de plata" del Eisteddfod del Chubut 2005
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