Si quiere apoyar a Letras- Uruguay, done por PayPal, gracias!! |
Lo siento, no volveré a verte más nunca Daniela Trottier |
Lo
siento, no volveré a verte más nunca. Es
doloroso como la vida le exige a uno no volverte a ver más nunca, ni una señal,
una mirada, una conversa, y menos una poesía, un decir, como si mi deseo no
tuviera voz ni voto, no viniera de esa testarudez que me dan esas ganas de
volverte a verte desde que sé que no volverás más nunca. Lo
siento, es inimaginable todo lo que tengo que superar para no volverte a
ver, y nada y nada tengo que confiarte esta noche. Ando frágil, y la
fragilidad, como se sabe, revela su pared de cristal, sus azuladas arterias,
sus inasibles pesares. Ando frágil en mi hoyo y solo puedo saciar mis
anhelos de esa manera, con mi propia debilidad, con el grito erguido en tu
eco, arropada como un ovillo, enhebrada en tu nido, mientras cavilan en su
mausoleo la sangre de mi sangre Ludovico y Raimundo, y el mi dueño,
Severino, en su recámara vetusta. Y con ese aroma tuyo que no estoy
dispuesta a aguantar en los albores del alba... no estaré presente en tu
banquete funerario pues he de meditar sobre tu abrupto destino,
asombrosamente breve, de esa clase de brevedad que te deja exhausta y
desamparada por su inaudita brutalidad. Voy a la deriva en mares azarosos y
ante tu ausencia desaparezco y no acabo de desaparecer, y eso me cansa, tantísimo,
que desearía sacarte de mi memoria, sosegarme, pero surges ante mí con ese
talento y esa rigurosa sombra que me cuesta extirpar, que me doblega y
enternece a la vez y no sé porqué, y de nuevo me perdono tanta flaqueza,
tanto desvarío... me iré apagando en los tersos colores del amanecer bajo
los frondosos árboles de la laguna, en el cruce de Los Ahorcados, mientras
mis tiernos varones seguirán ensoñándose en su sueño reptiliano, en su
limbo nocturno. Así
pues descansa la piedra angular de mi tristeza, de donde salen esas
quejumbres y sus aleteos, una sed, un hambre, un jadeo, que acompañan mis
ansias en aquella morada de tu inalterable ausencia. Recuerdo, cuerda y
cuerdo. Lo
siento, no volveré a verte ni aun desde la nada, saliendo de ese vaho
informe que desdibuja lo que fuiste, mujer primigenia que en algún momento
dejaste de existir, dejando escapar entre tus dedos ese sufrimiento, ese
cuerpo oprimido (¿te asombras de haber aguantado tanto dolor?). Soy un
grito abierto y, como se sabe, los gritos arrecian y espantan y derraman sus
lágrimas por todos los cauces y tierras y ternuras y también por selvas
inextricables, acantilados, honduras. ¿Cómo sobrevivir a semejante sangría
en manos tan vulnerables, en espacios que aúllan tu no presencia? Lo siento, no volveré a verte más nunca, mi adorada, y seguirás con tu amorosa mirada en la cálida y respetuosa alcoba de mi morada sin fronteras. En esa reflexión sobre el olvido.
|
Daniela Trottier 2007
Ir a índice de América |
Ir a índice de Trottier, Daniela |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |