São Paulo revisited

poema de Mario Trejo

 

Bajo la sombra de los grandes pájaros

regreso al fondo de la ciudad que nunca abandonamos

        para siempre

los días completos y los crueles testigos y tenaces.

Vuelvo a las viejas ráfagas del amor y a los paisajes

        temidos
y experimento el norte y el ácido alambre de la lluvia

rodeado de amigos y cómplices absolutos

y las mandíbulas del tiempo inconmovible:

el ciego, el justo, el implacable.

 

Vengo a buscar una tarde compacta

a rescatar un sábado enemigo

el ruido y el olor de una calle desierta

el sol invicto que delata los trópicos

los tiempos de matar y de lluvias reales

de creer en mujeres besadas hasta el odio

en playas desiertas hasta la desesperación

en momentos vividos hasta el bostezo

en espadas hundidas hasta la felicidad.

 

(El fanático huye a Río

y deja caer su infierno entre los dientes de la noche de América,

la música bruta que despiden los morros,

y establece con ellos pactos secretos, contaminaciones,

lánguidas ceremonias de adictos al momento perfecto,

ritos obstinados, testimonios prohibidos.)

 

Ciego bajo la lluvia era un espectro fascinante:

todos detenían su vida al pasar a mi lado.
Adiós decían mis brazos empapados.
Adiós decía mi fantasma.
Porque toda primera noche es amarga

aun entre los dedos del amante novicio

y los gestos iniciales que fundan la amistad entre los hombres.
Luego fueron los días más altos de mi vida.
La libertad encandilada, el amor que enceguece.

Era en un valle, lejos de São Paulo

un pueblo rodeado de templos feroces

y coqueiros erguidos como héroes o locos

y hormigueros que ocultaban el horizonte

y rápidos cuerpos de mujer y otros sobrevivientes.
Los trenes abrían la oscuridad como navajas frenéticas

y las panteras morían en el pecho eso

estaba bien, pero yo, adonde iba?
Entre relámpagos perfectos y el canto de mis secuaces

en la noche

los miserables que hasta el alba persisten

y la mañana que lucha por prevalecer

y los muertos y los nacidos cada día

y el ejemplo de los hambrientos ilustres

adonde iba?

 

Un chillido caliente baja de la favela

un silencio infernal que destruye el silencio

una ola de locas desnudas adornadas con pudores de vidrio
y perseguidas por el aullido de los solitarios

los devorados por la noche de las grandes ciudades

mis colegas en la degollación de los culpables.

Multitudes en pánico, furor de los heroicos y los justos

tormenta tímida de la que amo, nuca asediada por el aguardiente

belleza a fuerza de peligros

yo los gobierno y ordeno un alarido

una madrugada para ejecutar a los traidores

la raza de cobardes que nos besa las manos.
Aquí yace el que esperó toda su vida el momento perfecto.
Un delincuente silencioso se llevará sus deseos

sus ojos que han visto tantos otros, su soledad escoltada por soledades

marchando al resplandor de las brujas amigas

las jóvenes dementes que acaparan mi sueño.
Oh, ciudad, los gemidos de tus ciudadanos no me dejan dormir!


poema de Mario Trejo

Publicado, originalmente, en: Poesía Buenos Aires Tomo I (1950-1955) Edición facsimilar Número 27. Primavera de 1958

Link del texto: https://www.bn.gov.ar/micrositios/admin_assets/issues/files/b4209ab22854a60118b62153fe2cad4d.pdf

Poesía Buenos Aires Edición facsimilar editada por Biblioteca Nacional Mariano Moreno de la República Argentina a la cual agradece Letras Uruguay


Ver, además:

 

             Mario Trejo en Letras Uruguay

 

Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce   

Email: echinope@gmail.com

Twitter: https://twitter.com/echinope

facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce

instagram: https://www.instagram.com/cechinope/

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/ 

 

Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay

            

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Mario Trejo

Ir a página inicio

Ir a índice de autores