Nuevas perspectivas jurídicas y morales a desarrollar
por la sociedad según los avances de la ciencia y la tecnología.
Msc. Magdalis Téllez García
magdalis@infomed.sld.cu

Los  avances científicos en la actualidad han traído aparejados cambios en la sociedad y su forma de encarar planteamientos tanto individuales como colectivos en torno a cuestiones que afectan al ser humano,  toda vez que a partir de la década del 60 y fundamentalmente a finales del Siglo pasado las relaciones entre seres humanos, ciencias,  medicina y derecho  sufrieron un cambio importante que abarcó todas las esferas de la vida del hombre y por ello se hacen complejos los criterios, pues el progreso biotecnológico supuso la oportunidad de intervenir en los procesos vitales fundamentales de nacimiento, vida y muerte, encontrándonos entonces en un nuevo momento donde es necesario cuestionarnos lo que vamos haciendo con nuestros nuevos descubrimientos, que si en  oportunidades mejoran nuestra vida, en otras pudieran acabar con ella.

Así vemos como resulta de vital importancia el proceso de elaboración y análisis de todas las normas morales y jurídicas que regirían la intervención  del hombre cuando de la vida y las persona se trata, pues ello implica en si mismo un derechos fundamentales que  apuntaría a la nueva sociedad por construir, donde los poderes públicos deberán jugar un importante papel pues estamos poniendo en juego la futura sociedad. Sin  quedar al margen de los nuevos descubrimientos que en este campo van surgiendo, toda vez que estos van a tener una gran incidencia y trascendencia,  pues las nuevas teorías científicas están ocasionando cambios desde todo punto de vista social.

“Esta modificación de la vida cotidiana en dirección a la preferencia y el cambio podría entenderse como un progreso, una ventaja, un hecho novedoso positivo. Ello sería totalmente cierto, si no se tratase de un proceso en el cual la opción por el cambio y la instrumentación del saber se están convirtiendo al mismo tiempo en amenaza para la propia vida”.[1]

El derecho no se encuentra al margen de los avances de la tecnología y los nuevos descubrimientos de la Ciencia, como tampoco se encuentra al margen de los problemas y dilemas que tiene que enfrentar hoy el hombre cada día,  los descubrimientos que se han realizado, principalmente en el siglo XX han abierto el espectro a todas las posibilidades científicas y tecnológicas hasta fronteras inimaginables, dando así una gran variedad de alternativas para la solución de problemas de este tipo, donde la salud, la natalidad, la fecundidad y hasta la vida de los hombres de futuras generaciones se encuentra implicada. Es por todo ello que,  ante las polémicas que alrededor de este tema se suscitan nos abocamos  no ha dar soluciones, sino a que nuestros alumnos expresen justamente los valores que han adquirido a lo largo de su vida como hombres formados en esta sociedad y como hombres donde los valores esenciales mencionados anteriormente en este trabajo se deben poner de manifiesto.  Los nuevos conocimientos adquiridos por el hombre, el desarrollo de nuevas formas productivas a partir de resultados de la ciencia y la tecnología, la ampliación de la  información, la instalación de todo esto en la vida cotidiana en forma de objetos e instrumentos, conocimientos y modos de vida, están haciendo hoy día el cambio preferible a la estabilidad, y elevando el valor social de la novedad y la creatividad.

“La labor científica y educativa debe ser normada, y sus normas deben ser fundadas en sólidos valores, en aquellos en que se sostienen los derechos humanos, de lo contrario corre el riesgo de deshumanizarse con algo tan humano como es el conocimiento de la verdad.[2]

Y como los hombres son portadores del momento y las condiciones que les ha tocado vivir, es tarea nuestra tratar de que se actúe moralmente, según los deberes y valores de la sociedad, así será que las decisiones deberán ser moralmente aceptables para la mayoría de la sociedad, y estas entonces se corresponderían con las normas que haría cada sociedad y cada grupo humano de que se trate.

Realizamos este pequeño esbozo de algunas ideas que sobre los valores y su vinculación con la ciencia y la práctica diaria en nuestra experiencia cotidiana  y retomamos estas ideas de Martínez Gómez para demostrar como desde esa práctica es que debemos educar en valores  y como es que entonces debemos regirnos por normas.

Siendo allí donde encontramos justamente que existen valores sobre los cuales es necesario un trabajo constante y esforzado en el día a día para con la población y es a algunos de ellos que nos referiremos pues de otra forma serían interminables las cuestiones a plantearnos por ello apuntamos algunos que son insoslayables.

 Moral

 Ética

 Responsabilidad

 Profesionalidad

 Solidaridad

 Humanidad

 Disciplina

 Consagración

 Abnegación

 Desinterés y modestia

 Honestidad y honradez

Es necesario profundizar en nuestras raíces, desde el desarrollo de una perspectiva latinoamericana y cubana en Bioética así como el rol de la familia,  la solidaridad y la justicia como un valor básico en la organización social.

Justicia más humanismo  sería lograr ya la más vasta de las integraciones en la labor del jurista, el  sueño y el significado de toda nuestra labor, para  de esta forma encontrar a todo nuestro trabajo diario verdadero significado.

Por todo lo anterior es que cuando en nuestra vida diaria cuando trabajamos con  temas tan importantes como el inicio de la vida por ejemplo, vemos que las implicaciones éticas, morales, jurídicas, sociales, y filosóficas que originan las Tecnologías Reproductivas por solo citar alguna,  son enormes: se establece la contradicción entre la familia de base biológica y tecnológica, se alteran los comportamientos normales relativos al ejercicio de la sexualidad, modificándose en consecuencia las relaciones afectivas y emocionales entre padres e hijos, generadoras del equilibrio y seguridad de la familia; se trasladan a las investigaciones en humanos conceptos propios de la producción industrial, por vez primera en la historia de la humanidad pueden cuestionarse los derechos de maternidad, todo lo cual hace necesario cambios en nuestras legislaciones.

La Declaración ibero - latinoamericana sobre ética y genética a la cual nos suscribimos, al igual que la de Bilbao, parte de que es el respeto a la dignidad, la identidad y la integridad humana y los derechos humanos es la base de las reflexiones que se hagan sobre las implicaciones del desarrollo científico y tecnológico en el campo de la genética humana; por otra parte, se deja claramente establecido que el genoma humano forma parte del patrimonio común de la humanidad y que en este Proyecto deberá prevalecer además el respeto a la cultura, las tradiciones y los valores propios de los pueblos, señalando este enfoque en el razonamiento que debemos tomar en cuenta ala hora de la toma de decisiones en nuestros tribunales y nuestra sociedad en la atención a la familia.

Al representar los intereses de los países latinoamericanos es imprescindible abogar por la necesaria solidaridad que debe existir por parte de los países más desarrollados con los de nuestra área teniendo en cuenta que son los del Primer mundo no sólo los que en gran medida llevan a cabo el Proyecto, sino porque potencialmente  recibirán los mayores beneficios. Es con estos conceptos entonces que ilustramos como debe ponerse de manifiesto valores tan importantes como la solidaridad, el humanismo, la responsabilidad, el humanismo entre otros.

El innegable aporte de toda  enseñanza y formación en valores en la sociedad desde las más tempranas edades constituye sin dudas la introducción de una protección especial para los derechos de toda la humanidad, pero sobre todo para los incapaces  por razón ya sea económica, de edad o de enfermedad, quienes por regla general no podrán ser sometidas a intervención alguna sino en su beneficio directo a los derechos humanos fundamentales como el de la intimidad, la no-discriminación, la protección a la integridad del ser humano.

Al analizar el tema  podemos decir entonces  que es necesario cada día allanar el camino para la toma de conciencia de los estados acerca de la necesidad de que los avances obtenidos en el campo de las ciencias y la tecnología se empleen en beneficio de la humanidad y no en provecho de pequeñas minorías. Es todo lo anterior lo que marca la pauta que sirve de fundamento a la explicación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La Teoría de los Derechos Humanos implica la puesta en evidencia de que existe una racionalidad objetiva que es la base de la vida social, que es fundamento y límite de la Justicia y Legitimidad de las acciones humanas. El Hombre no es un ser vacío y sin valor, sino un ser que, en virtud de su alta participación en el Ser, está dotado de dignidad, lo que lo hace portador de unos derechos objetivamente tales, con independencia de la valorización o estimación subjetivas de que sean objeto por parte de los demás. Por eso se trata de derechos inviolables.

Así vemos como:

“las ciencias y las tecnologías, especialmente las referidas a la vida y la salud de las personas, requieren un encuadramiento que respete la condición de la persona humana, para lo cual no puede desentenderse del respeto de determinados parámetros éticos inmanentes a esa condición.”[3]

Poniéndose de manifiesto  de esta forma la relación existente entre las ciencias y los valores que formamos, en defensa de la dignidad del ser humano, es por ello que es tan importante la posición de la bioética  que iría determinando los límites permisibles y a los que deberán atenerse las ciencias y las tecnologías avanzadas que se refieren a algo tan sagrado como es la vida del hombre, sus derechos como persona y su salud en general.

Tomando como precedente que solo lo moralmente aceptable por esta debería ser lo que se regule jurídicamente tanto a nivel de cada país como a nivel internacional, pues fenómenos en contra de la naturaleza misma del sujeto podrían ser destructivos e involutivos, y no ni moralmente ni jurídicamente aceptables, por lo que no facultan a  justificarlos deliberadamente.

Cada  sociedad  debería prevenirlo e impedirlo a toda costa, es esta la primera premisa que debe tener toda norma en las Ciencias Médicas.

Y para poder actuar adecuadamente debemos tener principios éticos  y normas jurídicas de las cuales muchos países adolecen en la actualidad   y que serán  de obligatorio cumplimiento para lograr el buen funcionamiento de la sociedad que nos ha tocado vivir, es por eso que Pablo Arango Restrepo nos dice:

“Todos hemos de ser personas rectas, con principios claros, consecuentes con nuestros principios, con una escala de valores establecida, y en base a estos valores tomar las decisiones…No se puede andar por la vida sin principios.  Los principios no pueden ser relativos, no se pueden negociar… en filosofía y en bioética existen asuntos que son realmente de principios y que deben estar por fuera de toda  discusión, no son, no pueden ser negociables”.[4]

Y sigue explicando más adelante en su trabajo como:

“los principios morales y los dilemas de la ciencia hoy en día no son para vivirlos sólo cuando es fácil, sino justamente cuando la situación es difícil y tenemos la tentación de encontrar una solución  cómoda.  En bioética se presentan  problemas difíciles de solucionar, que requieren sacrificio  a los que muchas veces se les da una solución meramente "sentimental", nos dejamos llevar justamente por lo contrario a los principios”.[5]

O sea que para analizar esos valores y los principios de la Bioética establecidos claramente para  todas las ciencias aún cuando estos en sí mismos expresan una relatividad, y un subjetivismo muy grande se debe llegar a un consenso a nivel macro social para lograr una verdadera justicia.

Es así que vemos que entre los principios morales con los cuales estamos plenamente de acuerdo y que se imbrican con los enunciados en este trabajo anteriormente tenemos:  

1. Principio  del valor fundamental y respeto de la vida del ser humano desde la concepción hasta su muerte natural. Desafortunadamente hoy en día, para algunos, todo es negociable, hasta el derecho más fundamental que es el de la vida.  La vida es  única, irrepetible, intangible, insustituible, inviolable. 

2. Respeto a la dignidad de la persona humana. "La dignidad de la persona es el punto de partida de toda reflexión ética" dijo  Cicerón…Pero fue Kant quien absolutizó el valor de la persona, en cuanto que es "fin en si misma", "sujeto  de la ley moral", que no obedece a ninguna otra ley. Por ello, debe reconocérsele un valor absoluto y no puede ser nunca considerada como medio al servicio de otro.

3. Los demás son iguales a nosotros en dignidad.   Lo primero,  no perjudicar.

4. Principio de responsabilidad. La ciencia y la técnica sin responsabilidad se convierten en abuso de poder. Hans Jonas es un filósofo que clama para que la ciencia hoy en día tan poderosa  sea responsable.

5. Principio de veracidad.   Decir siempre la verdad.  Todos los individuos tenemos derecho a saber siempre la verdad, más aún cuando tiene que ver directamente con nosotros. Este principio está ligado al de autonomía, puesto que para tomar nuestras decisiones de la manera más correcta necesitamos saber la verdad.

6. Principio de solidaridad.  Ayuda mutua para lograr un bien común o individual.

7. Principio de tolerancia. Respetar las personas y sus opiniones y valores culturales.

8. Principio de privacidad. Cada persona tiene derecho a que se respete su intimidad. La intimidad es sagrada.

9. Principio de precaución.  Es la actitud que debe observar toda persona que ha de tomar una decisión sobre una acción que puede comportar un daño grave.

Es por ello que según Josef Seifer, Rector de la Academia Internacional de Filosofía de Liechtenstein nos hace comprender que la violación de la dignidad humana es un ultraje moral particular. O sea que será de vital importancia entender que su violación es parte esencial en el respeto al hombre tanto a nivel social como particular, siendo además según sus palabras  de un gran valor. Y en el claro entendimiento de estas ideas, es  que podemos comprender como la humanidad debe defender la dignidad del ser humano a toda costa, pues lo contrario sería ir en contra de su verdadera existencia, de ahí la necesidad de las regulaciones morales  para su defensa y la conservación de la especie humana a pesar de los numerosos dilemas que hoy existen al respecto.

Todo o cual ha dado lugar al surgimiento del punto de vista bioético del diálogo y la tolerancia dentro del respeto a los valores morales. El conflicto entre las exigencias de una investigación científica, y los intereses ligados a la vida de los individuos y de los pueblos (o de las especies vivientes en general) que podría presentarse en formas muy débiles en la antigüedad, en la edad media y aún en la edad moderna, ha estallado con toda su fuerza en nuestro presente contemporáneo.

La bioética aparece precisamente en esta coyuntura en la cual la vida humana y el ser humano por consiguiente ya no son un simple sujeto de la acción científica, sino que pasa a ser, en ocasiones, un objeto de ésta, ya que la ciencia y la tecnología ha alcanzado la posibilidad de controlar, si no todo, sí importantes regiones suyas, alcanzando muchas veces el poder de decisión sobre alternativas nuevas que se abren y que desbordan los límites de la misma ética y aún de la misma moral.

Cabe afirmar entones que la bioética desempeña un importante papel social al establecer patrones de comportamiento en la sociedad,  y  está llamada a intentar que se respeten los valores humanos aceptados por la sociedad que le ha dado vida como un nuevo saber, encauzada a la formulación de políticas para promover el bien social y por tanto el diálogo interdisciplinario que llevarían al verdadero mejoramiento de la vida.

Por todo lo anterior surge la vinculación tan importante entre la bioética y el derecho donde se intentará mantener la dignidad humana vista esta en su más amplia expresión, de ahí su valor intrínseco, y cuando hablamos de dignidad humana, entendemos que es el respeto al hombre, al concebido y por nacer, pues ella busca la preservación de los valores que la humanidad ha refrendado como inviolables. 

Hoy la perspectiva ética de la persona  a partir del desarrollo de las Ciencias  adquiere nuevas dimensiones que muchas veces se convierten en dilemas éticos y jurídicos con relación a temas como el de los avances de la tecnología tan controvertida y que es necesario dilucidar claramente para actuar con verdadera justicia y darle una respuesta acertada al mismo.

Es por ello que no podemos restringir la dignidad solo a algunos miembros de la  sociedad, eso sería discriminar a la vida humana en cualquier fase de su desarrollo por ello no solo los jóvenes, los fuertes, los bellos, los capaces, los que poseen inteligencia son dignos, sino que ella es parte determinante de la esencia  de la vida humana, en eso estriba precisamente la dignidad del hombre en general como parte de ella.

Y la dignidad como ya hemos dicho anteriormente no es un problema particular de una persona o un grupo humano, sino que ella conforma uno de los pilares en que se debe fundamentar el desarrollo de la humanidad, no es patrimonio particular, debe ser un imperativo social, y para analizarla de esta forma debemos recurrir a la categoría de  justicia social, donde todos  seamos capaces y tengamos la posibilidad de elegir ante los dilemas que hoy existen en cuanto a la persona, pero para ello:

“El desarrollo científico-técnico y la humanidad tienen experiencia del costo que la investigación puede tener en los propios seres humanos, pero también de los múltiples beneficios que esta les proporciona. No es a la investigación a la que debemos temer, sino al uso que el hombre pudiera hacer de ella. En la medida en que se amplíe el debate, y el lenguaje de la ciencia se despoje de erudición y sea asequible a todos, cada individuo con capacidad de decisión será partícipe de su propio destino. Pero esta participación solo comenzará a lograrse cuando todos los que habitan en el planeta puedan, en primer lugar, acceder a los servicios de salud más elementales, como la vacunación o el tratamiento con antibióticos que impida la muerte por infección”.[6]

Siendo esa participación social posible solo a través de la debida información que se aporte a la sociedad donde no primen los intereses individuales,  o de aquellos que tienen la posibilidad económica para intervenir en estos problemas, pues está demostrado que desgraciadamente que en algunas oportunidades se han visto implicados en ellas personas y grupos sociales que incluso han desconocido que han sido objeto de ella. Es ahí donde los principios que promulgan las legislaciones internacionales deben entrar a jugar  su papel ya no solo de información y educación, sino también como medio coercitivo moral en primer lugar para lograr un verdadero servicio a la humanidad. 

Así también habrá que tomar en cuenta la necesidad imperiosa de la formación de valores morales y jurídicos para todos los miembros de la sociedad, donde el respeto a cada hombre se traduzca a demás en la libertad de estos,  en la autonomía de expresar y llevar adelante una libertad que no atente contra los postulados de la sociedad, pues de lo que se trata es de  la defensa de la humanidad, donde no caben ni deben prevalecer los intereses individuales, sino que serán los de tipo colectivo los que deberán asumirse como propios.

Conclusiones:

  • La educación en valores humanos y jurídicos es un imperativo de la sociedad para logar la verdadera justicia social.

  • El desarrollo de la Ciencia hace necesario y  replanteamiento nuevo de las normas morales y jurídicas.

  • Es de vital importancia la elaboración de nuevas normas jurídicas que reflejen la nueva situación existente con relación a las ciencias.

Bibliografía

  • Acosta Sariego, José Ramón. “¿Es la vida un valor absoluto?”, en Avances Médicos de Cuba.

  •  Acosta Sariego et al. Bioética desde una perspectiva cubana. Editorial Félix Varela. 3ra Edición.

  • Acosta Sariego Jesé Ramón .La persona ante la tecnología biomédica. Una perspectiva desde Cuba.    Publicado en Ciencia, religión y fé. Centro Juan Pablo II. La Habana 2007. CD Rom, Prensa.

  • Arango Restrepo Pablo.MD. Magister en Bioética. Necesidad de los principios. ¿Pero cuales principios?

  • J. Delgado. Hacia un nuevo saber. La Bioética en la revolución contemporánea del saber. Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. La Habana.

  • Mayra Garí Calzada, Bárbara Barrios García, Irene Barrios Ozuna y José R. Acosta Sariego. ¿En busca del perfeccionamiento humano? Bioética desde una Perspectiva cubana. Tercera edición. Publicaciones  Acuario, Multimedia.

  • Martínez Gómez, Jesús Armando (Coordinador y Compilador): Temas de Filosofía, Sociedad y Economía, Sancti Spiritus: Ediciones Luminaria,  Los principios en la Bioética Médica.

  • Peyrano, Guillermo F. Bioética, Dignidad y derecho, JA, 2003-III.4

  • Ricardo Pelegrín Taboada, desde La Habana PERSONA EN CUBA

          http://www.revistapersona.com.ar/Persona54/54Cuba.htm Revista Persona, No. 54.

Referencias: 

[1]  C. J. Delgado. Hacia un nuevo saber. La Bioética en la revolución contemporánea del saber. Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. La Habana, 2007:

[2]  Martínez Gómez, Jesús Armando (Coordinador y Compilador): Temas de Filosofía, Sociedad y Economía, Sancti Spiritus: Ediciones Luminaria, 2004, pp. 89-110.

Los principios en la Bioética Médica.

[3] Peyrano, Guillermo F. Bioética, Dignidad y derecho, JA, 2003-III.4

[4]  Arango Restrepo Pablo.MD. Magister en Bioética. Necesidad de los principios. ¿Pero cuales principios?

[5] Arango Restrepo Pablo.MD. Magister en Bioética. Necesidad de los principios. ¿Pero cuales principios?

[6]  Mayra Garí Calzada, Bárbara Barrios García, Irene Barrios Ozuna y José R. Acosta Sariego. ¿En busca del perfeccionamiento humano? Bioética desde una Perspectiva cubana. Tercera edición. Publicaciones  Acuario, Multimedia, 2007, pa, 844.

 

por Msc. Magdalis Téllez García
Maestrante en Bioética. Segunda Edición 2008

 

Ver, además:

 

                      Magdalis Téllez García en Letras Uruguay

 

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