Algunos comentarios sobre la obra de Fernado Lolas Stepke
y la bioética hoy a la luz de los nuevos los nuevos desafíos que nos presenta el desarrollo de la Ciencia

por Lic.  Magdalis Téllez García

El presente trabajo es una aproximación al pensamiento  y  la obra de  Fernando Lolas Stepke, profesor titular de las Facultades de Medicina y de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y Director del Centro Interdisciplinario de Estudios en Bioética y del Programa Interdisciplinario de Estudios Gerontológicos de la misma casa de estudios superiores. Desde 1998 dirige el Programa Regional de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud, oficina regional de la Organización Mundial de la Salud.

Se ha desempeñado como director de la Clínica Psiquiátrica Universitaria y como vicerrector de Asuntos Académicos y Estudiantiles en la Universidad de Chile, fue presidente de la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía y vicepresidente del International College of Psychosomatic Medicine. Ha detentado una serie de cargos académicos internacionales. En 1992 fue nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia Española. Internacionalmente reconocido como investigador, forma parte de numerosas sociedades e integra el comité editorial de prestigiosas publicaciones científicas.

Ha publicado entre otros "Introducción histórica a la psicología fisiológica" (1979), "Proposiciones para una teoría de la medicina" (1992), "Enciclopedia iberoamericana de psiquiatría" (1995), "Más allá del cuerpo" (1997), "Bioética" (1998) y "Bioética y antropología médica" (2000).

Y para hacer una caracterización de su pensamiento y obra, por ser estos tan amplios como hemos podido comprender al estudiar su obra, particularizaremos en este trabajo en temas relacionados con la bioética.   

Como podemos observar a través de toda su obra, sus opiniones se basan en estudios de campo realizados y experiencias personales que ha tenido en su largo bregar al servicio de una vida sana para el hombre de todas las capas, clases, grupos sociales, raza, edad, etc, donde él no hace distinción alguna, pues entiende que el hombre solo pertenece a la raza humana y merece igual respeto y consideración, es por ello que observamos que su obra está plasmada de un gran humanismo. Siendo fiel a las exigencias de este tiempo en que vivimos  y  que él mismo se  ha planteado como medio para su vida, ha publicado innumerables artículos, ensayos y libros donde plasma esa necesidad vital,  todo lo cual se corresponde con los principios de bioética y dice que  la bioética consiste en el estudio sistemático de la conducta moral en las ciencias de la vida, así nos explica el porque de la bioética hoy en este mundo donde se ha producido una revolución en el campo de las ciencias que han hecho que valoremos y cuestionemos el uso de algunas técnicas en la medicina por la forma en que estas pudieran ser utilizadas, ya que solo serán bien utilizadas en tanto sea para el mejoramiento  de la vida y no para la selección o discriminación  humana, así nos dice:  "...la Bioética puede transformarse en una auténtica herramienta para la convivencia significativa entre personas, ideologías, grupos y culturas.".[1]

Es por todo lo anterior que nos dice constantemente en su obra que, el derecho a practicar la medicina implica restricciones morales tanto internas como externas en las cuales deben participar activamente todos los  sujetos involucrados, es por ello que también nos llama a tener en cuenta que  el consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial.

Diciendo también que  los problemas relacionados con el estudio del  genoma humano ha traído aparejado nuevos problemas y por tanto la propia dignidad y libertad del ser humano depende de cómo se maneje éticamente este proyecto biocientífico, también nos habla de cómo los problemas relacionados con el surgimiento de la vida y  el  final de esta, sobre todo en la vejez,  que a raíz de los nuevos descubrimientos científicos son de vital importancia para la comprensión de que el propio desarrollo no nos puede llevar jamás a olvidarnos de la esencia humana  y de la preservación de la vida, y continúa diciendo que en otro plano se desenvuelve la polémica creada por experimentos de clonación, en los cuales, gracias a refinamientos técnicos que inciden sobre el ciclo celular, puede recuperarse la capacidad de las células germinales, y también de las somáticas, de generar un individuo completo. Esta capacidad existe en las células embrionarias antes de que empiece la diferenciación celular y se constituyan las líneas que darán origen a los distintos tejidos del cuerpo, explica el Doctor Fernando Lolas.

Así vemos con el Dr. Fernando Lolas  toca en su obra problemas medulares de la bioética,  los cuales son temas muy controvertidos para las ciencias y para la asunción de criterios y opiniones por la comunidad científica y por los diferentes pueblos, teniendo en cuenta sus costumbres, sus leyes, su modo de vida, etc, pero trazándonos pautas a seguir para el desarrollo de la humanidad, sin menoscabar las peculiaridades existentes para cada caso en particular, y alertándonos de los problemas que pudieran surgir si no seguimos esas pautas de respeto a la dignidad humana en todas las etapas de su vida.      

Como bien hemos enunciado en la anteriormente, Fernando Lolas Stepke es uno de los autores más importantes que tratan temas de la bioética hoy en el mundo, y ante su vasta obra debemos señalar que él se plantea este tema debido a la importancia que cobra hoy día el mismo  a la luz de los nuevos retos que nos presenta  el desarrollo de la humanidad,  y así nos dice que para la bioética deben existir palabras claves como: ancianidad; envejecimiento; sociedad; cultura; identidad; diálogo;  calidad de vida, todas las cuales cobran un nuevo significado  y que por tanto no debemos olvidarnos jamás de ellas.

Nos da una definición de bioética muy sustancial al decirnos que: “la bioética es esencialmente el empleo racional del  diálogo para formular, jerarquizar y,  a veces, resolver los dilemas planteados por la ciencia y la tecnología. Desde ese punto de vista es un “puente”  entre racionalidades, personas, disciplinas. Tiene un carácter “intersitial”, entre los saberes construidos, y en ello radica su componente de interdisciplinariedad que a veces puede trocarse en transdisciplinaridad si la fusión de discursos es plena y total” [2]

También nos dice que  a su modo de ver, la Bioética puede transformarse en una auténtica herramienta para la convivencia significativa entre personas, ideologías, grupos y culturas.

Nos hace ver que en la medicina contemporánea una de las tareas menos adoptadas es la de cuidar con actitud empática, que implica a veces simplemente acompañar al doliente y hacer sentir compasión, todo lo cual se basa en los fundamento éticos de la vida para todos por igual y la calidad de esta, la necesidad de la comunicación y de la convivencia con la multidiversidad del mundo que nos rodea. Así vemos como en sus trabajos sobre la bioética enfoca diversas temáticas. Las tecnologías, aplicadas casi  siempre con una intención de conseguir un mejoramiento de la humanidad o un bienestar individual o social, lo que obliga a enfrentarse a una serie de cuestiones fundamentales que van más allá de la relación médico-paciente, como por ejemplo los problemas de la etapa final de la vida del hombre. 

Según Lolas, en años recientes, se ha revitalizado el debate sobre la importancia de valores nucleares en la teoría y la práctica de las ciencias sociales, de la epidemiología y de otras disciplinas vinculadas a la salud pública. Lo que nos lleva a la tesis de que valores deben ser distinguidos de las reglas prácticas y los deberes de los expertos. Es por ello que la  mayor parte de las declaraciones de misión institucional o de principios para conducir investigaciones están, no en el plano de los valores fundamentales sino en el de las reglas, las obligaciones y los derechos.

Dentro de los principales tópicos de la bioética  a tratar  en el mundo hoy,  se encuentran el trasplante de órganos (riñones y corazón), la participación de seres humanos como sujetos de experimentación, las técnicas reproductivas, las potencialidades de la ingeniería genética y el consentimiento informado. La fertilización humana “in vitro” – por ejemplo - obliga a reflexionar sobre lo que es específicamente humano y a intentar perfilar qué es lo inviolable del individuo; esta fertilización puede utilizarse con fines eugenésicos, y su abuso aplicada al proceso de morir (distanasia: muerte con prolongada y dolorosa agonía) constituye un modelo de acción para la bioética; las decisiones sobre prolongar una vida cuestionan el concepto de calidad de vida y su medición para considerarla mínimamente.  En el extenso ámbito de la bioética las cuestiones se ubican del siguiente modo: ¿hasta donde se puede introducir lo artificial en la vida humana sin transgredir con ello la integridad de su naturaleza (psicofísica y espiritual)? O bien ¿cuáles son los límites éticos para la acción médica o científico-técnica?

Es por esto que nos dice que la medicina contemporánea ha adquirido las formas discursivas de las ciencias naturales empíricas. Uno de los mandatos en el contexto intelectual de esas disciplinas es realizar todo lo factible, hasta el límite de su capacidad. Tales disciplinas, especialmente las relacionadas con el cuerpo humano cuyo paradigma es la fisiología, proveen la normatividad esencial que preside las  nociones de salud y normalidad.

Así nos dice también, que para las profesiones de ayuda es importante distinguir entre curar dolencias, sanar enfermedades y cuidar menoscabos, pues esta distinción encierra la percepción que de sí mismos tienen quienes solicitan ayuda y quienes la ofrecen. Una de las tareas menos adoptadas por la medicina contemporánea es la de cuidar, con actitud empática, que implica a veces simplemente acompañar al doliente y hacer sentir compasión, todo lo cual se basa en los fundamento éticos de la vida para todos por igual y la calidad de esta. La disciplina bioética enfoca estas diversas temáticas.

Es por ello que las tecnologías, aplicadas casi  siempre con una intención de conseguir un mejoramiento de la humanidad o un bienestar individual o social, obligan a enfrentarse a una serie de cuestiones fundamentales que van más allá de la relación médico-paciente.

Al preguntarle al Dr. Lolas en una entrevista cuáles han sido los principales logros de la bioética dice:

“Básicamente, se ha conseguido sensibilizar a los miembros de la comunidad científica y a los profesionales de la salud sobre los derechos de las personas, la ética del ambiente (eco ética), los problemas de la equidad y la justicia en el acceso a los recursos y los desafíos que, en cada región del mundo, plantea el desarrollo de las tecnociencias. Se han promulgado códigos apropiados para la investigación y la asistencia sanitaria y la mayoría de las profesiones ha revisado su estatuto social en el sentido de una mayor humanización de sus prácticas“.[3]

Así hablando de la bioética y su importancia nos dice además que: “la tradicional ética filosófica no destacó el elemento central de la bioética que es el diálogo. De hecho, puede concebirse la moderna bioética como el empleo del diálogo para tender puentes entre personas, disciplinas, intereses sociales y racionalidades. En este sentido, la bioética es una disciplina “dialógica” y no un monólogo abstracto”.[4]

O sea que dadas las condiciones existentes en la actualidad, ha llegado el momento con la bioética, del diálogo, de abandonar las actitudes paternalistas por excelencia que históricamente han existido en la medicina, pues solo mediante el diálogo,  y el consentimiento informado es posible llegar a resguardar la integridad, la autonomía del ser humano y el respeto que merece este. 

El discurso bioético se articula en la contemporaneidad según Lolas como una constante necesidad de diálogo,  y su mayor desafío será generar un contexto adecuado para la pluralidad moral  de las sociedades, donde se respeten las ideas de todos y se adapten a las condiciones concretas de cada sociedad.

Dice Lolas también, que en la actualidad,  todo esto  significa un paso de avance para lograr los objetivos propuestos por la bioética  en este mundo tan convulso donde predominan los intereses materiales por encima de los espirituales.

Según Lolas entonces, la bioética y la ética tradicional están en estrecha vinculación y hoy se habla de ética global debido ha que ha adquirido nuevas dimensiones,  y es cuando  la palabra ética global nos recuerda que la preservación del ambiente y las relaciones humanas saludables son un imperativo que trasciende lo puramente científico y médico, de todo esto nos llevamos el mensaje entonces que la bioética es un imperativo categórico actual.

La invasión tecnológica en el sector salud no solo ha provocado un alejamiento de los profesionales de las personas que atienden, especialmente en el caso de los médicos, afectando seriamente su habitual relación médico-paciente, sino también un incremento de las desigualdades, y en el mundo de las desigualdades, los mas desfavorecidos son las mujeres, los niños y los adultos mayores. Es por ello que el Dr. Fernando Lolas nos lleva a reflexionar  sobre la necesidad de la reclamación de  la justicia en la distribución de  los recursos, que, en el sector de la salud pueden  identificarse con el logro de la accesibilidad a los servicios sanitarios; pero como la tecnología es más sofisticada de lo que era antes, y también más cara, se crea la disyuntiva de ¿quién debe tener un tratamiento cuando los recursos limitados indican que no todo el mundo puede?.......

Un rasgo distintivo de la teoría bioética de Lolas es el  tema de la equidad, y nos dice que  es macrobioético por excelencia, que está relacionado con la distribución de poder en la sociedad. Para el individuo, su consideración y aceptación es parte de una eticidad básica de mínimos que posibilita la convivencia, pero no asegura la realización plena de los ideales que las doctrinas y la sociedad prometen. Si bien cada individuo por separado no puede lograr o garantizar la equidad, valor que se realiza y perfecciona en el colectivo, puede no obstante reconocer y estimular su manifestación. Es por todo esto que las desigualdades injustas e innecesarias son la marca de la ausencia de equidad.

Si bien los hombres son iguales, es decir, deben tener igualdad de derechos y de oportunidades; al mismo tiempo son distintos y en aras de esa diferencia, deben recibir de acuerdo a ellas, es decir, los más desfavorecidos deben recibir más para que el trato sea realmente equitativo, que es un grado superior al de la simple justicia. Por su parte, el reconocimiento de las diferencias es la expresión del respeto a la individualidad y a la autonomía de cada hombre como ser individual y a la vez social, pues esa autonomía tendrá un condicionamiento  social,  es por ello que la bioética servirá de puente  entre los nuevos problemas planteados a la biomedicina y el ethôs social. 

Conclusiones:

No cabe duda de que tampoco se puede ignorar que el hombre es un ser libre, autónomo, independientemente de su origen, sexo, edad, clase o grupo al que pertenezca, y en tanto que tal, tiene derecho a elegir lo que considera más conveniente para su salud y su vida, siempre que reciba previamente la información de forma correcta y necesaria por parte de los expertos en la materia, el personal sanitario.

El  reconocimiento del principio de autonomía está relacionado directamente con el de respeto a la dignidad humana. El hombre merece respeto y este se materializa cuando respetamos su derecho a saber y decidir sobre cuestiones en las cuales está directamente involucrado y en las que, muchas  veces, se está decidiendo sin contar con él. 

REFERENCIAS.

[1] Fernado Lolas Stepke. Entrevista, Art. Preparado por Carolina Prieto Molano, Periodista. Contrato OPS/OMS (AMR02/032907, enero-2003

[2] Fernando Lolas Stepke. Ciencias Sociales Empíricas y Bioética. Acta Bioethica 2002; 8(1): 49. 

[3] Fernando Lolas Stepke. Entrevista, Art. Preparado por Carolina Prieto Molano, Periodista. Contrato OPS/OMS (AMR02/032907, enero-2003  

[4]. Fernando Lolas Stepke. Bioetica y Vejez: El proceso de desvalimiento como constructo Biográfico.

por Lic. Magdalis Téllez García
Maestrante en Bioética. Segunda Edición 2008

 

Ver, además:

 

                      Magdalis Téllez García en Letras Uruguay

 

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