El Incomparable Florencio Parravicini Por Carlos Szwarcer |
Florencio
Parravicini (1876-1941) ha sido una de esas figuras del espectáculo que
difícilmente se puedan equiparar. Tan insólito como espectacular arriba
y abajo del escenario fue notable tirador al blanco, pionero de la aviación
argentina, corredor de autos, esgrimista, cantante, actor y monologuista
sin igual. Un excéntrico que nació dentro de una familia acomodada y
prestigiosa pero a quien sus desatinos lo llevaron por el mundo con
distinta suerte, pasando de la prosperidad a la estrechez de un día para
el otro. Llegó, en su peregrinar por diferentes ámbitos, a pasar incluso
por la política, logrando un puesto de concejal.
Precursor de los grandes capo-cómicos,
hacía reír con su sola presencia apenas aparecía en el escenario. Sus
ocurrencias divertían a multitudes y solían superar el límite de lo
tolerado por la “moral” de
su tiempo. Tal como le confió preocupado el dueño del Teatro Cosmopolita
a Pepe Podestá, Parravicini
decía “cosas demasiado alegres y divertidas” pero su modo de ser
ponía en su contra a parte de la prensa, que incidía sobre las
autoridades municipales. Esta situación ponía en riesgo la continuidad
del espectáculo y al local al borde de la clausura. En 1911 el escritor y literato catalán Santiago Ruisiñol opinó sobre el actor argentino: “...artista que no puede compararse con ninguno... medio clown, medio juglar, medio cómico, medio serio, observador y desencajado, escandaloso y distinguido... improvisa, llena la escena con su presencia, dejando aturdidos a los actores, a las obras y hasta al público”. |
Carlos Szwarcer
Publicado en “Todo es Historia” Nº 436. Pág. 32. Noviembre de 2003. Buenos Aires. (Argentina)
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