La metiche embajadora de los Estados Unidos (sin que nadie se lo pidiese, espero) ha entregado al presidente Lugo en “donación”, equipo de combate por valor de casi un palo y medio de los verdes, consistente —entre otras cosas— en fusiles de asalto calibre 5.56, chalecos antibalas, linternas laser, visores nocturnos, radios satelitales y otros artículos de primera necedad ¿Para combatir la pobreza? Creo que más bien para combatir a los pobres dentro de las más rancias tradiciones de la sucia guerra fría de otrora, cuando la Doctrina de la Seguridad Nacional era impuesta a cipayos del sur.
Es decir, que para que los ciudadanos de los EE.UU. puedan dormir tranquilos, en el patio trasero se retomarán las nefastas prácticas represivas del siglo pasado, que costaran cientos de miles de muertos en las guerras sucias “contra el comunismo ateo y apátrida” al decir de los perifoneros del partido colorado.
La nueva política del Pentágono (Obama sólo obedece a sus mecenas políticos) es retomar su patio trasero; pero con ejércitos de ocupación locales. Ellos ponen los equipos y los nuestros se encargarán de apretar los gatillos. ¡Bien! ¿Habrá una manera más perversa de conquistar naciones soberanas usando a los ejércitos de esas naciones para someter a sus propios hermanos?
Desde los años cincuenta se han efectuado masacres indiscriminadas —siempre usando a ejércitos y policías nacionales asesorados por
ellos—, torturas, secuestros, desapariciones. Y si no bastaban las fuerzas armadas y policiales, no tenían empacho en formar grupos de exterminios paramilitares, bajo las ¿sabias? directivas de sus embajadores y “asesores”, como en Guatemala, Honduras, El Salvador, Haití, Chile, Brasil, Colombia, Perú, Panamá, Cuba, México…
Creo que en Canadá no metieron la cuchara por razones obvias. Ellos también hablan inglés y algunos hasta francés. No conviene tocar ese avispero. Pero todo lo que huela a latino o sudamericano, está en la mira de sus estrategas de la infamia. Si yo estuviese en lugar de este nuestro pusilánime presidente, devolvería esas “donaciones” y declararía persona no grata a la Ayalde, enviándola a por donde vino. La intención de crear “batallones de asalto” no responde a la defensa de nuestro territorio, sino a crear fuerzas de choque para seguir masacrando campesinos que tuvieron las desgracia de nacer pobres y crecer ignorantes… gracias a la Alianza para el progreso, el STICA, el Punto 4, el Cuerpo de Paz y sus sátrapas paraguayos en función de gobierno desde los años cincuenta para acá.
Creo que es el momento de repensar en nuestras “relaciones” con los EE.UU., antes de que volvamos a las tiranías —civiles o incivilizadas, da lo mismo—, ahora con el nuevo kukulelé del terrorismo, que el comunismo ya no les asusta.
Para ilustrar las “ventajas” de permanecer bajo la sombra del águila imperial, reproduzco a continuación la editorial de Amy Goodman de una prestigiosa emisora de los Estados Unidos, y que me suele llegar con regularidad a mi e-mail. Si queremos seguir teniendo torturados, asesinados, desaparecidos como en los tiempos de Stroessner… sigamos tendiendo la mano a Tío Sam, pero después no tendremos a quién quejarnos ni recurrir para salvarnos, salvo al Yapulín colorado disfrazado de superman.
Editorial de Amy Goodman:
La
lógica de la tortura sigue en pie
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