Carta ciudadana desde el Paraguay (173) |
¡Referéndum, ahora! Peregrina hacia la Constituyente: Chester Swann |
Luque, 15 de junio de 2009 |
Tras
múltiples tropiezos políticos de los presuntos “representantes”
impresentables, el pueblo paraguayo está sopesando la posibilidad de dar
un veredicto apodíctico sobre el sistema del juego político.
Claro que los que ahora están en el candelero áulico no quieren
despojarse así nomás de privilegios, canonjías, salarios
sobredimensionados (e inmerecidos en la mayoría de los casos) e
impunidad. La representatividad
es, hoy por hoy, un buen negocio para los que se fingen demócratas para
engañar al ciudadano. Los también inmerecidos subsidios
electorales son un buen negocio para los partidos; pero en lugar de hacer
escuela cívica, lo malgastan en propaganda hueca e intrascendente y en
engañar al electorado con falacias y promesas desprovistas de contenido.
Y si hablamos de contenido bruto, nos referiremos al intelecto de
los políticos de los partidos tradicionales y sus vástagos coyunturales:
Unace y PPQ que han saltado a la palestra en las últimas elecciones. Por otra parte, el terremoto que hizo temblar
a cierta prensa y al mundillo político-farandulero, fue causado por las
declaraciones (mal interpretadas, por cierto) de monseñor Melanio Medina,
en uso de su derecho ciudadano a opinar.
Por supuesto que el ala opusdeísta de la CEP (ultraderechista si
las hay), lo ha desautorizado, pero sólo como clérigo, no como ciudadano
paraguayo ¡ojo! Es justo y necesario empoderar a la ciudadanía
soberana con una democradia directa, participativa y vinculante.
De lo contrario, estamos allanando el camino a los mafiosos de
siempre, para que sigan haciendo más de lo mismo: llenarse los bolsillos. ¡Referéndum, ya! Debe ser la consigna unánime
de este pueblo, por décadas engañado, humillado, pisoteado por los políticos,
civiles o incivilizados, que también los hay.
Es hora de tomar las riendas del destino de la patria y con una
constitución que nos garantice, no sólo derechos, sino también deberes
puntuales y la potestad de exigir rendición de cuentas a los
administradores de turno. Pero los distintos proyectos que se expongan
deben previamente ser discutidos por la gente, en asambleas, foros y
cuanto espacio se ocupe en cada ciudad, pueblo, aldea e incluso en
capueras y chacras. Luego,
deberá convocarse una asamblea Constituyente con convencionales electos
por la ciudadanía y no sólo por los partidos en listas sábanas.
Para ello pueden crearse movimientos ciudadanos que elijan a los más
honorables que enarbolen y defiendan un proyecto
que propicie una verdadera democracia social de derecho.
La
voz ciudadana debe mover el piso a los canallas que se amparan bajo las
banderas colorinches de los partidos, convertidos en asociaciones lícitas
para delinquir con impunidad. El propio ministro Altamirano ha dado su veredicto y otros, como el honorable doctor Pangrazio sostienen la viabilidad del referéndum. Pero empecemos ya. |
Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento. |
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