Palabras finales A un (a) estudiante de Humanidades |
Sé
que más de una vez te habrás sentido frustrado y aburrido durante tu
pasantía en aulas, como si no valiera la pena continuar leyendo,
aprendiendo, dejando de lado diversiones juveniles y amistades divertidas
―adolescentes como tú― para sumergirte en el aparentemente árido
mundo de las cifras y las frases. Te
comprendo. Yo he sido joven
como tú y presa de los mismos resabios y rebeldías, de los mismos
sentimientos y temores… casi siempre infundados. ¿Sabes?
Lo que siempre me ha sostenido en mis tribulaciones es la voluntad
de no rendirme ni claudicar ante las aparentes dificultades que demandaban
los libros, maestros y profesores, aunque en el fondo sabía o intuía que
los amaba pese a todo. Es
cierto, he sido rebelde e incluso fui azuzado por mi padre para serlo…
con la condición de fundamentar y argumentar racionalmente el por qué de
mis reluctancias y disidencias. ―No
acepto el NO sin lógica que lo respalde ―me solía decir él―,
si no puedes explicar los motivos de tu rebeldía, es que no los tienes.
Pero si los tuvieses, que tus argumentos sean válidos,
comprensibles y certeros. Acepto una rebelión contra las injusticias y las
arbitrariedades. Es más,
incluso contra quienes abusen de ti y contradigan tus valores. Nunca debes ser un manso borrego ni transigir en tu lucha por
ser y crecer dentro de los principios éticos.
Debes romperte, pero nunca doblegarte ante los necios, ante los
malos, ante la mentira. Si
para defender tus justas convicciones debas empuñar espada, que no
tiemble tu brazo en la lid. Sé
prudente, pero no cobarde. Sé
temerario, pero no suicida; Sé tú mismo y no una caricatura de los demás. Si
debes elegir un camino para avanzar, escoge el más recto. Es
cierto que una recta es la distancia más corta entre dos puntos; pero no
siempre el camino más corto es el más recto.
Recuérdalo siempre. Sed
rebeldes, hijos; pero sed justos, y seréis victoriosos en la vida. Pero esto no significa que vais a competir contra otras personas, sino que la batalla será para vencer a la ignorancia, al prejuicio, a la pereza y a la injusticia en todas sus manifestaciones. Vuestros aliados y enemigos NO están a vuestro alrededor… sino dentro de vosotros. Conócete a ti mismo” decía Sócrates… y conocerás el universo. |
Chester Swann
20 cuentos escogidos para jóvenes lectores
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