La benemérita Sociedad Interamericana de Prensa anda muy preocupada por el avance de controles más estrictos a sus “informaciones” y monopolios mediáticos. Y ello es muy natural, tratándose de empresas que venden sus páginas a tanto el centímetro y se preocupan más del rating publicitario que de emitir información veraz, contrastada y objetiva.
Todos ellos —esos patrones empresarios que no periodistas— buscan réditos crematísticos y alegan, abogan, claman por la libertad de prensa cuando lo que realmente quieren es libertad de empresa. Y les recuerdo a estos amos de la opinión pública, que la libertad exige responsabilidad. Nada más y nada menos. El público compra diarios, ve televisión y revistas para informarse, pero a ellos les importan más los anunciantes. “Sí —dijo uno de ellos— los medios on-line son una buena opción, pero tienen poca rentabilidad…”.
Quien estas líneas borronea, busca información, pero no ignora que las informaciones que realmente interesarían al público son negadas de sus páginas. Tampoco los telediarios anuncian quiénes nos están sacudiendo las soberanías nacionales ni cuáles son las reales intenciones de los globalizadores. Esos tipos que trafican con nuestras esperanzas, nos roban nuestros recursos, nos venden armas para matarnos entre nosotros y manipulan cadenas informativas; para volvernos más imbéciles y completar la tarea “educativa” del gobierno.
Nunca, en más de treinta años que vengo investigando sucesos, se ha mencionado a la Comisión Trilateral, al C.F.R., al Instituto Tavistock, al MI5, al Jason Group, al Club Bilderberg y a otras entidades muy secretas, que actúan por encima de gobiernos y soberanías para imponer una futura esclavitud feudal sobre el planeta. La prensa agrupada en la S.I.P. se especializa en escándalos de braguetas y alcobas prohibidas, pavada social, deportes espectáculo, fabricar terroristas a la carta, denostar contra gobiernos progresistas y llevar agua a los molinos de Rockefeller, Morgan, Rothschild y otros señores de la guerra económica.
A lo sumo se ocupan de los hipócritas postulados de la ONU; del inocuo Informe Goldstone, de las chambonadas de ciertos políticos y poco más. Somos muy pocos los que recabamos información contrastada en medios fuera del alcance de las masas, sea en publicaciones dirigidas, como Dissent, Arbusters, Mother Jones, New Republic, Le Monde Diplomatique, VoltaireNet.org, en Internet y algunos documentales clandestinos que fueron radiados de youtube por orden de arriba y ser políticamente incorrectos (Zeitgeist, The final Cut, Addendum y otros).
Información es poder, y la S.I.P. lo sabe. Entonces, la retacea a las masas para evitar que piensen por sí mismas. Prefiere idiotizarlas con programas pedorros de TV alienante, con escandaletes de prensa amarilla, y promocionar las bondades del neoliberalismo, con “opiniones” de tipo Grondona, Neustadt u otros escribas mercenarios de la pluma. Ahora que la Kirschner obtuvo una Ley de Medios se rascan (sic) las vestiduras, claman al cielo y tocan a rebato. Ahora, el nuevo enemigo en el Paraguay son las radios comunitarias y los medios alternativos como “E’a”, la revista “Acción Popular” y algunos bloggers hartos de ser usados por los patrones de los diarios.
Y si la S.I.P. —o sus asociados— creen que el dinero es el principal objetivo, será mejor que se dediquen directamente a la usura empresarial. El conocimiento NO se vende. Se comparte.
Para completar, transcribo in extenso una opinión del periodista Ernesto Martinchuk.
PERIODISMO BASURA. LOS CIUDADANOS ENGORDAN CON LAS `NOTICIAS CHATARRA`. ‘
ESCRIBE ERNESTO MARTINCHUK EN PÁGINA 12
CRITICA CIERTA PRÁCTICA PERIODÍSTICA A LA QUE CALIFICA DE “PERIODISMO BASURA”.
Las personas creemos estar informadas por la sobredosis de noticias que recibimos diariamente –hoy se lee en un día lo que en el siglo XVIII se tardaba casi una vida–, pero, en realidad, se reciben las coberturas que los grandes medios desean difundir. ¿Existe una diabólica agenda que pauta cada día “Noticias Basura”, que se difunden significativamente en los grandes medios de todos los países?
La palabra “infotretenimiento” (infotainment) comenzó a ser utilizada en los ’80 por el académico Carl Jensen, quien agregó que las “Noticias basura son bocadillos azucarados pero nada nutritivos para el consumidor”.
Los ciudadanos “engordan” alimentándose con “comida chatarra”, porque es más barata, y la gente es forzada a consumir “noticias basura”, que aumentan su obesidad cultural y mental en vez de informarlas en forma veraz.
Hoy no nos asombran los periodistas que incursionan en el mundo de la publicidad o del espectáculo. Suelen “vendernos” desde un seguro hasta un yogurt. El segmento policial está auspiciado por la publicidad de puertas blindadas. Pareciera que la calle de la “empresa periodística” y el “periodismo” se ha convertido en una avenida de doble mano.
El “Periodismo Basura” presenta historias que abordan asuntos importantes manipulando historias, trivializándolas o personalizándolas, para, a menudo, derivar en un relato divorciado de los criterios de interés general original.
Por otra parte, asistimos a un nuevo fenómeno: todos los noticieros apelan a las imágenes existentes en YouTube sin chequear, muchas veces, si son reales o armadas. Es significativo el tiempo que en los noticiarios de televisión destinan a banalidades sensacionalistas, en vez de ofrecer noticias que hacen al desarrollo tecnológico, la nanotecnología, la cultura, la educación, la salud, el desarraigo, la migración interna, la planificación urbana o rural, el agua, las fuentes de energía, la minería o problemas que hacen a la calidad de vida vigentes en el país todo. Nos han enseñado a vivir el presente sin proyectarnos hacia el futuro como personas y país. La clase dirigente también, los empresarios y muchos destacados periodistas sólo se ocupan de salvaguardar sus intereses.
Nuestros adolescentes saben más de héroes y “patriotas” extranjeros, se promocionan artistas, festividades y costumbres de otros países mucho más que las de carácter nacional. Como dice mi amigo Jorge Alessandrini: “... en nuestro país a los próceres se los homenajea pero no se los honra...”.
Si una democracia depende en buena medida de la calidad de las formas de comunicación que la hacen posible, es necesario rehabilitar la vida pública, llenando el presente de palabras y actos que permitan imaginar horizontes nuevos dado que faltan propuestas y sobran escándalos en el estéril panorama intelectual de los medios.
Por Ernesto Martinchuk - Periodista. Docente en la Escuela de Periodismo Círculo de la Prensa.
Fuente: Página 12
Más información. www.pagina12.com.ar
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