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Carta ciudadana desde el Paraguay (234)

Luque, Paraguay, 23 de octubre de 2009

Siguen detonando casos policíacos, que por lo frecuentes ya casi no asombran. Santa Rosa de Lima debe estar tan avergonzada de su obligatorio patronato, que hasta sus clásicas tormentas de fines de agosto están perdiendo espectacularidad. En Paraguarí se descubrió otra banda liderada por un sub comisario activo —omito su nombre por decencia— y otros sujetos que se hacían pasar por una comisión fiscal para hacer allanamientos y desvalijar casas. Y suman y siguen, y van...

Pero para tapar sus huellas y suavizar sus cargos, comprometieron a un ciudadano cuyo único “delito” fue haber cruzado llamadas con el sub comisario y en cierta ocasión tomado su pistola en prenda de empeño. A causa de esto está pasando las de Caín sin comerla ni beberla, haciendo de pato de la boda. 

Daría la impresión de que todos los gobiernos que han sucedido a Alfredo Stroessner han hecho lo imposible por conservar escombros humanos en las funciones públicas. Hasta los ex torturadores ya condenados siguen cobrando salario y disfrutando de la fresca viruta e impunidad. Los comisarios actuales, vienen haciendo carrera desde esos tiempos de ordalías dolorosas contra la ciudadanía pensante. Y esto incluye a los militares de alto rango que han iniciado sus carreras durante los años de plomo y ahora fungen de guardianes y custodios de los derechos humanos y la democracia, cuando deberían haber sido dados de baja.

Hasta los colorados (no de vergüenza precisamente) —hoy opositores, tras sesenta años de pasar a saco al tesoro público— están erigiéndose en censores de este novel gobierno que aún no acaba de soplarse los mocos. ¿Olvidan acaso que ellos fueron quienes crearon este sistema de impunidades e inseguridad que están asolando al país? ¿No caen en cuenta de que al apuntar sus índices acusatorios, tres dedos de su mano ultraderecha señalan a sus pétreos rostros? Seguramente la escasez de cemento fue a causa de que se han maquillado los rostros con este estratégico recurso de la INC. No cabe otra explicación. 

Hasta le quieren hacer juicio político a Lugo y su entorno como si éstos fuesen responsables de la inseguridad, cuando que ésta es producto de la larguísima Segunda Reconstrucción que, veintitantos años después aún nos sigue lacerando. Si bien no defiendo a estos novatos de ahora, trato de reflexionar acerca del origen de nuestra turbulenta historia política. 

A éstos de ahora se les puede acusar de tibios, dubitativos e ignorantes de cuanto sucede en su entorno, pero no de mala fe. Se les puede achacar de inoperancia y falta de carácter para deshacerse de esos escombros; de esos francotiradores que vienen del pasado, pero no de corruptos y vendepatrias como los que aún se resisten a irse y hacer mutis por el foro.

No es posible ninguna transición, ningún cambio, ningún progreso, con material gastado y corrompido. Todo cambio requiere sangre nueva, mentes nuevas y conciencias nuevas. Con carroña humana es imposible hacerlo… y Lugo lo sabe, pero le es difícil deshacerse de esa morralla enquistada en el aparato del estado. Lo más que puede hacer el ex obispo es rezar con sus ciudadanos: “¡Dios nos guarde de la policía, que de los ladrones nos cuidamos solos!”.

Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento.

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