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Carta ciudadana desde el Paraguay (254)

 

Los Hermanos sean unidos (II)
Busca a quién hacer un pase de manos: Chester Swann

Luque, Paraguay, 22 de noviembre de 2009

La denuncia hecha por algunos abogados e incluso recalcada por el Dr. Altamirano, miembro de la Corte, a sus propios pares, sobre la sigilosa aunque no tanto invasión de masones en el Poder Judicial, lleva a la opinión pública lo que era secreto a gritos en el anquilosado foro nacional. Era obvio que varios jueces, fiscales y otros magistrados superiores estaban “iniciados” en las logias del gran arquitecto y el objetivo era prodigarse mutuamente atenciones no siempre éticas.

La mayoría de los jueces pillados in fraganti en la percepción de coimas por venta de sentencias, dictámenes o simplemente cajonear expedientes, está en el limbo, con sus juicios paralizados cuando no repuestos en sus cargos sin mancha ni pecado, amén. 

Y todo gracias a sus membresías masónicas, que los librara de todo mal. Pese a todo, un conocido abogado declaró que “pondría las manos en el fuego por la honorabilidad de sus hermanos masones, que tienen prohibido traficar con influencias”, o favorecer a otros masones con sentencias absolutorias u olvidos a la carta. Cabría recordar a este leguleyo que, miles de cosas prohibidas se están cometiendo a cada segundo en este país y en el planeta, que las prohibiciones no hacen mella en los canallas ni frena sus apetencias por el dinero extrasalarial.  

Esta caterva de las tinieblas la tiene bien clara en cuanto a extender la mano al “hermano en desgracia”, así fuese el pillo más redomado del país. A lo sumo asumen sus casos ―algunos bastante graves― como simples travesuras, como lo de los jueces Casatti y Martínez, entre muchos otros o el abogado Bertolucci. Y hay pruebas a montones de ello. De que el Poder Judicial está carcomido por el cáncer de la corrupción nadie duda, salvo ellos, los masones, que lucran con la impunidad judicial y la venta de favores. 

Eso sí, puede que en un principio ―allá lejos y hace tiempo― los masones conformaran cofradías de constructores y bajo ciertas normas y principios (aunque no podamos comprobarlo fehacientemente). Pero luego prefirieron la cantidad a la calidad y las “iniciaciones” se prodigaron simplemente por dinero o “protección” de los poderosos y los resultados no se hicieron esperar. Lo que al principio fueron fraternidades operativas, tras la llamada Constitución o carta de Anderson, a principios del siglo XVII, se convirtió en una asociación especulativa basada en la búsqueda de poder, dinero y… placer hedonista. 

A partir de allí, las logias recibieron a cualquiera que abonase al Gran Cofre su diezmo y recibiera a cambio sus grados, la “palabra” y los “pases” para reconocerse entre ellos. Pero siempre bajo el manto del secretismo y el teatral misterio. Luego, tras rencillas internas por intereses creados, comenzaron a separarse en ritos diversos y hermandades a la cual más pintorescas. El rito de Misraím, el de Memphis, el Escocés antiguo y aceptado, el Gran oriente de Francia, el de York (Royal Ark Chapter) y otros que no recuerdo. 

Al igual que los partidos políticos, cuando surgen desavenencias forman otras carpas y todos dicen detentar La Verdad. También los cristianos y musulmanes forman distintas sectas de la misma raíz y así en adelante. Aún así, muchos de ellos aún siendo de distintos partidos políticos y a veces ensuciándose unos a otros con lenguaje soez ―en las palestras de la politiquería―, en el Templo se abrazan como hermanos y festejan a todo dar sus “lecciones” a los “profanos”, es decir a los no masones. 

Pero también es cierto que como toda corporación, hay logias de militares, de policías, de arquitectos, de leguleyos y del oficio que sea, y ¿cómo no? en los tres poderes del estado y también en esas instancias luchan por las supremacías de sus miembros; siempre en detrimento del país. No hay que olvidar que masones fueron quienes fundaron los partidos tradicionales y los legionarios mitristas que traicionaron al Paraguay; masones fueron quienes entregaron Itaipú al Brasil y Yacyretá a la Argentina. 

Es decir ¡Cuidado con ellos! Especialmente los condecorados con la Orden de Judas Iscariote! 

Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento.

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