La eterna danza de las ¿licitaciones?
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Luque, 4 de abril de 2009 |
Siguen los intentos de desvalijar instituciones como sea; al abordaje, con juicios truchos, con sobrefacturaciones, con alquileres de vehículos… en fin, que las tetas patrias dan de mamar a cualquiera que sepa hacerse de dirección fantasma, RUC de utilería y ejecutivos duchos en el arte del saqueo, previo lobby, por supuesto. Que aunque las cosas se hagan para el lado de los tomates, deben aparentar legalidad, que de eso se trata. Obviamente, hemos dicho antes que la corrupción se baila de a dos, como el tango. El que peca por la paga y el que paga por pecar, según doña Juana Inés, la de la Cruz. Itaipú es una de esas entidades que suelen aceptar cualquier “presupuesto” de empresas fantasmas de maletín, que ofrecen alquiler de transportes desde una panadería, provisión de carne en cantidad desde un minimercadito del interior… o aviones desde una mercería. Por supuesto que las “comi… siones” están a la orden del día, e incluso del minuto y de seguro un insider debrá beneficiarse de ello; es decir uno que está adentro de la institución “favorecida” con el servicio y el ofertante. La prensa nacional ha descubierto y publicado tantos fatos que no es necesario hacer hincapié en cada uno de ellos, sino comentarlos genéricamente y preguntarnos cuál es el “cambio” que recibimos tras el 15 de agosto del año pasado. Lo más aceptable y presumible es que la corrupción cambió de color pero no de mañas. No sé si me explico. Hasta la “incorruptible” Margarita Díaz de Vivar mordió los anzuelos y alteró documentos para “retornar” más de cinco mil millones de tasas “pagadas en exceso”. La administración pública se convirtió en una almoneda de influencias al mejor postor, para lo que sea. Y no sé cuánto tendrá que ver en este entripado el presidente Lugo, pero de que es repartidor de indulgencias indebidas, no me caben dudas. Este gobierno es un suerte de simonía política, al estilo de los papas de antes de la Reforma. Tanto para los infractores y réprobos como para los corruptores de la empresa privada. No sabemos hasta dónde puede llegar la audacia de los sivergüenzas, como Magdaleno Silva y José Chamorro, aforados por castiglionistas, nicanoristas y oviedistas, por el caso Fondo Ganadero. Pero si éste es el “cambio” que nos merecemos… algo habremos hecho… o dejado de hacer. Así que, estimados compatriotas, si les pican las conciencias rásquense. |
Chester Swann
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