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Carta ciudadana desde el Paraguay (277)

 

¡Feliz Equinoccio austral!
Hace algunas disquisiciones sobre la llamada “Navidad”: Chester Swann

Luque, Paraguay, 20 de diciembre de 2009

Nunca se sabrá acerca de la fecha exacta del nacimiento del legendario Jesús de Galilea, ya que la fecha 24 de diciembre correspondía al de varios “mesías” paganos, como Horus, Mithra, Krishna, Dionuisos, Zarathustra, Odin y otros más, todos engenderados por madres vírgenes y simbolizando el nacimento de la deidad solar en el simbólico lenguaje astronómico de la antigüedad, pletórico de metáforas.

Ello explica que el sol marca cuatro fechas importantes en la humanidad: los dos equinoccios (invierno y verano) y dos solsticios (otoño y primavera), indicando los tiempos propicios al reposo, las cosechas, las siembras y la preparación de la tierra. De hecho la pascua judía (Pesaj) es, de acuerdo al calendario lunar, el nacimiento de la primavera. Todas las festividades religiosas en realidad tienen que ver con el lenguaje —primero mítico y luego matemáticamente mecánico—, de los cielos y el discurrir de las estaciones. 

No en balde las preocupaciones del hombre pasaban por la supervivencia. Esto quiere decir, la caza, la siembre, las cosechas, la reproducción del ganado y el reposo invernal, al menos en el hemisferio norte. Esto incluye a todas las culturas antiguas, civilizadas o errabundas, quienes veían en los cielos la elocuente manifestación de dioses imaginarios. Volviendo a nuestro 24 de diciembre, en Judea, a la constelación de Virgo, se la denominaba Bethlehem (La Casa del Pan) representada por una joven con un haz de trigo (la Virgen), en tanto que el cinturón de Orión eran “los tres reyes de Oriente” o nuestras conocidas tres Marías. 

Si bien los Evangelios fueron llevados a la escritura casi dos siglos después de los hechos narrados, no hay documentos históricos que probaran la existencia real del avatar galileo. Tácito, Erastótenes, Plinio el Joven, Aristarco, Estrabón, Éphoros y varios más pudieron haber constatado in situ acerca de la existencia de ese ser tan singular, que resucitaba difuntos y curaba a los incurables. Lamentablemente nadie lo menciona, ni siquiera Poncio Pilatos en sus cartas a Tiberio, aunque sí a varios rebeldes crucificados en el Monte de las Calaveras por diversas fechorías y alteración del orden y la Pax Romana. 

Hasta el Testimonium Flavianus (de Flavio Josefo) sólo cita a un Jashuah como líder rebelde y zelota (juramentado) en sus narraciones sobre Las guerras de los Judíos (67 DC) cuando se hallaba en Roma como escriba de Nerón. En cuanto a Pedro y Pablo, es evidente que no pudieron conocer al Mesías, ya que ambos fueron ejecutados por orden de Nerón en el 66 DC, justamente citados por Flavio Josefo, cuyos escritos fueron falsificados y sufrieron numerosas adendas entre los siglos II y IV para “confirmar” la existencia del Jesús histórico.

Los antiguos cristianos gnósticos, que sí fueron contemporáneos de los Herodes en Palestina, sólo reconocen a Jesús como símbolo solar y el nacimiento de la era de Piscis (Ichtys) al morir la era mosaica de Aries (Shofar). Por ello los esenios tampoco citan Al hijo del carpintero como persona histórica; amén de muchos otros errores en la datación de la Navidad hecha entre 352 a 366 por papa Liberio I, a causa de hacer coincidir la fecha sagrada del dios Mithra (Solis Invictus) reverenciado aún por los paganos de Europa y Asia menor. 

Fue el papa Juan I (470 al 326( quien encargó al Monje Dionisio el Exiguo que calculara la fecha probable de tal acontecimiento. Éste, calculó —aunque con grandes márgenes de error— que el suceso ocurrió en el año 753 AUC (Anno Urbi Condite) de la fundación de Roma, uno de los hitos históricos de entonces, aunque gran parte eran leyendas.

En fin, la fusión sincrética posterior entre las fechas paganas, dio la cristianismo preeminencia sobre las otras religiones solares, quedando fijado el 24 de diciembre definiutivamente, aunque —como se dijera— hay pocas pruebas documentales, pero de todos modos… el sol sale para todos. ¡Feliz Equinoccio canicular para nuestros pacientes lectores y viva el tereré por siempre!

Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento.

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