Carta ciudadana desde el Paraguay (156) |
De cortocircuitos, fusibles y bueyes perdidos.
Busca urgente electricista para gabinetes presidenciales: Chester Swann |
Luque, 27 de abril de 2009 |
Siguen saltando tapones y fusibles en el gabinete de Fernando Lugo, tras sus crisis de paternidad no asumida casi al borde de la andropausia. A tal punto está en cortocircuito el gabinete principal, que son escasos los candidatos a fusibles, es decir, ministros. Sea pór escasez de técnicos, por incapacidad manifiesta, por escasa longitud de lápiz o por querer ser autónomos en demasía. Es claro que en un poder ejecutivo presidencialista como es nuestro caso, son los ministros quienes pagan el pato de los deslices del number one . Los fracasos nunca fueron causales de renuncia ni de juicio político al Presidente, ¡qué va! Sino que, para variar, la piola se suelta donde es más angosta. Más aún si la tensión es propicia para ello y las fuerzas cinéticas se conjugan en oposición. A veces daría para creer que los ministerios son cargos de confianza para proteger al responsable principal de sus propias metidas de pata, como los peones del ajedrez protegen al Rey del jaque mate en este incierto tablero de intereses creados y posiciones enfrentadas. Según apreciaciones del que esto escribe, el presidente optó por aferrarse a ese clavo ardiente del PLRA para no quedar con el sólo apoyo de la minúscula izquierda aliancista de esta “democracia aritmética”; pues pese a su ex clericalidad no asumida sabe con qué bueyes está arando —aún con surcos sinuosos y zigzagueantes— el campo político paraguayo. Mas el problema principal parecer ser la aridez de dicho campo —quizá la deforestación intelectual indiscriminada, a causa de las devastadoras “reformas” educativas—, escaso éste de ideas, de iniciativas y de voluntades políticas, ya que en este primer año, cada uno de los bueyes iba buscando su lateralidad y poco se ha avanzado y menos aún queda para sembrar. No sé si me explico. Ya está pasando la época de la siembra y, si esto continúa nada quedará para cosechar. Parece que gran parte del tiempo perdido se diluyó en inútiles reclamos al Brasil, viajes presidenciales improductivos, manifestaciones varias y peleas internas partidarias. Un año es mucho tiempo. Casi el veinte por ciento de este período presidencial. No es el caso de dejar cosas sin hacer cuando es mucho lo que se ha prometido y mucha la credibilidad perdida a causa de lo sabido recientemente. Mientras tanto, se seguirá perdiendo tiempo en tanteos a ciegas y oscurecimientos provocados por la debilidad de los fusibles; no aptos para reducir la maquinaria burocrática, para demoler los muros de la corrupción, para recuperar lo robado y para lograr el tan anhelado cambio. Y el cambio debe ser radical, no sólo de actitudes interesadas, sino de rumbos éticos y dando preferencia a la eficacia. El tiempo corre y ya no está para limitarse a viajes o recambio de fusibles. Usted, estimado lector u oyente, ¿quisiera el puesto de ministro de cualquier cosa, aunque sea por un par de meses? ¿Sí? Yo tampoco. Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento. |
Chester Swann
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