Necia espera |
Clara 36 años
Departamento
sencillo, Colonia Condesa. Sala comedor, a la izquierda, ventana que da a
la calle. Al fondo, un muro
con dos posters baratos con flores blancas y un espejo. Una gran maceta
con una palma divide los tres sillones que hacen de sala, del pequeño
comedor, mesa redonda, cuatro sillas y un trinchador. Al fondo, del lado
derecho dos puertas, una es la recámara y otra el baño. A la derecha
lateral, puerta a la cocina y puerta de entrada. Bajo la ventana, del lado
izquierdo, hay una mesa con
una computadora y una silla.
Sale
Clara, de la cocina cantando “Óyeme Lola” de Café Quijano está
arreglada, usa zapatos de tacón, lleva puesto un mandil. Mira su reloj
continuamente. Empieza a poner dos lugares a la mesa.
Clara:
Ay mamita, apenas si me
dará tiempo, son las dos y no he puesto la mesa. Donde que Beto es bien
puntual. (Se acerca un plato al
pecho). Mi Beto, ahora sí va a ser mío, todo mío. (Canturreando).
Hoy es el día, el gran día. (Toma
dos cubiertos, uno en cada mano). A ver… qué necesito… pollo, menú
de reyes: pasta, pollo y helado. (Abre
el mueble, pone dos copas). ¿Traerá vino?, siempre trae vino, no veo
por qué hoy se le olvide. Aparte, tenemos que celebrar. Celebrar, claro,
si hoy es el día. Y si no ponemos fecha hoy (Duda)
¿no veo por qué no?, empezando por que nunca hemos comido juntos,
por cierto, (Cambia los platos de lugar). ¿Dónde lo sentaré, frente a la
cocina?, ay, no ¡qué vista tan fea! (Mueve
los platos). Frente al espejo (Se
sienta en la silla). No, se dedicará a contemplarse, bien que lo
conozco, ay, ¡es que es tan guapo! No, mejor que vea a la ventana, la luz
lo inspirará para decirme todo eso que quiero oír, todo lo que debo oír
(Sube la voz). Todo lo que voy a
oír. Ya está lista la comida, apago el horno. (Se
dirige a la cocina, regresa sin
mandil). Qué raro, si es muy puntual (Camina
de un lado al otro). ¿Qué haré mientras llega? Ya sé. (Se sienta frente a la computadora
pica botones). Bueno mi
amor, mientras llegas empezaré a avisar a mis amigas. (Ríe) Se morirán de envidia. Un mensaje para todas. (Empieza
a escribir). Hola queridas que creen
¡se murió la bruja! Y por fin se murió la inválida, la semana
pasada. Sí, así como lo están leyendo, dos puntos Beto ya es libre,
Beto ya es viudo, Beto ya es mío, bueno casi, váyanse preparando, aviso
con tiempo, hoy mismo pondremos fecha para la boda. Firma Sra. Gosselini,
con dos eses, bueno ése será mi nuevo nombre (Pica
botones). Enviar con copia a. (Se
acerca a la pantalla). Ah, sí están todas. Ay ojalá y todas me
acompañen, siempre me han acompañado a todo… bueno, cuando las he
necesitado, como hace cinco años cuando mi embarazo. (Pica
una tecla). Enviar, esto de ser huérfana, es horroroso. Ya, se fue el
mensaje, ay, qué padre, ¿qué pensarán cuando lo lean? (Apaga
la máquina, se levanta empieza a arreglar la planta). La güera dijo
que nunca se moriría la vieja esa, que si ya llevaba diez años en silla
de ruedas, duraría más, pues la silla les quita preocupaciones, allí
siempre sentadota, viendo al jardín ¡ah! Porque esa casa (Sube
la voz) que será mi casa, está hermosa. Bueno, si Beto quiere la
vendemos y nos vamos a otro lado. (Roza
una pierna contra la maceta) ¡Eres una bruta, Clara! Mira lo que
hiciste con tu media. (Se levanta la falda, se ve un
liguero). Si ya tiraste toda una quincena en estas medias, que están
firmadas, espero que Beto se dé cuenta. Luego ni se fija, cuando compré
la ropa francesa tuve que dejarle el precio y pintarlo con rojo, es bien
distraído. (Se lleva el dedo medio
a la boca, lo pone sobre su muslo) Qué emoción, cuando me las quite.
(Se incorpora). ¿En qué estabas Clara?, ah, sí en la muerta que,
¡cómo tardó en morirse! Desde que entré a trabajar con Beto se estaba
muriendo y de eso hace… (Cuenta
con los dedos) Exactamente tres años, sí. Ay ya se está tardando,
¿le pondré un beep? No, para qué lo apuro, seguramente algo se le
atravesó o fue por flores, o por el vino o por alguna otra sorpresita. (Se
frota las manos una con otra) Qué será, qué será (Entra
a la recámara, trae un pequeño
radio de transistores, lo enciende, se escucha El Concierto de Aranjuez,
de Joaquín Rodrigo). Así para que no moleste, (Riega
spray desodorante). Así para que huela rico cuando entre. (Hace
una caravana). Pase usted su señoría, la mesa está puesta, todo
esto es para usted. (Se sienta a la
mesa cruza los brazos y sonríe).
Yo incluida. Ay (Se soba el vientre)
tengo hambre y éste que no se aparece. (Va
a la cocina Entra con un plato servido, come de pie). Mmmmm,
me quedó delicioso (Se atraganta). Sólo esto rapidito (Se chupa los dedos) en lo
que llega (Mastica rápido, se
mete otro bocado) al fin en lo que sube los cuatro pisos, me enjuago
la boca. (Come más despacio) Es
cierto, tiene que subir cuatro pisos. (Se
escucha un ruido. Deja el plato sobre la mesa). Creo que es su coche, ah sí
debe ser él. (Se sube al sillón y
mira por la ventana). Ay no,
no se ve nada, bueno nada de coche azul, nada de Beto, nada de…nada. (Se
sienta en el sillón con desgano). Tanta
emoción para nada. No
entiendo, Beto, si siempre llegas a tiempo, cuando vienes a tomar un café,
llegas a tiempo, en las noches que quieres estar conmigo, llegas a tiempo,
cuando pasas por mí. (Pensativa)
Llegabas a tiempo (Se
pone de pie) ¡Claro! Es por la hora, nunca ha venido a mi casa a esta
hora, es la primera vez (Camina de
un lado a otro). ¿Qué haré,
lo llamo? (Suena el teléfono).
Ay, es él (Levanta
el auricular). ¿Qué pasó mi amor? (Apaga
el radio) Ah…, Rosi ¿qué sucede? No, no lo traigas todavía, ¿ya
es hora? Tan rápido, no Rosi linda, un favor: no lo traigas, mira espera
un poco, todavía no me desocupo, ¿podrías esperar una hora y media? Sólo
una hora…y media no seas malita. Mira, te prometo que ya no te molesto
el próximo viernes. Es más (Pausa)
ya no te vuelvo a molestar. Gracias Rosi linda. Ándale, nos vemos en hora
y media.
Cuelga.
Baja la luz. Lentamente sube la luz y se abre la puerta del departamento
entra Clara con un abrigo negro y lentes oscuros avienta la bolsa
y toma el teléfono. Suspira.
Por favor la clave 3845 a nombre del contador Alberto Gosselini, este es el mensaje (Habla lentamente). Alberto vengo de la funeraria, lloré durante hora y media frente al féretro de la capilla cinco. La gente me daba el pésame, nadie mostró su pena tanto como yo. De regreso tiré el anillo que me compraste, si te interesa recuperarlo, busca en el desagüe. De lo demás, no te devuelvo nada. De parte de Clara. (Con tristeza). Es todo señorita.
Cuelga.
Suena el timbre, Clara camina
lentamente, trata de reaccionar, pone una sonrisa forzada, se quita los
lentes, los mete a la bolsa del abrigo, se lo quita, lo avienta detrás de
un sillón, se arregla un poco, va frente al espejo, suena de nuevo el
timbre.
Voy,
ya voy (Toma su bolsa, saca
algo, se pinta los labios, abre
la puerta). Mi amor, ¡dónde andas! (Muy
lentamente va bajando el cuerpo
hasta quedar en cuclillas). ¿Jugaste mucho, mi cielo?
(Levanta la cara).
Gracias Rosi, ven dale un beso a mami. Qué
dices amorcito ¿vamos al parque? Así terminaremos este inolvidable día.
TELÓN |
Mariluz
Suárez Herrera
de “Cicatrices”
Fondo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, México, 2008
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