Dos lunes en julio

Mariluz Suárez Herrera

"y estando entonces al final de julio
celebró el ancestral Lunes del Cerro
y su octava obligada y entusiasta."


José Constantino Suárez

Todos los años se celebra en la ciudad de Oaxaca1 la fiesta llamada Guelaguetza. Se trata de los dos lunes a finales del mes de julio, en los que danzantes y músicos de las siete regiones del estado presentan un espectáculo en el Cerro del Fortín. Estas siete regiones son: la Costa, la Cañada, la Mixteca, el Istmo, los Valles, el Papaloapan, también llamado Vertiente Atlántica y la Sierra.

El Día de la Azucena o Lunes del Cerro se lleva a cabo durante el mes de julio como reflejo de las celebraciones a la Virgen del Carmen. Al erigir los padres carmelitas su convento, empezó a representarse, cada 16 de julio, una mascarada popular rindiendo honores a su Virgen Patrona. Otras fuentes establecen que los poderes indígenas del valle nunca dejaron de reunirse el 16 de julio de todos los años. Una tercera explicación es que la fiesta debe celebrarse los dos lunes siguientes al 18 de julio, aniversario de la muerte del presidente Benito Juárez. Cualquiera que sea el origen de la fiesta, cuentan nuestros abuelos que "el lunes siguiente al día de Nuestra Señora del Carmen, íbamos de día de campo".

En 1930 se presentó la Danza de la Pluma, y para celebrar el IV centenario de la elevación de Oaxaca al rango de ciudad, los organizadores elaboraron un programa, llamado Homenaje Racial, en el que participaron indígenas nativos de las siete regiones geográficas del estado. A partir de los años cincuenta del siglo pasado, esta fiesta cívico folklórica se celebra en el Cerro del Fortín.

Loa remotos antecedentes hablan de un lugar llamado Cerro de Bella Vista (en zapoteco: tani=cerro, laaonayaa=cosa hermosa, laoni=vista), a un lado del pueblo de Xochimilco. En 1495 Ahuízotl , octavo emperador azteca, dejó una guarnición de soldados para proteger Huaxyacac. Durante los ahora meses de junio, julio y agosto se hacían ofrendas en ese lugar a Centeotl, Xilonen y Huizilopochtli, con motivo de diversas festividades. Es así como el cerro se convirtió en un centro ceremonial. Posteriormente, en este lugar se libraron varias batallas: en 1812, por las fuerzas de Morelos; en 1828, Santa Anna; en 1833 el general Canalizo toma el cerro; en 1858 los generales Moreno y Cobos; y en 1860, Porfirio Díaz. Este importante militar liberal, en 1864 hizo construir unas trincheras formales como defensa contra los franceses nombrando el sitio como Fuerte de Zaragoza, pero la voz popular ya lo llamaba Cerro del Fortín.

La Guelaguetza, forma de solidaridad y cooperación, se aplica a diversas celebraciones: nacimiento, matrimonio, mayordomía, muerte. Ha sido definida como ayuda mutua, hermandad, don gratuito, acto de cortesía, acto de reciprocidad, obsequio, presente, protección, regalo o dádiva. No importa cual sea su significado, ya se ejercía en el lugar donde se destruyó el Templo de la Diosa Centeotl, y donde se erigió la ermita de la Santa Veracruz, hoy Templo del Carmen Alto.

Pasado el tiempo, los fieles asistían el 16 de julio de cada año a una práctica religiosa; "estrenaban" ropa y después de rezar, desfilaban a pie hacia el Fortín, donde escuchaban música y comían. La fiesta siempre terminaba bajo un obligatorio aguacero.

El trayecto que permitió llegar desde los cantos, danzas y ofrendas en la época prehispánica hasta la fiesta actual, a la que asiste gran número de turistas, ha sido largo y conflictivo. Solamente al hurgar n nuestro pasado podemos sentirnos orgullosos de estas bellas tradiciones y costumbres. Es nuestra obligación participar y difundirlas.

Mariluz Suárez Herrera

Julio de 2001

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