Donde ni Dios las puede |
PRESENTANDO El teatro de Martiluz Suárez Herrera pertenece a una sui generación nacida en las aulas de la Escuela de Escritores de la SOGEM (que viene siendo el homólogo de ARGENTORES.) De esa generación ella se ha distinguido por escribir un teatro, diría yo, neoabsurdo, debido quizás a cómo se encuentran hoy las conductas políticas, humanas y culturales en el Planeta, y, aunque difícil de creer esa cultura postmoderna brega por dejar testimonios aparentemente inconexos de la realidad presente. En ese sentido Mariluz ha escrito, sí, a partir del realismo como es el caso del dislocamiento familiar: drogas, divorcios y bulimias; para luego explorar en su profundidad de campo -en el neoabsurdo- de los abusos sobre la senectud, las sexoexplotadoras, e incluso hacer personajes del feto humano, la acidez y la agrura, en obvia postura del hartazgo sobre los modelos convencionales del drama. Donde ni Dios las puede, que aquí se convida vuelta publicación, es una farsa de dulcísimo lenguaje y de acciones abstrusas en donde cuatro humanos que llevan por nombre el de cuatro aves de Cono Sur de la América, reciben una herencia de otro no tan indigente como ellos y se avocan a buscar un apartamento, con características fuera de lo común como los propios personajes de rapiña: Carancho, Chimango, Tijereta y Pirincho. Y si Carancho (búho de cara ancha) es el que menos va contrario a la razón, Chimango por su talla, se vuelve el líder que trata de democratizar el nido en cuya ley natural de la sobrevivencia han de cohabitar juntos pero no revueltos. Chimango sabe manipular conductas y decreta que todo lo que hagan o dejen de hacer deberá ser por voto mayoritario. Estos menesterosos aplican la ley dictada del más chingón y descubren gracias al testamento dictado a su favor, que la adaptación a sus nuevas vidas con acceso a las tecnologías virtuales propias del comercio no van con su propia naturaleza de aves de belleza pluma y negándose al alma no dejan que circule el amor de Carancho con su palomita añorada porque el tribunal doméstico no se lo permite como no permite que se tomen otras libertades. Tijereta
es la mujer que cohabita el hogar de esos rufianes de aguzado estilo; ella
es sexy, astuta, cabrona, acomedida y hasta porno que pone el dulce en el
agrio. Chimango es el dictador de inacabables leyes diarias a su
conveniencia y no es que no ame a los suyos a quienes les preocupa
sobremanera pero nadie, por ejemplo, puede defecar en el dulce hogar si
los otros tres no tienen la misma gana. Castigados para siempre al recibir
una herencia que los sentencia a la jaula de oro vemos como el Hombre, no
las aves, son una rapiña de frustraciones y deseos inacabados, y aún
teniendo más alma como lo dijera el jesuita Calderón de la Barca, tienen
menos libertad. Los escenarios de Argentina, de México y otros
circuitos anexos pide ver en bulto de carne y hueso esta farsa godotesca. Ricardo Pérez QuittPERSONAJES: Carancho Chimango
Tijereta
Pirincho
Escenario minimalista, pueden ser cubos,
bancos, pelotas donde se sienten los personajes. Primer
Canto Chimango:
En ese barrio no vivo, ni lo sugieras. Carancho:
Qué más te da el lugar, lo importante es decidir, se siguen pasando los
días y no llegamos a nada. Chimango:
En cuanto aparezca ese par, tendremos que sentarnos
a definir la situación. Hay
que recordarles que tiene que ser grande, bien iluminado, mínimo cuatro
recámaras. Carancho:
Recuérdales
tú, son tus gustos y apetitos. ¿Estas
chivas son tuyas? Chimango: Sí, ¿por qué? Pirincho:
Y qué ¿pagaste al chas-chas? Chimango:
No, no, no metas mano donde no debes. Esas bolsas son mías. Carancho:
Todo con figura de animalitos chiquito, (tomando
las prendas) osos, lagartija, perro, se ve que no pierdes el tiempo.
Nadie ha dicho que pudieras usar (con
énfasis) mi plata. Chimango:
Nuestro dinero, dijo el otro. La Tijereta ya compró una botica completa y
tú seguramente ya le habrás prometido el oro y el moro a la Teru. Carancho:
Con mi chava no te metas, lo que hago con ella no es asunto tuyo. Chimango:
Tampoco me importa lo que hagas detrás de ella. Carancho:
Que cierres el pico, te digo. Tijereta:
(Entrando) Ni se imaginan lo que
vimos, es moderna, con vidrios amarillos. Pirincho:
Hay unas lamparotas anaranjadas que se ven desde el jardín. Carancho:
¿Tiene
áreas verdes? Tijereta:
Las
paredes tienen tela, la puerta de entrada doble reja, la cocina es
anaranjada. Chimango:
¿Cuántas recámaras? Pirincho:
Cuatro. Tijereta:
¡También
color naranja! Chimango:
¿Las
recámaras? ¿De qué se trata? Tijereta:
Tiene un aire..cien…(duda) ¡Chin!¡no!
no. Pirincho:
¡Cien!
Yo no vi nada de cien. Chimango:
Se llama Zen. Pirincho:
Y no es naranja es a naranja. Chimango:
Déjense de mamadas, sólo necesitamos un lugar donde vivir. Tijereta:
Y ¿qué crees que estamos averiguando? Chimango:
Ya dije que no viviré en una
casa, tiene que ser un apartamento. Tijereta:
Mira,
después de los cuchitriles donde estamos ahorita, cualquier cosa es casi
como la Basílica de Guadalupe o la Catedral Metropolitana. A cual más de
bonitas pero… ¿Cuál será la mejor? Carancho:
Ustedes lo que quieren es encontrar un cuchitril de lujo. Tijereta:
Qué te pasa, las
iglesias no son eso. Chimango:
Recuerden lo que dejó dicho el viejo, tenemos que establecer un
hogar. Tijereta: Ya, deja a un lado tu cantaleta, aparte no lo dijo, lo escribió. Carancho:
¿No que no
sabía escribir? Pirincho:
Entonces ustedes quieren comprar el fuete antes que el caballo. Chimango:
Paren ya con tanta historia, el desgraciado carcamán nos ha sentenciado a
vivir juntos. Por lo tanto, al mal paso darle prisa. Carancho:
Si, es cierto, yo hasta tendré que dejar a mi Teru vestida y alborotada Tijereta:
¿Se van a casar? Carancho:
Y cómo, si ustedes dicen que le desgraciado ese dijo que nadie puede
vivir con nosotros. Pirincho:
Bueno, pues si no quieres dejar a tu chava, házmela buena, pásanos
tu parte. Carancho: No soy pendejo. Chimango:
Entonces chitón. Y olvídense de esta sarta de estupideces (a
Tijereta, le arrebata un papel) puertas de madera, vidrios biselados,
escalera de caracol, estacionamiento, ladrillos a la vista, porcelana
blanca, barra semicircular. Tijereta:
Me faltó poner colores primordiales. Chimango:
Ni siquiera sabes lo que es eso, se llaman primarios. Tijereta:
Dame
acá, la viejilla esa nos dio algunas ideas, queríamos platicárseslas
pero ya veo que no entienden nada. Chimango:
Un departamento con cuatro recámaras, es todo lo que necesitamos ¿les
parece tan difícil? Carancho:
A mí me parece que desos sobran. Tijereta:
Ay, no sean tan melindres. Pirincho:
A mí me da lo mismo pero sí
quiero que esté cerca de un parquecito para ir a correr. Tijereta:
Y REjuntar basura. Chimango:
Hablando de REjuntar, yo lo único que les REcuerdo es que si no hemos
decidido para fin de mes el dinero se REinvertirá y habrá que esperar. Pirincho:
Un REharto. Carancho y
Tijereta:
¡Un año completo! Chimango:
¿Estamos? Carancho:
No
entiendo cuál fue la razón para obligarnos a vivir juntos. Pirincho: ¿Juntos? ¡Muy juntos! Pero no es lo mismo bacín que jarro. Chimango:
No
hay ningún propósito y al que no le cuadre que REnuncie a su parte. Los
tres: ¡No! Carancho:
Yo
lo que creo es que se encariñó mucho con nosotros, éramos sus vecinos,
nos preocupamos de él. Tijereta:
Sí,
sobre todo, RE buenos vecinos sólo
le tocaban para pedirle algo. Pirincho:
Y
¿tú? Bien que le echabas copal al santo. Tijereta:
Yo
lo cuidé, hasta el último día, fíjense, les consta que lo cuidaba, lo
raro es que no me haya dejado a mí todo su dinero. Chimango:
Para
empezar, quién iba a decir que ese muerto de hambre tenía dinero. Y
ni te hagas porque lo cuidabas para quedarte con la mitad de sus
medicamentos. Ya me dijo el de la farmacia que le comprabas una sarta de píldoras
que son para vieja menopáusica. Tijereta:
Dicen
en la tele que a los hombres también les da. Pirincho: A
mi nomás en la puntita. Carancho: Yo no
tengo malos ratos. Pirincho: Pero
qué tal malos gustos. (Carancho
simula golpearlo) Y no
creo que me dé
porque no sé que es eso. Tijereta:
Bueno,
ya dejen de molestarme, en lugar de que se alegren de que nos cayó una
herencia no hacen más que chingar desde que empieza el santo día, en
lugar de ponerse a buscar dónde viviremos. El Pirincho y yo ya traemos
ampollas de tanto caminar. Carancho: El Chimango y yo vimos hoy siete presidencias. Tijereta:
¿Presidencias? Chimango: (Autoritario) Viviendas,
casas, apartamentos y se dice REsidencias. Tijereta:
Ay
para ti todito es RE, y cómo no, si los llevó
la de la agencia, buenos de listos que son. Carancho:
Si
ya acabaron de hacerla de episodios me voy, la Teru quiere que la lleve al
cine. Tijereta: ¡Ah! ¿Ahora vas al cine? Carancho:
Otros
compran ropas con animalitos. Pirincho:
O
REmedios pal dolor. Tijereta: Ya Carancho, no la hagas más difícil ¿cuándo nos vemos? Chimango:
Mañana
a las diez y media pasa la corredora por nosotros. Pirincho:
No
puedo a esa hora. Tijereta:
Desde
cuando tienes algo que hacer. Pirincho: Qué comes que adivinas. Tijereta: Si te la pasas pepenando basura en la calle. Pirincho:
No es
basura, son chácharas de otra utilidad ¿era otra o era siguiente uso? Ya
se me olvidó cómo decía el papel que me dieron. Chimango: Me importa un carajo sus ocupaciones. El que no esté en punto, se
queda y mañana mismo dejamos esto resuelto. Segundo
Canto Detrás del
transparente se ve una pareja besándose y prácticamente teniendo
relaciones sexuales. Se escucha una puerta que se abre. La mujer sale
corriendo. Tijereta entra jalando un refrigerador amarrado con un cinturón.
Pirincho entra con bolsas de botellas de plástico vacías. Carancho entra
arreglándose la ropa y despintándose la cara. Chimango se paseará
placidamente tomando una taza de café. Acomodarán y acarrearan cosas. Carancho: ¡Qué bueno era el viejo! Pirincho:
Yo
siempre lo dije, ese pinché cojo qué bien me cay. (Los
tres lo miran desaprobando) A ver echo reversa, perdón, perdón, no
es así, es que nunca supe su nombre. Carancho: Yo pensaba igualito,
ese viejillo que camina con dificultad “qué bien me cae”. Chimango: Pues dale las gracias a tu presidente que cambió las leyes. Pirincho: ¿Mi
presidente? Y ¿es el mismo que el presidente de ésta? Tijereta: Eres o te haces, hasta yo sé de qué está hablando, son las leyes
para las herencias. ¿Lo dije bien Chimango? Pirincho:
Bueno
es que la doña es muy, muy
así con cultura, siempre oyendo radio y siempre platicando con el viejo,
ese sí que sabía, bueno ese sabio rucailo que vivía en nuestro
edificio... Carancho:
Ya
ni hablar Pirincho, mejor no la compongas. Tijereta:
El caso es que ya estamos aquí, ya vivimos juntos y ya no nos va a
faltar nada. Carancho:
Hasta
nos va a sobrar. Chimango: Esto para afuera, esto se tira, esto no lo quiero, todo esto a la
basura ¡se acabó la mugre! En cinco minutos nos ponemos de acuerdo
yvamos a leer las leyes que mandarán en esta casa. Pirincho: ¿Otras
leyes? Así ni frijoles pido. ¿Eso también lo dijo el viejo o el presidente? Chimango: Eso lo dejó el viejo por escrito y lo digo yo. Carancho:
Y
yo. Pirincho: No
entiendo este cuento chino de
las leyes. Chimango:
Como
no aceptaron vivir en un departamento, como yo decía, ya les di gusto,
vamos a vivir en esta casa pero ya quedamos en que hay unas reglas que
los cuatro tenemos que cumplir, el que no obedezca, se larga. Tijereta:
Sí,
tenemos que vivir juntos y tenemos que ponernos de acuerdo en todo, eso sí
lo dijo el testamento. Pirincho:
¿Y
cuando se nos pele el Testamento? Carancho:
No,
mi Piri, eso sí no te lo creo, sabía que eras tonto pero ya veo que se
te tupe. Tijereta: Sí eh, de a tiro, estás más tonto que un payaso sin circo. Cada uno jalará una puerta, la acomodará,
será su recámara. Los cuatro entran, salen, meten objetos
a sus respectivos cuartos, se
escucha la voz de Chimango. Chimango
en off: Número uno: la casa es sólo para nosotros cuatro. Número dos:
cada semana uno se hará cargo de manejar una cantidad fija como mejor
convenga. Número tres: todas las decisiones que tomemos serán por votación,
ganará siempre la mayoría. Número cuatro: se elegirá un líder, tres
votos aprobatorios por unanimidad … Pausa. Tijereta:
(Entra
Carancho con una maleta) ¿A dónde te nos vas de abuso? Carancho:
Me
voy de fin de semana con la Teru. Tijereta:
¡Chimango!,
¡Pirincho!, ¡vengan pronto! Carancho:
¿Qué
pasa? ¿Qué hice? Chimango: ¿Por qué los gritos? Tijereta:
De
aquí no sale nadie. Pirincho la imita sin decir nada. Carancho:
¿Quien
eres para impedirlo? Tijereta: Mira
manito, si tú sales de viaje, todos salimos de viaje. Carancho: Y qué dijeron, éste ya se dio por vencido.
Chimango: ¿No te quedaron claras las reglas de esta casa? Tijereta: Quien
vota por viajar. Carancho:
(Levanta la mano) Me lleva la
trampa. ¿Qué les pasa? Son sólo dos días, me muero por estar con mi
novia. Chimango: Ya sabes cuál es el camino. Carancho:
Ya
saben cuál es mi respuesta. (Cada uno intenta volver a lo suyo) No soy pendejo. Se escucha
timbre. Pirincho: No abran, puede ser alguien. Tijereta:
¡Tarado!
(Abre, recibe un paquete)
Gracias. Chimango: Dame acá antes de que hagas un destrozo, celular para el Pirincho,
celular para Tijereta, (a Carancho)
tome, llame a su Teru, puedes hablar con ella las veinticuatro horas, es
casi como ir de fin de semana. Celular para mi…guelito. Tijereta: (Suplicante)
Ten, te lo devuelvo, no tengo con quien hablar. Pirincho:
Yo
tampico, tenlo. Chimango: No sean bueyes, háblense entre ustedes. Cada uno entra en su recámara, sonido de
celulares ad libitum. Pausa Tijereta: Está
padre mi tele Saimsung. Carancho: La mía también. Pirincho: Iguanas
ranas. Carancho: Y mi Ipod. Tijereta: Y mi
karaoke. Carancho:
Y
mi Mp3. Chimango: No,
es mp4. Tijereta:
Mi cámara
digital es rosa, porque soy mujercita. Pirincho: La
mía es negra ¿y la tuya? Carancho:
¿Traen hoy los pleiesteshon? Pirincho: Buza con la puerta, Tijereta. Pausa
corta Chimango: Lupa. Tijereta: Aprobada. Chimango: Brújula. Tijereta: De acuerdo, y mis lentes de sol. Chimango: Termómetro. Tijereta: Se cancela. Chimango: Con barómetro. Carancho: Aprobados. Chimango: Binocular con zoom. Tijereta: Inútil, lo cambio por mis lentes. Chimango: Espera, no he llegado a los lentes. Pirincho: No entiendo ni maíz. Chimango: Calladito y votando, telescopio con trípode. Tijereta: Aprobados. Pirincho: Negamiento. Tijereta: No se dice así, (a Chimango) no dijiste los mosquiteros, se dice objeción. Pirincho: Obje ¿qué? Carancho: Ay tú sólo pides cosas inútiles. Lentes de sol, consulta para aumento y elevación de busto, crema para celulitis rebelde. Chimango: Bueno es mujer, qué esperabas. Tijereta: ¿Apuntaste
la puerta corrediza? Chimango: Sí,
acrílico color azul. Tijereta: De
aluminio, que no se te olvide. Y cuatro cortinas térmicas. Pirincho:
Inyección. Carancho y
Tijereta:¡Objeción! Carancho:
Faltan parlantes, auriculares, pilas y cables. Chimango:
Eso
no es importante, por ahora. Pausa corta Carancho: Ya
lo sé tarados. Tijereta: ¿Quien
agarró la libreta de los gastos comunes? Carancho: No sé. Pirincho: Yo
no. Tijereta: Ya lo
calentaste. Carancho: ¿Las
vulgaridades? Pirincho: ¿Qué
cosa? Carancho: El sustantivo plural. Tijereta: La
calentura o la taradez. Carancho:
La vulgaridad. Pausa corta Tijereta: Necesito
unas ollas para cocinar. Pirincho: Obyeito. Carancho: Tú
compras porquerías cuando a ti te toca. Pirincho: ¿A mí? Carancho: Necesito
coche para pasear con la Teru. Pirincho:
Obyección. Carancho: Necesito
un pantalón. Chimango:
Tres
pantalones y una falda. Pirincho: Obyeción, cuatro pantalones. Tijereta: Bueno, pero ya me cansó el color gris. Chimango:
Píntalo
de rojo. Carancho: Hablando
de rojo, no me gusta la carne cruda. Pirincho:
Te
chingas. Carancho: Quiero
ser vegetariano. Tijereta: Quien vota por suprimir la carne cruda. Pirincho: Voto por acabar con toda la carne. Tijereta: La carne tiene proteínas. Pirincho:
Objeción. Pausa Las cuatro puertas están cerradas. En
cada pausa aparecerá un mueble o caja más en escena, ellos mismos los
llevarán dentro y fuera de los cuartos y del
escenario, poco a poco la ropa se irá igualando hasta el final en
que estarán vestidos iguales. Uno de los cuatro llevará puesto un delantal,
cambiando en cada escena. Chimango:
¿A dónde crees que vas? Carancho: Al
Monte de Piedad. Chimango:
Esta
prohibido hacer trámites pignoraticios. Carancho: ¿Qué? Chimango: Ya
lo dije, no voy a repetir. Tijereta:
Ay, me gustaba más como hablabas antes. Cuando te entendía. Chimango Qué
es lo que no entiendes. Tijereta: Todo eso que hablas, hace semanas que no se te entiende ni madres. Chimango:
Claro,
me dedico a estudiar, tengo profesora las 24 horas del día. Ustedes
porque son un trío de dejados, ahora que tienen dinero no saben
aprovecharlo, no les interesa superarse. Carancho: ¿Quien
quiere superarse? Pirincho: ¡Chimango! Pausa Chimango:
(A
Carancho) Sigue jugando con fuego y te quedarás patitas en la calle.
Este es un cuadrado perfecto, así
tiene que seguir. Tijereta: Estoy de acuerdo, es un cuadrado porque somos cuatro pero en mis
lecciones de mi escuela aprendí que el cuadrado se puede hacer triángulo. Chimango:
Muy
bien, Tijereta, veo que estás tomando clases con la maestra perfecta, la
red. Tijereta:
La ¿qué?, qué clases ni que clases, simplemente me acuerdo de
cuando era niña y iba a la escuela, ay como me gustaría volver a ir a la
escuela, volver a ser niña. Chimango: Bueno,
eso a nadie le interesa, volvamos a las desproporcionadas
ambiciones de Carancho. Tijereta: (A Carancho) No puedes
sacar la computadora, no puedes venderla, ni prestarla, ni… Carancho:
Yo
no uso ese aparato, ni los otros aparatos,
me sirven para niguas. Pirincho:
A mí
me sirven ni pa botana. Tijereta:
Quien vota por… Chimango:
Dije
que ¡no! Ustedes no entienden lo útil de la modernidad, no quieren
adaptarse a esta nueva vida, no quieren subir en la escala social, estoy
hablando, háganme caso, no he terminado. ¿Qué carajos quieren? (Más
enojado) ¿Cabalgar sin barboquejo? Pirincho: Cómo
dijo Melgarejo, prefiero estar en la prángana que aguantar a este alzado. Tijereta: Yo también. Carancho: Iguanaux raniux. Los tres se encierran, Chimango toca a
sus puertas. Chimango: Pirincho, Tijereta, Carancho.
Pausa Pirincho jala una serie de objetos
amarrados uno detrás de otro, Tijereta esta amarada al final de la fila,
atraviesan el escenario cantando. Tijereta Y
Pirincho: « Pu, pu pu, chucu
chucu chucu chucu chu, Pu pu pu, va la maquinita echando humo de algodón. » (ríen) “Pu,
pu pu, chucu
chucu chucu chucu chu, Pu pu pu Por un túnel viejo el trenecito va a pasar. » Chimango:
(Sale) ¿Ahora que se traen?
No me dejan concentrar y no entiendo nada de la estructura porosa del
Pterocéfalo. ¿Qué es esto?, van a romper los lentes, van a descomponer
los aparatos. Siguen
en lo suyo. Tijereta Y Pirincho: « Pu, pu pu, chuc
chucu chucu chucu chu, Pu
pu pu, (patean las cajas) chucu,
chucu… » Chimango: ¿Sabes lo que cuesta esto? Tijereta: (Ríen) “Que contentos se pusieron al llegar a la estación,” saluda Piri, “Pu,
pu pu, chucu chucu chucu chucu chu, Pu pu pu » Chimango: ¡Silencio! Recojan este tiradero. Pirincho: No te me pongas al brinco porque es mi celular. Chimango: ¡Cuidado! Pirincho: Con pendejos, ni a bañarse, es mi telescopio. Chimango: ¿Qué les pasa? Tijereta: ¡Ah! No te gustó esa. (Cantando) “A la víbora, víbora de la mar, de la mar Por aquí pueden pasar Los de adelante corren mucho Los de atrás se quedarán, tras, tras tras. Una mexicana que fruta vendía Ciruelas, chabacanos, melón o sandía. Verbena, verbena…” Chimango: (Toma una prenda del piso) ¡Basta! Dije ¡silencio! Tijereta: (Se lo arrebata, limpia el piso) Era mi vestido Christian Yor. Pirincho: (Martillando) “Tras, tras tras.” Era su zapato rojo. Tijereta: Fue nuestro juego de damas. Pirincho: Fue nuestro reloj de pared. Tijereta: Fue nuestro abanico de pedestal. Chimango: Levanta esa pantalla, la vas a estrellar. Tijereta: (Cantando) “La múcura está en el suelo ¡ay! mamá no puedo con ella, me la llevo a la cabeza, ¡ay!, mamá no puedo con ella. (Pirincho la acompaña rozando dos objetos, como güiro, bailan) La múcura está en el suelo ¡ay! mamá no puedo con ella, me la llevo a la cabeza, ¡ay!, mamá no puedo con ella. Es que no puedo con ella, mamá no puedo con ella. Muchacha, si tú no puedes con esa múcura de agua, Pa’ que te ayude a cargarla, Muchacha, llama a San Pedro. (Engrega
la pantalla a Pirincho) Mi Piri no sé qué hacer con esta múcura de agua.” Pirincho: (Revisa la pantalla) ¿Agua? (Muy sorprendido) A chaleco mi reina, por eso se ve así azulita la pantalla y ¿por dónde le meten el agua? Tijereta: (Los dos golpean los aparatos) Así ni cantar es bueno. Chimango: Carancho ven, Carancho mira a este par de estúpidos, inconscientes, la destrucción que están haciendo. Carancho: (Cada uno detiene al otro) Calmantes montes, pájaros cantantes, vamos a platicar, ¿qué está pasando? Chimango: Bueno, habla tú con ellos, que está por empezar mi lección de sueco. (Sale) Tijereta: Pero si estos eran los lentes del viejo. Carancho: Y ¿esto qué es? Tijereta: ¡Mira! El reloj que tanto buscó el viejo. Piri,
Piri dime cómo lo conseguiste. Carancho: Ah, ¡le robabas al viejo! Pirincho: Bueno, yo sacaba las basuras cuando el ruco dormía, tenía que rascarme con mis propias uñas, bueno, eso era antes… y de repente algo se venía de más. Tijereta: ¿Algo? ¿Esta billetera es algo? ¿Estas pantuflas son algo? Me hizo un hoyo cuadrado porque no las podía encontrar. Carancho: ¿Qué no se han dado cuenta? (Poco
a poco sacan los objetos del escenario) Es como ponernos un fierro
amarrado en el pie, castigarnos para siempre.
Ultimadamente, y a mí, a mí porqué me dejó un pinche dinero que no se
lo pedí, yo no lo necesito, además yo nunca hable con él. Tijereta: Pero él se comunicaba contigo toda las tardes. Carancho: ¿Conmigo? ¡Estas inventando, estás loca, todos nos estamos volviendo locos! Tijereta: Sí y te maldecía todas las tardes, golpeaba tu pared con el bastón. Carancho: ¿A mí? Tijereta: A ver, qué hacías todos los días de seis a nueve. Carancho: Ah, no me lo recuerdes, no quiero hablar de eso, la extraño, no saben cómo la extraño. Tijereta: ¡Claro! Se montaba a la Teru de seis a nueve, ¡todos los días! Pirincho: Así de a tiro diario, ¿diario? ¡Llegando y haciendo lumbre! ¡Eres mi héroe! Carancho: Y eso qué, Tijereta, no veo qué tenga que ver con mi observación. Tijereta: ¿También tú? No empieces a hablar así como el otro porque ya no cuento nada. Pirincho: Síguele, síguele, a ver, ¿qué tiene que ver? Tijereta: Tienen que ver los gritos, sobre todo esos aullidos de gata moribunda, los chirridos de la cama y toda la alharaca que armaban, sus carcajadotas, la música a todo lo que da, eso le molestaba al viejo, y le molestaba bastante. Carancho: Y ya que sabes tanto, ¿por qué no le dejó dinero a la de la carnicería? Pirincho: También era nuestra vecina. Tijereta: Porque tiene cuatro hijos. Pirincho: Y al panzón del ocho. Tijereta: Porque está casado, tiene vieja que cargar. Pirincho: ¡Chin! Y a este hijo de su madre que no deja de estarnos chingando. Carancho: Sí, yo también quiero saber qué le vio. Tijereta: El Chimango le cobraba la renta. Carancho: Entonces ya era rico, ¿era el dueño del edificio? Tijereta: No, como crees, era compadre del dueño y nada más. Pirincho: Termina tu historia, ¡por favor! Tijereta: A su compadre le molestaba ver al viejo, porque le debía dinero, así es que mandaba al otro para no verle la jeta. Pirincho: ¡Ya salió el peine! Carancho: Y tú como sabes todo eso. Tijereta: Yo oyía desde mi cocina como lo amenazaba con llamar a un abogado si no pagaba a tiempo, y cada mes era la misma monserga hasta que colgó los tenis. Pirincho: ¡Ah, pus sí! Carancho: Creo que ya voy entendiendo. Pausa Carancho
(En
un rincón, sentado en el suelo, habla por teléfono, cada vez mas triste) No mi reina, ya te lo prometí, voy a
hablar con ellos, sí claro que te quiero pero cómo le vamos a hacer, vas
a trabajar ¿para mantenerme? Bueno piénsalo, más tarde te llamo, no sé…
quieren poner barrotes, ya no voy a poder ir a dormir contigo.
Sabes, extraño cuando podíamos sentarnos en el parque y darle de
comer a las palomas y extraño… (Entra Tijereta) quisiera información sobre promociones y sorteos, sí
yo me comunico más tarde. Tijereta: Yo también extraño, me gustaba cuando podía ir al mercado y
comprar mis nopalitos o un trozo de carne o un sope con queso. Que tal si
vamos al tianguis. Carancho: Así
sin decirle a los otros. Tijereta: Sí, uno está dormido y el otro metido en las encueradas de su
computadora. Carancho
¿Metido? Tijereta: Bueno, es un decir. Y
tú que es lo que más extrañas. Carancho
A
mi Teru, ya me amenazó, dice que ya me va a cambiar por otro, no se que
voy a hacer. Este encierro me está dando duro. Tijereta: Espérate, déjame hablar con ellos. Carancho
No,
ni lo intentes, no entienden de razones, tendríamos que conseguir un
novio para ti y dos viejas para ellos, entonces sí estaría completo el
cuadrado como dice Chimango. Tijereta: Mira que tal si le echo los perros al Piri, así ya no sería
cuadrado y seriamos tres contra uno. Carancho
A mí
se me hace que el Piri batea chueco, yo creo que no le gustan las mujeres
y si no te ha dicho nada, ya no te va a decir. Tijereta:
Dirás lo que digas, decir no pero que tal hacer, cada vez que me
toca mi semana de la limpieza él esta viendo el canal de Venus, yo ya lo
puse y es buenísimo sirve para explorar tus límites, bueno, así dice la
propaganda, te digo cuales ya vi. Las
horas perdidas, La más buena de la familia, Pasiones sucias, aunque
esa no estuvo tan buena, sí un poco sucia. Carancho: Ya
Teru, digo Tijereta, no me interesa. Tijereta: Y hoy van a pasar El beso
francés y Bitches, que es
algo así como putas pero que hablan en otros idiomas. Ah, y hay una buenísima,
te la recomiendo Pasión, fantasías
y sexo. Carancho: Menos
mal que a ti no te gusta eso. Tijereta: Ándale, vámonos al tianguis y te sigo contando. Salen Pausa Se escuchan quejidos de dolor, alguien
vomita, jala la cadena del baño. Chimango:
Qué
veneno le pusiste a la comida. ¡Tijereta! Tijereta: ¿Yo?,
qué te pasa, soy incapaz de hacer eso. Todos comimos lo mismo. Chimango:
Tráeme
tu bola de medicinas, pícale tarada y llama a Carancho. Pausa, se escuchan pasos apresurados,
puertas que se abren y cierran. Chimango
en off: Número
once: Cada semana el cocinero en turno probará toda comida y bebida media
hora antes de que los otros tres coman. Número doce: Queda
terminantemente prohibido bañarse, orinar y defecar sin que uno de los
cuatro supervise dicha acción. Tijereta: (Entrando
con toallas y sábanas limpias) Ay sí ¿De qué mueren los quemados? Lo que quieren estos es ver mis partes, pues fíjense que
no. Chimango
en off: Número
diez y ocho: Se prohíbe esa palabra en todas sus acepciones. Pausa Chimango
Eres
una pobre mujer lábil, no entiendes de razones y todo lo estas haciendo
mal. Tijereta:
(Lo mira sorprendida) ¿Eso
no es bueno? Chimango
No
es bueno ni malo pero déjame terminar. Tijereta:
Entonces ¿no me van a castigar? Chimango
Por
ahora no, pero si ya quedamos en algo, por qué tienes que romper las
reglas. Tijereta: Porque los tres queremos vivir como antes. Chimango Ah
sí, y seguir pasando hambre, viviendo en un tugurio, guarida, perfecto. Pueden
largarse los tres juntos. Tijereta:
No, tenemos que dividir todo en cuatro y entonces… Chimango: Ustedes
me eligieron como líder. Estamos
siguiendo las intrucciones del viejo, los tres votaron. Y ¿qué se
creen?, que ¡voy a permitir una victoria pírrica! Tijereta: No te entiendo, hace meses que ya nadie te entiende, te crees que
por usar esas palabrotas que nadie entiende vas a conseguir que sígamos
haciendo lo que tú digas, pues no. Chimango: Antes
de que el viejo se muriera… Tijereta:
(Lo imita) Número diez y
ocho: Se prohíbe la palabra muerte. Y sabes
qué, eso era antes. (Lo
reta) Ahora yo digo que hay que hacer unos cambios. Carancho:
(Entra)
Yo tampoco estoy a gusto. Chimango:
Y
qué es lo que nos falta, lo tenemos todo. Pirincho:
(Entra) Yo obyecto. Carancho: Cállate
guey, la onda va por otro lado. Tijereta:
Somos
tres y no nos gustan tus leyes. Carancho: Sí queremos cambiarlas Pirincho: Carancho,
¿cual era la otra palabra como “objecto”? Chimango:
Para
información de todos, el cuadrado ya se convirtió en punto. Pirincho:
¿Dijiste
puto? Chimango:
Carancho,
dile a la Tijereta que le ponga
un pañuelo en el hocico y le tape la boca, así no se puede hablar. Tijereta: Por qué carajos tuvo
que morirse. Pirincho:
(Le
tapa la boca) Prohibida, palabra prohibida. Carancho: Nos condenó para siempre. Chimango
Yo
más bien diría… Tijereta: Cállate,
hablaremos uno por uno. Carancho:
Pero
este sólo dice tarugadas. Pirincho: Sigo
yo, fue tu maldita idea. Chimango:
Es
lo que él dispuso, hay que darle vuelta a la llave. Tijereta:
Habla
en español. Carancho: Mi turno, nos condenamos solitos. Tu
turno. Pirincho: A mi
me gustaba mi otra vida. A ti también ¿verdad, mi linda güerita color
de piano? Chimango
Vaya,
habló el lerdo. A ver si dejas tu zalema. Tijereta:
Me
quiero acordar, ayúdenme a acordarme, creo que todo se me esta borrando. Carancho:
A mi
se me pierden las palabras. Pirincho: Paso,
no sé qué decir. Tijereta:
Se
tomó una buena revancha, viejo
desgraciado. Chimango: Y ustedes qué esperan. Métanse en sus madrigueras, para eso las
compramos, corran, corran como delincuentes, quítense de mi vista,
malagradecidos. Todos salen, entran en sus cuartos,
azotan las puertas. Se escuchan gemidos, música, sonido de computadora.
Sale Tijereta cierra cada
puerta con llave, se auto encierra y avienta la llave al público. Pausa
Tercer
Canto Con juego de luces, cuatro puertas
decoradas con barrotes, se abrirán verticalmente
como jaulas. Los cuatro personajes se moverán detrás de las puertas,
entrando y saliendo por el corto espacio y hablando a través de los
barrotes sin dejar el escenario. Hablarán Pirincho:
¿Por qué no invitaría al gordo de la panadería a vivir con
nosotros? Carancho: O a la de la carnicería, estaba buenísima. Chimango:
No,
estaba mejor la de … Tijereta: Era gorda, no, se puso gorda, ¿cómo estará ahora? Chimango:
Muerta. Pirincho: ¡Aahh!
Palabra prohibida, no vale, perdiste tu turno. ¡Qué padre! Carancho: ¿Alguna
vez tuviste un plan? Chimango:
Para
mí que estos se quieren escapar. Carancho:
Pobre
mujer. Tijereta: Hoy en la mañana Carancho me pareció deprimido. Pirincho: Sí,
muy imprimido. Tijereta: Y un buen día sientes que ya no puedes más, quieres quedarte
sola, quieres que se vayan, quieres que se mueran. Pirincho: ¿Dijo
mueran? No, se me figuró, dijo fueran. ¿Cómo eran las fechas? Tijerina,
se ponía primero el mes o el año. Tijereta: Creo que el día de la semana. Y me llamo Tijereta. Chimango:
No
pendejos, se ponía el número. Pirincho: ¿Entonces yo nací en un día, o nací en un número? Carancho: Correr,
salir, hace mucho que no decía esa palabra, es una palabra muy bonita. Pirincho: ¿Miedo?
No pus sí, dónde hay miedo, ni coraje da. Tijereta: Me acuerdo como era su piel, estaba viejo pero se sentía suave, yo
le ponía cremita todos los días, y lo bañaba y lo vestía. Carancho: Díganme por favor, qué se sentía, cómo se sentía, cómo eran
los abrazos. Chimango:
A mí
también ya se me olvidaron. Pirincho: Oigan. ¡Oigan! ¿El miedo es el papá de la locura o la locura es
la mamá del miedo? ¿Está
allí? ¡Contéstenme! Los cuatro entran en sus respectivos
cuartos. Se escuchan trinos de pájaro por unos treinta segundos, la luz
baja y se iluminan las cuatro puertas resaltando los barrotes que simulan jaulas, a contra luz se ve un pájaro
dentro de cada jaula, se escucha el “Concierto de Aranjuez” de Joaquín
Rodrigo hasta mezclarse con música ranchera, se reproduce la tercera
estrofa de “Grítenme piedras del campo” de Cuco Sánchez. OSCURO |
Mariluz
Suárez Herrera
Donde ni dios las puede
Prólogo Ricardo Pérez Quitt
Editorial Doble Sol
Buenos Aires, Argentina, 2009, 47 pp
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