Estación Potrero |
Diálogo doméstico |
SERGIO:
¿A dónde crees que vas? ¡Si es domingo! JOSEFA:
Voy al plantón del partido, luego vengo. SERGIO:
Ya aplácate mujer, ¿qué no fuiste ayer con la comadre? JOSEFA:
Sí pero lo de ayer fue marcha. SERGIO:
¿Qué no te das cuenta de que son una bola de locos, amargados y
rojillos? Un día de estos vas a aparecer por allí tirada. JOSEFA:
Pues esa bola... de lo que tú dices, ya me prometieron un premio, por eso
no falto. SERGIO:
Pues fíjate que no, ya estuvo suave de tu mentado partido, marchas y
tarugadas, nomás te largas y dejas a los escuincles solos. JOSEFA:
No están solos, están con tu mamá. SERGIO:
Son tus hijos, no de mi mamá. JOSEFA:
Pues entonces tú hazte cargo, en lugar de irte al juego con tus amigotes. SERGIO:
¿Yo? Yo trabajo todos los días mientras tú andas de chacualera,
sonsacando a las vecinas y dejas tus obligaciones. JOSEFA:
Tampoco voy a estar maneada como tú, sólo esperando la raya, que no
alcanza para nada. SERGIO:
Pos a ver si te sosiegas, porque ya nos va a llegar lo del aumento, vamos
mejorar... JOSEFA:
¿Mejorar? ¡Eso te lo creerás tú!
Al menos del PRD me van a dar mi terreno, como se lo dieron a mi
madrina, allá por La Preciosa. En lo que vuelvo, cuenta los años que van
a pasar para que me lo compres con tu méndigo sueldo. Y eso, sin antes no
te liquidan. |
Mariluz
Suárez Herrera
De "Una mañana cualquiera"
Ediciones Luna de Papel, Monterrey, N. L. México 2006
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