Eduardo Antonio Soto Pimentel - Mi padre, locutor de radio. Mi madre, cocinera y planchadora. Pareja común en los años sesenta, cuando ellas se enamoraban sin remedio de esos hombres de farándula.

 

Nací el 29 de diciembre de 1965, y veinte años después ingresé a la escuela de periodismo de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá, buscando una excusa para escribir. La primera noticia que redacté tenía más bien cara de cuento, y malo: la entrega de premios a los videos Maxell, del Canal 4. No servía ni como una cosa ni como otra, así que jamás se publicó.

 

Mi primer trabajo serio fue como mensajero de Panorama Católico, del que pasé de la mano de Mélida Sepúlveda a El Panamá América (1990). Entonces era aseador de la sala de teletipos. En 1991 me hacen reportero; dos años después Editor Especial de la página de reportajes diarios, y al año siguiente Coordinador de Noticias del diario Crítica.

 

Abandono EPASA en 1995, para dirigir el equipo de noticias de RPC Radio, experimento que fracasa en doce meses. Lo mío es escribir, no hay duda. Vuelvo como Jefe de Redacción al diario Crítica en 1996, y empiezo la columna Hojas Sueltas, en definitiva el espacio que sirvió para romper los diques, y dejar que madurara el escritor que llevo dentro desde los doce años, cuando se me salió del alma el primer poema.

 

En el año 2002 doy el paso que fue la clave: el Diplomado de Creación de Literaria en la Universidad Tecnológica, y espanté todos los fantasmas.

 

Actualmente dirijo el diario DIAaDIA, un pequeño torpedo que ha estado convirtiéndose en fenómeno periodístico y comercial durante el año 2003. Pero tiene un pequeño defecto: su formato impide escribir muy largo. Por eso debí desahogarme, y escribí estos cuentos... cuentos nada más.

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