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General MacArthur 
El gran jefe del Pacífico

Fabio Solano
solanofabio@hotmail.com
 

"Yo estuve en Japón, con el general MacArthur". La afirmación, un poco altisonante, se oyó bien claro en el bar de Queens donde se reunían los hispanos luego de concluida la guerra en Europa. La voz pertenecía a un hombre de unos treinta años, cuya piel tenía la tonalidad un tanto oscura, como un bronceado natural, la cual sumada al negro bigote recortado, hacía estragos entre las damas. No es que fuera muy apuesto, ni algo especial, pero tenía una capacidad de hablar, de adornar cualquier evento de tal manera que "capturaba" a su interlocutor, especialmente si era mujer. Por eso María estaba en aquella mesa de un restaurante hispano, comiendo lechón asado con habichuelas y bebiendo cerveza tibia, la cual seguro cambiaría después por un vaso de ron, a instancia de Johnny, el hablador.

-A mí me tocó -continuó el joven- inaugurar las baterías de 105 milímetros. Viajamos largo hasta Hawái y de ahí rumbo a Osaka. Pero no fue fácil. El general MacArthur era un gran comandante, y había sido derrotado cuando estaba en Filipinas, como jefe máximo. Él fue quien dijo "I shall return", y en verdad estaba regresando para darles una paliza a los japoneses. ¿Sabes? Yo siempre he creído que esos tipos de piel amarilla y ojos así como colocados al revés, no son de este mundo. En Hawái nos quedamos unas semanas y ahí descubrimos un local puertorriqueño. Una vez llegué cuando ya estaba aquello lleno de uniformados y de pronto se levantó uno y comenzó a cantar en español, era un soldado borracho. La canción se llamaba "La Despedida", hablaba de la guerra y de uno que se iba. Decía algo así como: "Vengo a decirle adiós a los muchachos porque pronto me voy para la guerra...". Luego supe que el cantante se llamaba Daniel Santos, quien también estaba enrolado.

María veía como hipnotizada a Johnny, y de pronto le preguntó por MacArthur. El hombre la miró y dijo: "Para hablar del general necesito tomarme un trago de ron. Mesero, tráigame un Bacardí seco". Cuando tuvo la copa enfrente, tomó todo su contenido de una vez, lo cual hizo que la muchacha arrugara la cara: "El general MacArthur, como diría un mexicano, era un hijo de la chingada, pero fue un buen comandante. Está entre los tres mejores alumnos de West Point, dicen que tuvo 98 y medio de puntos sobre cien, como promedio. Fue el general más joven del ejército de los Estados Unidos en la Guerra del 14, y los políticos lo miraban con cuidado. Como su papá, alto oficial en su tiempo, fue gobernador de Filipinas y por eso sabe mucho del oriente. La verdad, como comandante hacía lo que le daba la gana, y más de uno le tenía desconfianza por no obedecer las órdenes superiores, cuando no estaba de acuerdo. Luego lo sacaron del ejército y lo mandaron a Filipinas, donde llegó como mariscal".

-Cuando apareció la guerra otra vez -prosiguió Johnny- llamaron a MacArthur y lo nombraron comandante para el Oriente. Después vino lo de Pearl Harbor, y los japoneses lo sacaron en el 40. A los dos años MacArthur estaba de nuevo peleando contra los de ojos volteados, y les ganó de arriba abajo. Entonces se convirtió en una especie de Virrey, pues en la práctica en Japón ahorita no se hace nada sin su autorización. Dicen que manda sobre el Emperador, a quien protegió evitando su juicio como criminal de guerra, precisamente para manejarlo a su antojo. El rumor más reciente lo anuncia candidato a la presidencia, pues MacArthur ya tiene 66 años y está en la edad, en el mejor momento de su carrera. Va a ser difícil, pues su carácter y su manera de ser no pegan con lo político. Ya me imagino a los de Washington poniéndoles zancadillas para que no llegue ni siquiera a la nominación.

Siempre el primero

Cuando Douglas MacArthur nació en 1880, en Arkansas, lo esperaba un destino militar, imbuido por su padre el teniente general Arthur MacArthur, quien durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos había obtenido la Medalla de Honor. Criado en las guarniciones militares, el infante comenzó a despertarse con el sonido de la diana, y según aseguraría el propio Douglas años más tarde, primero aprendió a cabalgar y a disparar, antes de leer y escribir. De las ambiciones por el poder político supo por su abuelo el juez Arthur MacArthur, hombre de gobierno, con quien pasó un tiempo en Washington. Sus estudios iniciales fueron en la Academia Militar de Texas, y como hijo de oficial tuvo su cupo directo a West Point ya adolescente. Allí marcó historia por primera vez, además de ser el primero de su clase entre 93 compañeros de clase, tuvo un altísimo promedio de notas, quedando entre los tres primeros de la historia de la Academia Militar de los Estados Unidos.

De subteniente fue incorporado a la Compañía de Ingenieros como primer servicio. Luego fue asistente de su padre, quien era Gobernador de Filipinas, en esos años posesión de los Estados Unidos. Luego resultó asignando también a ingeniería, como lo sería en los años siguientes en varios estados de la Unión. Eso lo llevó a estudiar en la Escuela de Ingeniería aplicada, donde obtendría el grado con excelentes notas. Su carrera siguió en ascenso y cuando en 1914 estalló la Gran Guerra fue enviado a Europa como jefe de estado mayor de la 42 división de infantería. En esos días dio a conocer su personalidad pública, lo cual lo llevaría luego a ser unos de los generales más conocidos de las fuerzas militares estadounidenses. En esta confrontación, ya comandante de división, acuñó el término "liderar desde el frente", involucrándose directamente en el combate. Por ello recibió dos Corazones Púrpuras, siete estrellas de plata, y dos cruces de servicios distinguidos. Al finalizar la guerra era el soldado más condecorado y el jefe de división más joven del momento. También obtuvo una deficiencia física de por vida en el orden respiratorio, pues ya general era el último en colocarse la máscara antigás, hasta comprobar que todos sus oficiales y soldados la tenían puesta.

Vino entonces la paz y por sus logros personales, al contrario de muchos, logró mantenerse en la fuerza armada con su estrella de general. Luego sería superintendente de West Point, por lo cual procedió a modernizar los estudios de los futuros oficiales. Estuvo de nuevo en Filipinas reforzando los conocimientos del Oriente, y luego presidió el Comité Olímpico de los Estados Unidos en Ámsterdam, en 1928. Aquí sucedió un incidente que dio fama mundial a MacArthur: recién llegado el gran grupo de atletas norteamericanos, necesitaban un sitio para entrenar. Entonces se dirigieron al estadio olímpico de la ciudad holandesa, pero las autoridades informaron que no era permitido entrenar allí. Ante la prohibición, en vez de acatarla ordenó al conductor del autobús derribar las puertas de entrada, y se armó tremendo escándalo. La policía desalojó al general con su delegación y estuvo a punto de sacar de los juegos a la delegación de Estados Unidos y a MacArthur de su carrera militar.

En 1936 Douglas MacArthur ya había avanzando bastante, pero los hombres de Washington, sagaces y hábiles, lo tenían en la mira, pues su manera de ser en público lo podía catapultar a la arena política. Era considerado el segundo hombre más peligroso desde la óptica electoral, y por ello cuando el novel gobierno filipino pidió ayuda para organizar la nación (ahora independiente), MacArthur aceptó ser su máximo jefe militar. En esa decisión pesaron los nexos que había tenido con ese país en el pasado, y también la recomendación del propio presidente Roosevelt, quien de paso quería alejarlo del centro del poder, pues lo consideraba un rival político. En 1937, Douglas MacArthur fue recibido en Manila con grandes honores y el grado de Mariscal de las Fuerzas Armadas Filipinas.

Jefe en el Oriente

Como sucedió al principio de su carrera militar, Douglas MacArthur vio torcido su destino por un evento bélico: La Segunda Guerra Mundial entraba en su tercer año, cuando Japón se declaró enemigo de los aliados. Roosevelt decidió sacar de la reserva a MacArthur, nominándolo como jefe de las fuerzas armadas norteamericanas en el Oriente, con el grado de teniente general. Fue el 26 de julio de 1941, y un año después MacArthur hubo de irse a Australia, pues los japoneses avanzaban sobre Filipinas sin que nadie los pudiera detener.

¿Qué había pasado? MacArthur subestimó al enemigo, creyendo, que los japoneses eran miopes para la guerra. Su defensa ante un posible ataque nipón, el cual no avizoraba en el futuro inmediato, fue deficiente, y luego de Pearl Harbor, vino un bombardeo inmisericorde sobre la base Clark, la principal de la fuerza área filipina. En febrero de 1942 Roosevelt ordenó a su comandante retirarse a Australia, pero MacArthur, fiel a su manera de ser no acató la orden. Los hechos eran ineludibles, y ante el avance del enemigo, tuvo que irse el 10 de marzo. Fue entonces que pronunció su más famosa frase "Volveré", y luego marchó con su familia a Melbourne. Filipinas cayó en manos del Imperio del Sol.

En ese mismo año Estados Unidos niveló la guerra en el Oriente al obtener triunfos en Midway y Guadalcanal. El Presidente decidió dividir el mando: por la parte norte, enfilando directo a Japón, el comandante sería el almirante Nimitz, y por el sur, mirando hacia Filipinas la jefatura era para MacArthur quien, como es de suponer, no estaba de acuerdo pero aceptó la situación. Comenzó el enfrentamiento terrestre y aéreo contra los nipones y en el camino aprendió que la guerra frontal no daba resultado, dado el fanatismo del enemigo. Ante ello estableció una estrategia nunca vista para avanzar: Iba de isla en isla, atacando, pero teniendo el cuidado de que fueran las guarniciones más débiles. Fue tan eficiente esta manera de batallar, que cuando Japón se rindió se entregaron muchas posiciones japonesas donde nunca habían visto un soldado aliado, ni disparado un tiro. Simplemente habían sido sobrepasadas, y dejadas atrás sin confrontación.

El 20 de octubre de 1944, en la tercera oleada de un ataque masivo, el teniente general MacArthur bajó de un lanchón y con el agua que tocaba la isla Leyte de Filipinas por la rodilla, dijo ante la TV, "Aquí estoy de nuevo". Era el triunfador más publicitado de ese momento, lo cual ayudó mucho a la rendición de un enemigo sin moral ni apoyo. La cuenta final fue de medio millón de japoneses entre muertos, heridos o prisioneros, mientras que los EEUU contaban 13 mil muertos y 50 mil heridos. Luego que las bombas atómicas cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki, el emperador ordenó la rendición de Japón. MacArthur fue nombrado para organizar la capitulación de rigor.

El 28 de agosto, luego de que 800 aviones aterrizaran con 20 mil hombres en una base aérea cercana a Tokio, tocó tierra el "Bataan", una fortaleza volante donde venía MacArthur. Allí tomó vehículo para recorrer los 25 kilómetros de carretera que lo llevarían a la capital. Treinta mil soldados japoneses, flanquearon su paso. MacArthur presidió la ceremonia de capitulación en la cubierta del acorazado "Missouri". Luego de los escasos veinte minutos del evento, cuando los delegados se retiraban, MacArthur los detuvo, y en ese momento millares de aviones norteamericanos, los cuales habían despegado de 24 portaaviones y de bases aéreas cercanas, pasaron sobre Tokio. Entonces, como si estuviera en un teatro, el general exclamó: "¡Han capitulado a tiempo!".

A partir de ese momento MacArthur se convirtió en la máxima autoridad en Japón, y entre sus acciones más controvertidas estuvo la de no permitir que el emperador fuera enjuiciado como criminal de guerra. Al patíbulo llegaron 920 oficiales del imperio, mientras que unos 3.000 cumplieron condena en prisión. La decisión de no llevar a juicio a Hirohito fue considerada como la mejor, pues salvando al emperador, sobre su figura se pudo rehacer al Japón. Todo a la medida de MacArthur, dando paso a un estado moderno y capitalista, uno de los principales aliados de los Estados Unidos hoy día.

El general de cinco estrellas estuvo también involucrado en la guerra de Corea, como comandante de las fuerzas de los Estados Unidos, logrando el repliegue de Corea de Norte, e incluso con posibilidades de llegar hasta su frontera con China. Pero cuando el enemigo avanzó hasta el paralelo 38, Estados Unidos se detuvo, y MacArthur renunció por estar en desacuerdo con esa decisión. Luego desapareció de la vida pública, hasta morir en 1964.

Fabio Solano 
solanofabio@hotmail.com
 
http://www.el-carabobeno.com/impreso/articulo/t091010-lt01/General-MacArthur:El-gran-jefe-del-Pacifico 

El Carabobeño (Valencia, Venezuela)
09 octubre 2010

Autorizado por el autor

 

Nota del editor de Letras Uruguay: Los textos elaborados por prestigiosos escritores, periodista cultural, en este caso, permiten adosarle otros materiales para mayor conocimiento de la figura tratada. En esta oportunidad se trata de un video disponible, de tiempo atrás, en la web. Twitter del editor de Letras Uruguay: @echinope

 

 

Biografía Douglas MacArthur

 

 

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