Las aventuras de Carmelita |
Habían
pasado ya tres meses y Paula era cada
vez más amiga de su muñeca. Pasaban juntas todo el día, pero sólo
conversaban en las noches, pues sus padres podían pensar que estaba loca
o que Carmelita era una hechicera. La
mamá se sentía muy feliz al
ver a su pequeña hija tan contenta. Pero, como todo en la vida, llegó el
momento en que Paula fue matriculada en la escuela de su barrio. La
noche, antes de ir por primera vez al Colegio, Paula sentó a su muñeca
en una silla y le explicó que medio día no estaría con ella, pues como
todos los niños, tenía que ir a la escuela para aprender. _¿Cuál
es el problema?_ le dijo Carmelita _ Tú me llevas en tu mochila y así
siempre estaremos juntas. _Eso
no podrá ser, mamá me dijo
que estaba prohibido llevar juguetes. _No
te preocupes, nadie sabe que yo tengo poderes y verás cómo puedo hacerme
invisible y sentarme junto a ti. _¿Eso
es verdad?_ preguntó Paula. _Por
supuesto, amiga. Ya verás_ contestó Carmelita. Mamá
y Papá estaban felices al ver que Paula iría al Colegio por primera vez
y ella aprovechó para preguntar si podía llevar a su muñeca. _Te
dije que no podías_ respondió su mamá. _Si
mamá, lo sé- dijo Paula. Miró
a la silla donde estaba sentada Carmelita y vio que la muñeca le decía
adiós cerrándole un ojito. Camino
al Colegio, Paula se dio
cuenta que Carmelita estaba dentro de su mochila tal como se lo había
prometido y así lo fue haciendo todos los días. Con
el tiempo, Paula se hizo de muchas amigas y Carmelita por un momento, pensó
que a ella ya no la iba a necesitar. Paula
hablaba con una de sus nuevas compañeras y esta amiga le decía: _Sabes,
he escuchado hablar de todas las habilidades de tu muñeca. Que habla y
camina; pero eso sólo lo puede hacer si le pones pilas. Además sus
respuestas son muy pocas. _Créeme
Lucía, mi muñeca que es de género, habla de lo que tú quieras, se
mueve y es capaz de desaparecer. En este momento está invisible y sentada
a mi lado, porque mamá me prohibió traerla, ese es el reglamento del
Colegio. _No
te creo, tú estás llena de fantasías. _¿Quieres
que te lo demuestre por un minuto? _Bueno,
pero ten presente que no creo
en trucos_ respondió Lucía. Paula
miró a su lado y le dijo: _Carmelita
¿podrías aparecer un segundo para que te vea Lucía? La
muñeca de trapo se sintió tan feliz que para dejar bien a su amiga se
apareció de inmediato, le guiñó un ojo a Lucía y le respondió que
otro día cuando fuera a casa de Paula le demostraría con más calma todo
lo que podía hacer. Lucía
quedó muy sorprendida y le dio su mano a Paula, pidiéndole que la
invitara a su casa, que quería ver a Carmelita y pedirle a su mamá que
le comprara una igual. Paula,
prometió que la invitaría el fin de semana, pero que debía guardar en
secreto que la muñeca hablaba, pues si lo hacía rompería el hechizo. El
fin de semana las dos amigas se juntaron a jugar y subieron a la pieza de
Paula. Ahí estaba la simpática Carmelita esperándolas. La
tarde pasó rápidamente para Lucía, nunca había visto un juguete tan
verdadero y prometió guardar el secreto. Carmelita a cambio les prometió llevarlas muy pronto a Trapolandia, país de los muñecos de trapos, donde le regalaría a Lucía una muñeca igual a ella. Las tres quedaron de acuerdo en que el viaje a Trapolandia, sería toda una aventura y así Lucía, podría tener también, una linda muñeca de trapo... |
Estela
Socías
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