Hábito
Omar Santos

Se levanta 
a pesar del cansancio,
limpia los anteojos,
sacude los pergaminos,
dicen que busca,
apurado habla
con sus engendros.
Observa su rincón:
papeles, plumafuentes,
viejos libros.
No obedece al horario 
del mago ni del gran señor.
No tiene tiempo 
para la mosca
y para el trébol.
Se olvida de planes y esposas,
de cantidades y niños.
Por ahora sólo quiere entrar
al solar de los ausentes,
hojear la vida sin escrúpulos,
olvidarse como un terco niño.
Dicen que lee,
que esto es valioso, primordial,
su alimento y su licor,
su escape y su triunfo.
Dicen que escribe sin límite,
relee el poema inconcluso,
la anécdota arrugada.
Agota silencios y alas,
tragos y círculos.
Que vale la pena encerrarse,
que la vida cobra significado
en la soledad del signo.

Omar Santos
De "Las Rendiciones del Rapsoda"
Poemas inéditos

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