Asideros |
Aquí, la mano del entusiasmo y la insolencia. Aquí, la fábula del engaño y del perezoso. Aquí, el lengüeteo de la Ramera que tanto nos excita. Aquí, el señalado atajo de las rendiciones. Aquí, las bodas del fuego y la ceniza. Aquí, las sesenta y nueve poses de la infiel. Aquí, se desprecian y se acarician los amantes que fornicaron bajo el abedul. Aquí, la sangre en el pozo de las negaciones. Aquí, las cascada de los magos blasfemos. Aquí, el insecto del rincón que atemoriza al poeta. Aquí, las gárgolas del todopoderoso que se adiestran sobre los tendones de la paz. Aquí, las cien cuchilladas sobre los ojos de la civilización. Aquí, este hijo del rechazo amó a la doncella para acabar con absurdos y promesas. Aquí, cesa la ingenua opereta de los símbolos, el relámpago que engañó a los rehenes del verbo. Aquí, terminan –porque es tarde—los interminables encierros de la palabra. |
Omar Santos
De "Las Rendiciones del Rapsoda"
Poemas inéditos
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