Instituto del Libro y la Lectura, INLEC del Perú

y Capulí, Vallejo y su Tierra

Instituto Cultural Peruano Norteamericano y
Editorial San Marcos

Invitación de honor

Presentación del libro 
La piedra bruja 
de Danilo Sánchez Lihón

www.danilosanchezlihon.blogspot.com 



Viernes 10 de julio. 7 pm
ICPNA de MIRAFLORES
Entre las Av. Angamos y Arequipa 

Ingreso libre
Se agradece su gentil asistencia 

Panel de presentacion: 

Omar ARAMAYO
Manuel Jesús ORBEGOZO
Emilio SÁNCHEZ LIHÓN
Manuel VELÁSQUEZ ROJAS 

Rosa CERNA GUARDIA
Presencia en la Mesa de Honor 

Conducción: 
Milagros Catacora
Manuel RUIZ PAREDES 

Saludo y adhesión 

Rosa Cerna Guardia

Danilo: qué bueno que seas escritor de niños, que hayas nacido con ese sello característico que decía Balinski, que sólo el que nace para escritor de niños lo es. Para eso el primer paso es asombrarnos, trasmitir asombro. Y tú lo haces.


El segundo paso es amar para comunicar con amor lo nuevo. Y tú lo logras en tus libros, haciendo que cada cosa sea nueva y vieja en sí misma. Esa es la magia del descubrimiento: encontrar lo viejo en lo nuevo y lo nuevo en lo viejo.


El tercer paso es interiorizar, almacenar en nosotros mismos esa carga emotiva, afectiva y de conocimientos que se siente tan viva en lo que escribes; para transmitir la ternura, para despertar y enseñar a mirar y ver con ese ojo mágico que tenemos dentro, todo aquello que solo existe en la imaginación. Y eso lo haces a manos llenas en este y en todos tus libros.


El cuarto paso es poder difundirlo, llegar al alma de los niños, como lo haces expresándote en el tono coloquial que usan los padres para iluminar el sendero de sus hijos, formándoles de ese modo el corazón y la mente. O usando la sabiduría popular fuente de todo goce, ¡o la fuerza expresiva de la poesía con todo su encanto!


El quinto es, que existe en la mente, en la intimidad de los escritores para niños y jóvenes, un espacio especial para sentir y hacer sentir admiración por Dios y todo lo que ha hecho con su poder infinito, su grandeza y su sabiduría. Tarea difícil, casi imposible esta, pero que tú prodigiosamente lo haces, Danilo.


El escritor es como un río que conduce vida. Por eso pido para ti todas las bendiciones, porque es un privilegio ser de los primeros en llegar al predio, a la tierra, a la mente y al espíritu de los niños, como tú lo haces.


Por eso te revelo ahora un secreto: el protagonista del siguiente texto eres nada menos que tú, mi alumno Danilo, cuya actitud de llevar a la escuela a diario un álbum de pájaros pintados que alborotaba a los niños, rompiendo la disciplina, hizo que yo enviara al Director de la Escuela un informe preguntándole, ¿qué debía hacer contigo? He aquí el informe que dirigí, en aquel entonces:


Señor Director:
le digo que tengo un niño en la sala que trae a diario, debajo del brazo, un álbum de pájaros pintados.


Han de tener alma aquellas avecillas, porque cuando entra él toda la clase se alborota como si tratara
de coger alguna.


El pequeño usa un idioma distinto para cada una y sabe de memoria el orden de nombrarlas.


No le interesa nada salvo si en Cálculo hablo de sus pájaros, en Lenguaje de sus pájaros, en Geografía de sus pájaros.


He inventado infinidad de ciencias en torno de las aves, desde el dibujo en blanco al arte de echarlos a volar en poesía.


Pero regresan a la hora de los cantos escolares.


Tanta Zoología de amor me desespera parece que las aves bebieran mi ternura en la imagen de todos los chicos de la sala. Sólo a la hora de cerrarse la tarde recoge sus pájaros dormidos, dobla bajo el brazo su paraíso ambulante y echa a correr como si custodiara mil cantos invisibles.


Un día lo reñí a causa de quebrantar la disciplina; pero sus avecillas me hicieron hueco el corazón y despoblaron mis pupilas...


En sueños me sentí despedida de la escuela.


¿Qué debo hacer?


Si le digo que no traiga; –dice– ¿dónde podré dejar mi abecedario? Si le quito el cuaderno morirá de pena como un niño abandonado y tal vez, todas las aves inicien para siempre una huelga de silencio.


Tanto revuelo vence mis palabras, mi manera de conducir el viento, de dirigir el nacimiento de los días;


Señor Director
Dígame ¿qué debo hacer?


Tu fantasía, Danilo, va en crecimiento vertical porque miras a mil mundos no conocidos todavía por los hombres, porque llevas en el alma un lucero que ilumina todos los horizontes.

 

Danilo, te felicito muy de veras por esta madeja de luz que pones en manos de los niños y es mi deseo que soplen buenos vientos y lleven este libro a otras latitudes y a otras alturas, donde otros niños puedan gustar de la belleza de estos relatos en el calendario sin tiempo de sus vidas de aquí para siempre.


Con mi abrazo entrañable,


Rosa

¿Qué es La Piedra Bruja?

 

Danilo Sánchez Lihón

 

Piedra desde siglos escogida
para reclinar mi cabeza”.
César Moro

 

1. Iridiscente es el agua por las alas de las cantáridas

 

La Piedra Bruja es en Santiago de Chuco un promontorio rocoso, como la proa de una nave al infinito.


Allí hay unos pocitos de agua de lluvia detenida verdosa por el tiempo; donde el agua es iridiscente por las alas de las cantáridas que allí mueren y renacen. Y en donde de noche juguetean los duendes, se bañan las brujas y adquieren sus poderes mágicos.


De día es el lugar en donde los niños elevamos cometas y contemplamos cómo se oculta el sol entre celajes.


También este sitio es el camino y bajada a un río y a un viejo molino abandonado, donde vamos todos los fines de semana con mamá, primos y hermanos a lavar la ropa. Y ahí cocinamos.


Desde ahí se divisa uno de los paisajes más hermosos de Santiago de Chuco, con las cuevas de Shiminiga y Quenre al frente, en donde se enterraban los gentiles.
Ahí he jugado, cazado cantáridas, buscado –sin encontrar nunca– tréboles de cuatro hojas.


Allí he esperado, como muchos otros, el regreso de los seres queridos que venían por la ruta de Trujillo
 

2. Amor a la casa que nos habita

 

Ya de noche, es el lugar hacia el cual salíamos a caminar con mis padres, sea alumbrados por la claridad de las estrellas o por una que otra luciérnaga que encendía sus candelas a la vera del camino.


Mi madre enlazada al brazo de ti, papá.


Y nosotros correteando; a veces perdiéndonos por los atajos de pencas y espigas. Hasta llegar a la quebrada de Las Guitarras donde siempre, en mi recuerdo, alumbrará la luna.


– No vayan lejos, que se pueden caer.


– Cuidado de mojarse los zapatos. Fíjense bien dónde hay espinas.


– Cuidado que hay pozos de agua.


Allí nació mi amor por la noche estrellada. Mi cercanía por el perfil de los cerros que nos consuelan, por la geografía que nos envuelve. Como también por la pared, el umbral de nuestra puerta, y la casa que nos habita.

 

3. Nos han llenado el alma con sus encantamientos

 

Al frente de La Piedra Bruja quedan los cerros de Chollagueda por donde se oculta el sol, haciendo en el cielo figuras abigarradas y caprichosas.


Pareciera la paleta de un pintor que hubiera enloquecido y tirara enfebrecido sus colores al aire.


Un demiurgo que delira con paisajes de sueños y en aras de ello se pasa derramando todas sus pinturas, porque ha reconocido una verdad primigenia.


Tarros de colores que arroja a lo lejos empapando con ellos a las pobres nubes que huyen y se espantan ante tanto arrebato.


Nubes que repentinamente cobran figuras de pasmo, maravilla y estupor.


Hacia abajo se extiende otra locura, que son los campos sembrados de trigo, maíz, cebada y alfalfa.


Y un reguero de flores de todas las formas y colores. Tonalidades de verdes, amarillos y fuccias. Y el misterio de las cuencas de los ríos Patarata y Conra que confluyen en un lugar de fábula llamado La Pamplona, cuyas aguas atruenan  con sus ecos por lo encajonado de los cerros.


Allí se esconden todos los duendes. Y todas las hadas que nos han llenado el alma con sus sortilegios, misterios y encantamientos.

4. Calles empinadas desde donde se divisa un paisaje sideral

 

En el centro de toda esta eclosión está el promontorio de La Piedra Bruja.


De mañana y tarde es visitada por los enamorados.


Y de noche por los zumbidos aterrorizantes de las hechiceras del bien y del mal, que danzan con sus escobas por las copas de los árboles.


Hacia arriba y subiendo una cuesta está La Parva de la Virgen.


Es este un hermoso lugar en Santiago de Chuco, aunque poco visitado por sus mismos pobladores, porque para llegar a él hay que subir unas calles empinadas desde donde se divisa un paisaje sideral.


– ¿Por qué aquel lugar se llama así?, –me han preguntado.


Y yo respondo:


Hay una explicación prosaica y administrativa.


Y hay otra religiosa, mística y plena de misterio.

 

5. Aquí la Virgen recibió el misterio de la Anunciación

 

La primera, dice que los terrenos de aquí eran antes de la iglesia. Y en esa loma quedaba la parva donde se acumulaban las mieses para la trilla de los productos.


Entonces estos eran terrenos de La Virgen, porque en la iglesia las propiedades también están divididas por los santos que la pueblan.


Así, por ejemplo, estas chacras pertenecían a la Virgen María, madre de Jesús.


Otros terrenos, por diferentes rumbos, son propiedad del Apóstol Santiago. Y algunos más, pertenecen a otros santos que los tenemos en sus tronos.


La segunda explicación, más bien religiosa y divina, dice que en este lugar colindante al cielo, la Virgen María se entregó a Dios y fue desposada por el creador de todos los mundos.


Y fue así por ser un lugar tan maravilloso que miren cómo se rasga, abre y deja ver el paraíso sus entrañas.


O, por lo menos, que aquí la Virgen María recibió el misterio de la Anunciación dicha por el Arcángel San Gabriel.

 

6. A la vera de un camino y sobre un abismo

 

Pero también he titulado “La piedra bruja” a este libro lleno de relatos de misterio, porque ese es el nombre que define bien a Santiago de Chuco, mi pueblo y que es el escenario de todos estos relatos, varios de ellos actuales y vigentes.


Porque piedra es el elemento más simple, lo primario y esencial. Aún más, ella es fundamental en nuestra cultura, hecha de piedra y fantasía, de roca y embrujo. de materia y espíritu.


Pero también hecha de concreción y azahar. Así como de realidad y de utopía, de greda pero a la vez de hálito y de rosa.


Con este libro intento ser fiel al mundo que viví de niño.


Porque el amor a la tierra que nos vio nacer creo, que es el mejor amor. Es cariño limpio, sin tacha ni sospechas; sin sombras que lo opriman.


El amor a la tierra nos redime porque es un canto al infinito.


Es una mandolina pulsada en la noche desde una casa vetusta.


Es la quejumbre del acordeón en una choza a la vera de un camino y sobre un abismo.

 


Referencia del libro

 

El libro La Piedra Bruja, de Danilo Sánchez Lihón lo integran veinte cuentos, todos ellos de índole mágica basados en tradiciones que se cuentan en los pueblos y senderos del mundo andino, en este caso concreto en Santiago de Chuco, Tierra de César Vallejo.


Es el espacio del encantamiento, del ensueño y de lo onírico, donde hacen su aparición duendes, espantos y aparecidos, ángeles, sirenas, brujas y demonios que pueblan los caminos, configurando un mundo propio, peculiar y auténtico en donde los límites entre realidad y fantasía se confunden e integran.


Es la literatura entrañable, de prosa límpida, poética y sentida;  literatura llena de afecto y devoción, correspondiente a un pueblo legendario que contiene la mejor tradición mítica y mágica, donde predomina el sustrato de lo anímico, del subconsciente colectivo y de la pasión más acendrada, de mucha originalidad en los argumentos.


También es un libro de relatos ligados a las vivencias acontecidas en la infancia de su autor y ocurridas en su pueblo natal que él recrea, pero también en él se plasman historias que forman parte de la tradición popular más arraigadas de esa región.


Por estar escrita en un lenguaje sencillo y coloquial, esta es una obra apta para niños y jóvenes de toda edad, pero sobre todo por los valores que su contenido trasunta y por el fervor que fulgura en sus páginas de afianzamiento de una identidad cultural y forja de un porvenir de felicidad para nuestros pueblos.

Danilo Sánchez Lihón

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