Nota
de Autor: El día 20 de agosto se celebra la creación política de
la provincia del Callao, primer puerto del Perú en el Océano Pacífico,
ciudad no próxima sino unida a Lima, pero poseyendo y conservando
su identidad, sus tradiciones y un orgullo propio que nos hace
gritar: ¡Chimpum Callao!
Vivo hace más de 30 años aquí donde nacieron mis hijos y he
construido mi casa. Y aunque soy chuco de alma, corazón y vida,
pues nací en Santiago de Chuco que es serranía, también
asumo el Callao como mi lar y mi heredad, porque la patria del
hombre es también el lar donde nacen sus hijos.
Por eso yo he fundado aquí una casa para los niños, la misma
que ellos por cuenta propia le han puesto el nombre de
"El Castillo de los Cuentos". Y mi identificación con el
desarrollo y el destino del Callao es profunda, comprometida y
militante. (DSL)
VIAJERO
FRATERNAL Y AÑORANTE
1.
Había llegado muy temprano
Viajaba
un amigo a Panamá y tenía que embarcarse en la rada del Muelle Dársena
del puerto del Callao.
Era un día domingo hermoso por tranquilo, soleado y calmo. Otros barcos
ya hacían sonar sus sirenas de despedida:
Había llegado muy temprano al puerto. Su barco partiría a las cinco de
la tarde y recién sonaron tres campanadas en el viejo reloj del
edificio de la Capitanía del Puerto.
Recordó entonces que tenía a un querido compañero de estudios de la
secundaria que vivía cerca, en la plaza José Gálvez en honor al héroe
que se inmoló en la torre de La Merced consolidando la independencia
del Perú y América el 2 de mayo del año 1866.
– ¡Hola, qué gusto hermano! –le dijo su amigo al verlo– ¿A qué
se debe el milagro de tu visita?
2.
Las arquerías de madera
–
Viajo a las cinco de la tarde a Panamá y me dije: antes tienes que
visitar y despedirte de tu amigo.
– Y a cumplir ese deber y ese placer he venido.
– Y aquí me tienes. Te invito a tomar un helado.
– Acepto. Espérame unos minutos. Cierro unas ventanas y salimos.
Cuando enrumbaron por la parte céntrica del Callao antiguo le
comenta:
– Oye, qué impresionante la arquitectura de esta plaza, las arquerías
de madera, los adoquines, las locetas.
– Es bella. Y lo mejor es que aquí conservamos el patrimonio del
Callao Monumental.
Enrumbaron por el jirón Salaverry; fueron hacia la Plaza Matriz donde
se alza la Catedral, recorriendo calles estrechas y blasonadas,
de altos miradores.
3.
El acorde de alguna serenata
Calles
que rezuman historias, con balcones urdidos por orfebres alados.
Y el remate de las fachadas tejidas de misterio y filigranas áureas.
Con esquinas como proas de naves alucinadas desafiando al piélago
proceloso o encrespado.
Bares de alta mar donde se siente el oleaje y el aire intenso y salobre
del océano.
Calles caminadas de madrugada por vaporinos lentos o apurados.
O por bohemios impenitentes que emergen fantasmales de alguna vieja
casona, arrebujados con el abrigo de alguna emoción inesperada, como el
amor repentino que surge cuando una fiesta se acaba.
O por donde deambula algún historiador noctámbulo que quisiera
encontrar la leve nota del acorde de alguna serenata en los grumos de
alguna pared extasiada o de una reja que el olvido quiere olvidar
derrumbarla.
4.
Costa, litoral, o rivera del mar
Pasaron
por la Galería de los Encantos que conecta el jirón Independencia con
la calle Constitución. Y tomaron asiento ante una mesita de una juguería
de la Plaza Matriz.
La tarde era anaranjada en las paredes. Y lila y violeta hacia el fondo
de las puertas de las tiendas.
– Pero de verdad te felicito. ¡Qué lindo veo al Callao, hermano! Y
al Real Felipe ahora que he pasado frente a él, ¡luce impresionante!
Cuéntame, cuándo, cómo, quién, y ¡por qué se hizo!
– Se empezó a construir el año 1747 por el virrey José Antonio
Manso de Velasco, Conde de Superunda, para defender al puerto de piratas
y corsarios que asolaban las costas, y sobre todo tomaban por asalto al
Callao de donde se embarcaba el mejor oro de las colonias de España
rumbo a la península ibérica.
– ¡Oye, qué interesante! Y, ¿cuánto tiempo demoró
construirla?
– La fortaleza demoró 9 años en hacerse. Tiene un plano pentagonal y
en la parte central una capilla y plaza de armas, que lucen
ambos los emblemas de la corona española. A los costados se alzan como
baluartes cuatro torreones: del Rey, la Reina, del Príncipe y de la
Princesa.
5.
¿Por qué esconder lo que somos?
–
Oye, qué valioso. ¿Y el nombre de Callao, mi querido amigo? ¿A qué
se debe?
– Se creía que él deriva de la palabra castellana que designa
guijarro, piedra de río o mar, porque las playas del Callao no son de
arena sino de piedra.
– Eso es lo que a mí también me enseñaron. Pero, ¿eso no es
cierto?
– No es. En absoluto. Después de larga indagación y debates se
concluye que es vocablo aymará, que tiene un significado coincidente
con la realidad del Callao, cual es ser costa, litoral o rivera del
mar.
– Incluso existía aquí un pueblo denominado Callao. María
Rostworowski nos dice que había un señorío aquí antes de la
llegada de los españoles llamado con ese nombre. Es decir habitaba
una comunidad de personas. ¿Por qué seguir entonces negando lo
nuestro, lo originario y buscando afuera. Tomando todo de prestado, a
tontas y a locas, y sin significado que valga? ¡Por qué este afán de
seguir negándonos! ¡De querer borrar nuestra historia más bella,
valiosa, prístina!, ¡y hasta con cacharros!
– Lo que pasa es que siempre hemos tratado de esconder lo que somos.
El ser aborigen y todo lo que es nativo. Y que es verdaderamente en
donde está lo valioso nuestro y lo genuino. Y creyendo que todo existe
a partir de quienes vinieron de afuera, inclusive aceptando llamarnos
piedras o guijarros.
6.
Su salto fue elegante y preciso
Cuando
regresaban a la rada del muelle y ya estando cerca vieron que se
arrojaban las amarras de la lancha que conducía al barco acoderado
aguas adentro.
Y esa era la última lancha, por lo que anunciaba la sirena del barco, luego
de la cual partiría.
Ambos amigos corrieron desesperados.
– ¡Corre! ¡Corre! –se decían.
Pero el que mejor corría no era el que iba a viajar sino el amigo del
Callao quien fue el primero en llegar al embarcadero, justo cuando la
lancha ya se había separado tres metros.
Y quien, por el entusiasmo o nerviosismo, fue el que saltó hacia
adentro en sustitución de su amigo.
Lo hizo con salto elegante y preciso, cuando ya se recogía la escalera
que lentamente fue izada y doblada.
7.
Casi me pierdo este viaje
El
amigo que tenía planeado y decidido su viaje no pudo llegar. Y sólo
vio cómo se alejaba la nave con su antiguo compañero en ella, quien
desconcertado sólo atinaba a levantar la mano en señal de despedida.
Parecía decirle: “Adiós”, “Adiós”, querido amigo.
Al cabo de 15 días desde Panamá le escribió esta carta diciéndole:
– No alcancé a responder tu última pregunta que me formulaste
ese día de la despedida en la Plaza Matriz, cual es: ¿qué significa
chalaco? Ahora te la respondo: chalaco deriva de Callao. Pero además
tiene relación con el vocablo quechua: chalar que significa
pescar; como también bajar, entrar hacia algo, como por ejemplo a una
lancha y al corazón de la gente. Chalaco es ser entusiasta, animoso,
alegre. Y fraterno sobre todas las cosas, ser bueno para correr,
afrontar las dificultades, alcanzar un tren o un barco, ¡y viajar!
Quizá lo más característico del ser chalaco es saber mirar el mundo
hacia afuera, recorrerlo y conquistarlo. Somos trotamundos, andarines
y conocedores de los caminos del orbe.
Te cuento que la ciudad de Panamá es preciosa. Y aquí saben
mucho del Callao. ¡Y pensar que por poco casi me pierdo este lindo
viaje! Muchas felicidades, Justo Malpartida
8.
Al evocarte en mi canción
Pero,
a poco, otra vez le escribió su amigo una carta larga y melancólica
donde le decía:
Apenas a 20 días de haberme ausentado ya comprendo que ser
chalaco también es tener nostalgia en el alma, añoranza ávida,
implacable y voraz por ver y estar en nuestra tierra y en nuestro
puerto, Ya me invadió por completo ese sentimiento que lo vivo
intensamente. Por eso estos días tengo muy presente y canto las
canciones de ese gran compositor que es don Manuel Raygada
Ballesteros, quien al igual que yo se fue de pavo a un país
extranjero, subiéndose a un barco llamado “Mantaro”, en el año
1929 y cuando tenía 25 años, como lo tengo ahora yo. Y quien
atravesado por la añoranza compuso ese himno que es: “Mi Perú”.
Y, sobre todo la polka “Nostalgia chalaca”, que dice así:
Noche chalaca, de luna majestuosa,
ausente y lejos te veo siempre hermosa.
Siento que se desgarra
de mi pecho el corazón,
al cantarte en mi guitarra
y al evocarte en mi canción.
¡Chimpum Callao!
Oh, querida tierra mía,
tú eres la única alegría
que recuerda mi vivir…
9.
Empapado de mis lágrimas
Disculpa que haya interrumpido y siga en otra hoja de papel esta
carta pues la anterior se ha empapado con mis lágrimas. Pero
quiero terminarte la canción que dice:
¡Chimpum Callao!...
Yo te añoro noche y día
y siento que esta lejanía
atormenta mi existir.
Loca mi alma se agita,
de nostalgia infinita
de volverte pronto a ver.
Jamás, un instante te he olvidado
y estarás siempre grabado
en lo más hondo de mi ser.
Callao querido, con tu recuerdo vivo,
fuiste testigo de todas mis errancias.
Este canto es la añoranza
de un chalaco corazón,
que de muy lejos te canta
con la más honda emoción.
Yo, amigo, regresaré muy pronto. Y te agradezco por haberme dado
la oportunidad de sentir lo que es extrañar las calles de mi ciudad y
sentir la nostalgia chalaca. Te abraza quien quisiera estar contigo
saboreando un helado en alguna esquina del Callao. ¡Chimpum! Te
abraza tu amigo del alma.
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