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2012, Año de la defensa del agua para la vida y construcción de Los Andes nuevos |
Julio, mes del Maestro; del Santuario Histórico de Machu Picchu; la Batalla de Huamachuco, de Leoncio Prado; y de Fiestas Patrias |
9 de julio |
Yo busco en mí el triunfo libre, universal, de la vida”. César Vallejo |
1. Mayor plenitud El despojo y la coerción con que se ha tratado al mundo andino, y se lo sigue tratando aún; la horrenda miseria que se ha impuesto sobre él, y de que es víctima; la inmisericorde explotación con que se lo castiga, y de la cual somos cómplices, no han podido hasta ahora destruir esa insigne cultura. Si ha ocurrido así, como dice un yaraví ayacuchano, “entonces ya ni la muerte podrá matarnos”. Porque el genocidio más infame de toda la historia de la humanidad se descargó sobre este mundo, así como es legendaria y de gesta su resistencia pacífica, que conserva aún las lenguas primigenias; como será su florecimiento futuro la más grande victoria que podremos conseguir. El mundo andino que ha sido construido, cultivado y decantado pacientemente desde las culturas preincas y también en la época incaica, hasta lograr su aparente naturalidad y hasta su sabio primitivismo, como por ejemplo en ser candorosos y matinales, que lo fuimos al principio y lo conservaremos hasta el final. Se alcanzó en la mayoría de las expresiones un refinamiento vasto y profundo, en lo esencial, como ocurrió en el habla y en la oralidad, que se la cuidó conscientemente, con serenidad y armonía sapientes. Quiero decir con esto que en este plano, como en muchos otros, nuestra cultura es el resultado de un proceso muy arduo de síntesis, de perfeccionamiento y depuración. 2. Herencia gloriosa Es decir, no surgió por generación espontánea ni casualmente, sino que es un producto cultural que abarca procesoa elaborados en lo artístico, lo educativo y lo científico, así como lógicamente en lo cotidiano y hasta religioso. Es un modelo prolijo y sutil esta cultura que evidencia y revela una visión muy profunda, original y refinada de las cosas, plena de sabiduría y acendrada virtud. Mundo que ahora nos pertenece y tenemos en dicha cultura una herencia gloriosa y un destino acrisolado por cumplir. Cuyo estado no es el de una expresión ingenua ni silvestre aunque lo parezca residiendo en ello su capacidad de pervivir, no siendo ni endeble ni bárbara. Su conformación y estructura se enraíza totalmente con la realidad natural, geográfica y ambiental. Y hasta cósmica. Su aparente naturalidad es arte, su sencillez es ciencia, su candor es sabiduría, producto de una elaborada decantación. 3. Revalorización de la oralidad El mundo andino es una acumulación quintaesenciada de experiencia y pensamiento, que por el hecho de no haber quedado registrada en escritura pareciera carecer de valor, y ni siquiera existir. Ello se debe a que tenemos el defecto, muy europeo por cierto, de que si no se muestra de algo registro en código de escritura, entonces concluimos que aquello no es serio ni es confiable ni es verdadero. Tratamos de convencernos de que de ese modo no es funcional, y que al contrario: es nulo. Y lo que se proponga siendo así no existe. Pero observemos en cambio lo siguiente: en la ciencia incaica no hay escritura, situación que ha motivado una injusta apreciación, cual es que no hay tradición científica en esa cultura. Sin embargo las evidencias son innegables. Por esta razón es muy importante, en dicha perspectiva, la revalorización de la oralidad. Porque a falta de esa apreciación se encasilla en el prejuicio de creer que los antiguos peruanos no tuvieron ciencia; siendo dicho conocimiento, en manos de los incas, el más avanzado del mundo en todo orden de cosas. Sino, ¿cómo entonces se puede explicar la construcción de Machu Picchu enterrado por más de 500 años y no se registró siquiera un mínimo atoro ni derrumbe ni deterioro en sus cañerías internas? 4. Este fruto Y sino, ¿cómo explicar los portentos que se alcanzaron a realizar aquí en todo orden de cosas? ¿Cómo considerar las evidencias que aún ahora nos asombran hasta en sus mínimos detalles, como en el de la astronomía, por ejemplo? Realizaciones que suponen un dominio absoluto de los procesos hasta de ciencias recientemente descubiertas, como la genética en relación a la agricultura y sus productos. Si no, ¿cómo explicarse taambién los logros conseguidos en ingeniería hidráulica, construcción de edificios, industrialización de alimentos, medicinas, ingeniería de puentes y caminos, a tal punto de haber procesado cromosómicamente creaciones como la papa? Este fruto, teniendo como base y punto de partida un tubérculo venenoso, se lo trasformó científicamente en uno de los principales alimentos de la humanidad actual. Modelo, por lo demás, completamente distinto a la ciencia occidental que con los productos transgénicos más bien daña y pervierte, en este caso la papa, quitándole sus valores nutritivos. 5. Ejes de gobierno Además, los Incas no es que desconocieran la codificación de la palabra en grafías; ahí están para testimoniarlo los “quilcas”. Sino que, analizando el peligro que la escritura acarreaba en la deformación de las costumbres y actitudes humanas, ¡y hasta en el de las cosas!, la descartaron de su proceso de desarrollo social y cultural. No es entonces que ellos desconocieran la escritura sino que la obviaron y desestimaron por desligar las ideas de la realidad y de la vida natural, con el consecuente peligro de la enajenación del conocimiento, por un grupo de poder, por un lado; y la consecuencia de ello la perversión de la vida, por otro. Este rechazo a la escritura y su valorización de lo oral es coincidente, además, con la posición respecto a ello de los dos grandes maestros de la cultura occidental y universal que advirtieron del peligro de la escritura. Ellos son Sócrates y Jesús, quienes advirtieron acerca de las nefastas consecuencias de la letra, solo que en el incario lo que era bueno no constituían voces aisladas sino que se hacía de ello ejes de gobierno y política de estado. 6. Y se lucra Hay información acerca de esta toma de decisiones, acerca de la aceptación o rechazo de la escritura, que ella ocurrió en la época del reinado del Inca Túpac Cauri, que es cuando se descarta del uso en la vida diaria de la palabra escrita, entre otras consideraciones para evitar que la ciencia construya un mundo paralelo al de la realidad. Pero, más aún: a fin de que no se erija como un mundo contradictorio al bien común; y tornándose oscura, críptica, y sobre todo confrontada con la vida auténtica, deformándola y corrompiéndola. Y es más: que se volviera propiedad de unos pocos, como ha ocurrido con la ciencia occidental, hasta ahora. Los Incas desestimaron la escritura en aras de la vida leal a la vida misma, para mantenerla incorruptible y evitar lo que acontece ahora, en que el conocimiento contenido en ella y a la ciencia se la antepone como privilegio y propiedad privada. Y se lucra con ella que ha quedado atrapada en ese esquema, anteponiéndose fines utilitarios como condición para afrontar problemas básicos, inherentes incluso a los Derechos Humanos, como el de la salud. 7. El espacio vasto Ahora bien, cabe señalar que al advertir estos hechos no se trata de preconizar una vuelta o un retorno al pasado, sino ser conscientes de estos asuntos y encontrar una debida orientación a los diversos elementos culturales, a fin de solucionar los desafíos del presente. El mundo andino viene a ser pues una acumulación de experiencias, una manera de conceptuar la vida que corrigió a tiempo deformaciones con el objetivo de no perder espontaneidad y correspondencia con la vida. Ese frescor, esa manera resuelta y coherente de insertarse con el mundo natural, vendría a ser la decantación de un proceso histórico muy complejo. De lo que se trata ahora es de cómo volver a conectar con dicha tradición y modelo de desarrollo cultural. Y es que el mundo andino tuvo que enfrentar a exigencias abrumadoras. Uno de ellas el espacio vasto, grande y hasta infinito en que vive el hombre en estas latitudes. 8. Mayor plenitud Esa vastedad, que era a su vez es aridez y abruptuosidad, se la encontraba en todas las perspectivas. Porque en nuestro país los horizontes se abren infinitos, y donde el hombre pareciera estar solo en el cosmos. Así, abruma la sensación de reconocerse, en estas circunstancias, de ser los únicos seres que habitan sobre el universo. La comunidad está lejos, allá, arriba o al fondo de la cañada. Para eso había que implementar caminos. Y que estos fueran los mejores en cuanto a edificaciones que aquí existieran. Y así se hizo. Tanto que asombraron nuestros caminos y puentes a los primeros europeos que incursionaron por nuestro suelo. Pero, refiriéndonos ya a quienes trabajamos en el campo de la cultura, ¿no debiéramos en el presente y futuro encontrar formas de hacer valer más y mejor la presencia del mundo andino para iluminar y fortalecer nuestras vidas, y a fin de que ellas alcancen mayor plenitud? 9. Una corriente de olvido En esa perspectiva hay, sin embargo, algo que toca hacer a la clase intelectual y artística de la que formamos parte, cual es que hace algunas décadas había una actitud de adhesión y fervor plenos por el mundo andino. Pero, de un tiempo a esta parte hay una corriente de olvido, desestimación y desapego respecto a dicho mundo. Décadas atrás dicha realidad era valorada y tomada en cuenta sobre manera; se apreciaba y cultivaba lo andino por lo menos en el campo del arte, al contrario de lo que ocurre ahora. En la actualidad se ha encumbrado y enquistado en los medios de comunicación y en los organismos e instituciones que reciben los mejores estipendios estatales y privados, una corriente ostensible de rechazo y manifiesto desprecio hacia lo andino y ancestral peruano. 10. Canto universal de solidaridad ¿Qué es lo que anhelamos? Una identificación plena, sincera y esperanzada con el mundo andino, poseedor de una cultura moral, de unas relaciones humanas en base a la limpidez de alma, de mente y de conciencia, en quien prima un espíritu de fiesta de los afectos y de los encuentros. Una cultura de la solidaridad, de la ternura y el sentido matinal y de infancia acerca del universo. Buscada y encontrada en nuestras raíces, en los viejos dioses de nuestras cumbres y hondonadas. En el caminar en el regazo de la Pacha Mama, en la tierra, en la arcilla de los caminos, como también mojados por la lluvia o empapados por las tempestades. Buscada y encontrada una fe y una esperanza que se amaciza en nuestras creencias, que nos vienen desde lejos y desde lo hondo de nuestras culturas ancestrales. Y que tornaremos en acción, por la fuerza de nuestra emoción, la luz de nuestra inteligencia y la acción de nuestros brazos, que hará que tornaremos canto universal la solidaridad con todos los hombres de la tierra. |
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