Instituto del Libro y la Lectura del Perú, y Capulí, Vallejo y su Tierra | |
Del mar y las montañas |
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“Cuando planté
rosales |
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1. Cada vez que miro el mar
Hace pocos días Rosa Cerna Guardia fue distinguida con Diploma de Honor y Medalla al Mérito, por la Asamblea Nacional de Rectores al cumplir este organismo universitario sus Bodas de Plata institucionales.
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Un
día no recuerdo si fue despierta o dormida –
Desde entonces, yo muero |
2. Enclavados entre montañas
Sea este verano y días de playa que aún continúan ocasión para celebrar el mar, pero como ella lo hace, por contraste para recordar las montañas.
3. Tierra de cántaros sonoros
Es de Rosa Cerna Guardia este otro poema, que dice: |
Mi
voz nació de entre las cordilleras,
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4. Viento mío, original, sereno
Rosa Cerna más que una autora de poemas y cuentos maravillosos en donde los personajes dejan el marco de un cuadro antiguo y bajan a pasearse con nosotros, o donde a partir del bosquejo de un duende de madera se hace un duende verdadero que juega y hace travesuras, más que creadora de una literatura fantástica –tanto por recorrer esa dimensión de lo ilusorio como por su excelente calidad– nos ha donado el bien excelso de una forma de ver el mundo, una actitud frente a la vida, una manera de vivir, llena de encanto, de compasión, capaz de hacer de un orden deleznable un instante de fina trascendencia: |
Traduzco
mis poemas con la escritura de las aves en el suelo. |
5. Me quedaría como soy
Tampoco yo sabría decir, por ejemplo, en qué campo es más grande la obra de Rosa: si en la literatura o en el aula de clases.
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Si
me fuera dado |
6. Revoloteando por el cielo azul
Y estas otras palabras, que a continuación cito, escritas por ella en ese famoso cuento titulado “La niña de las trenzas azules”, que deberían grabarse en letras de oro y colocarse como un cartel que veamos todos los días en el dintel de toda aula de clases.
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Ahora
sólo hace falta que te enciendas, |
Estas frases constituyen todo un lema, una bandera y un estandarte para cada vida humana del Perú de hoy. Debe de ser un grito de guerra y de paz que nos levante, que nos eleve, que nos vivifique.
7. Abrirle nuestro corazón de par en par Rosa ha sido y es –y lo seguirá siendo toda la vida– una maestra de escuela que escribe basada en las historias de sus niños, en una conjugación hermosa con la tarea escolar. Quien no repara ni en cuánto ni en cómo le pagan, sin frustración, sino fundamentalmente “poniendo el alma” en cada cosa que hace, dándoles a sus hijos espirituales esperanzas, caminos, moradas permanentes donde defenderse y desde las cuales luchar.
8. Esa flor que debemos cultivar
¡Hermana ternura, maestra ternura, madre ternura es Rosa Cerna Guardia! Quien es capaz de podernos decir: |
Tengo el alma abierta como los trigales cuando
ha llovido. |
Pero hay al lado de esta otra excelencia en Rosa Cerna: el candor, camino resbaladizo de pisar, ¡del cual recelamos tanto!, pero que es bueno restituirlo en nuestras vidas.
9. Embajador de la luna y las estrellas
¡El candor de ser maestra! ¡El candor de escribir para niños! ¡El candor de no pedirle nada ni al gobierno ni a quienes mucho le deben!, porque sus cuentos se reproducen indiscriminadamente sin que siquiera se consigne el nombre de su autora. ¡Oh ignominia!
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Monarca absoluto de todos los sembrados
10. A la nieve que es misterio
Pero hay otro contenido quizá mucho más poderoso y hondo en Rosa Cerna Guardia, y es ¡el amor! Empezando desde el más cercano hasta el más distante, a los seres del mundo que le rodean y también a los ideales más sublimes: |
Y
yo soy. |
Y, por último, el amor a su perrito faldero: ¡A Carbón!, que un día su padre dejó a sus pies como un copito de lana negra.
11. Fablillas en el pesebre
Pero he aquí el libro que yo más adoro de Rosa Cerna: Fablillas en el pesebre, un libro de fe, un libro oración, un libro votivo; que nos enseña a vivir con lo humano y divino, con lo natural y lo sagrado, con lo trascendente y lo cotidiano. Sólo posible de ser escrito por alguien que habla a diario con Dios y quien piensa que lo único cierto en la vida es la existencia de un creador bueno.
12. En el centro de lo sagrado
Necesitábamos una voz que nos diga que lo grave ya pasó, que debemos tener calma. Que hay un conductor en el timón del universo.
13. Nos enseña a creer
A su voz se une en este libro la de Esther Allison, que nos legó su palabra ferviente, sus cantares, su devoción. Quien se dedicó a escribir acerca del brote de una hierba en el jardín, conmovida ante una gota de lluvia que pende en lo alto del tejado.
14. Mujer de la ternura suprema
Con dicho libro Rosa, quien bajó desde las altas montañas, pudo finalmente llegar al mar. |
Acaricio
en tus ojos |
Nada mejor para ilustrar todo lo dicho en relación con Rosa Cerna Guardia, que lo que ella misma nos expresa en el pórtico de Los días de Carbón.
15. El rozar de unas alas...
…Es en estas palabras en donde encuentro el secreto de su mensaje, la imagen y la metáfora profunda de su existencia, espejo de lo que ella es espiritualmente, cuando nos habla:
Poseo como nadie, la imagen del ave que un día murió en mis manos. Me ha quedado para toda la vida su último temblor y sus suspiros. Es como una huella que llevo; por ella, todos podrán reconocerme como la mujer que tiene en su mano una cicatriz embellecida por la semilla del trigo que, teniéndola en el pico, no alcanzó a tragar.
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Danilo
Sánchez Lihón
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del Libro y la Lectura del Perú
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