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Instituto del Libro y la Lectura - INLEC del Perú
27 de noviembre |
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Secuencia de la Batalla de Tarapacá (1879) donde es capturada la
artillería chilena. |
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1.
¡Salta Lucero! "¡Salta
Lucero!" gritó el taita Cáceres con todas las fuerzas de sus
pulmones y con su voz asordinada.
2.
El destino suele cruzar los dedos Aquella
fosa fue la valla que el pelotón de chilenos que lo perseguían para
ultimarlo ya no pudo cruzar.
Y
si no murió en el campo de batalla fue por algo inexplicable. Porque
siempre se arrojó a lo más arduo, reñido y voraz de la contienda.
3.
Una apoteosis de gloria Esa
era su estirpe. Y
esto él supo ponerlo de manifiesto desde muy joven, casi desde la
adolescencia.
4.
Las balas rozaban su frente Veinte
años antes de la confrontación con Chile, en la sublevación de Vivanco
en Arequipa, en 1858, avanzó por los techos. Y entre los cadáveres de
sus propios compañeros izó la bandera del Perú en el conventillo de San
Pedro.
5.
Sumergido de niño en las lagunas heladas de la serranía Todos
morían a su alrededor.
6.
Hombre abrazo, techo y cobija
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Estuvo
presente desde el inicio hasta el final de la guerra. En él se decantaron
todas las amarguras y se acrisolaron todos los triunfos.
7.
Porque había que defender lo herido que la vida nos exige y nos impone
defender |
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Su
ejército era de indígenas, indios de harapos y hojotas: ¡La heroica
mancha india!
8.
"¡Taita, he cumplido!" Era
para su tropa "El taita". Esto es: el padre. Bajo él sentían
que podían morir.
9.
¡Honor para Cáceres! ¡Orgullo
que así fuera! Siempre
tomó la iniciativa en el combate.
10.
Cruzaron descalzos y con vestidos hechos jirones Este
ejército sin provisiones, vestuario ni armas es sin embargo por su
temple, su arrojo y su bravura el ejército de la dignidad para cualquier
pueblo del mundo que se preciara de tenerlo, de valentía sin par, de
ideales y utopías sin límites.
11.
Sin rabia, sin rencor, tranquilos Se
tuvo que escalar pendientes con agua helada a más de cinco mil quinientos
metros de altura, en noches inclementes para arribar lo más pronto que se
pudiera al callejón de Conchucos. En este trance murieron 600 hombres
enfebrecidos buscando a la tropa de Gorostiaga a quien lo encontraron en
Huamachuco.
Sin
complejos de inferioridad, sin sentimiento de culpa, convencidos de que
moralmente ganamos esta guerra. Y porque si quieren robarnos es gracias a
que tenemos.
12.
Somos Cáceres Todos
ahora somos Cáceres, integrantes de un ejército de gloria.
Que somos pura ternura, unidos con el desposeído.
Y no es que fuimos grandes, ¡somos!
13.
Esta tierra es sagrada
y se la respeta Somos
también amor fino, amor de mandolina, el bordoneo de una guitarra con la
desolación en el alma.
Que estamos dispuestos a defender la sagrada heredad con nuestra vida y
con nuestra muerte.
14.
Lo que importa es la estela que nos dejaron Esta
tierra es sagrada y se la respeta. ¡Podrás vivir en ella, pero no
mancillarla! Es sagrada porque miles y miles dieron la vida en defenderla.
15.
A él loor eterno Cáceres
es guerrero insigne.
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