Tres caballos o la historia de un poeta sin destino |
Tres
años un seto, Tres
setos un perro, Tres
perros un caballo Tres
caballos un hombre. Las
historias que escribe De Luca aparentan simplicidad, tanto el lenguaje
utilizado como la estructura estilística podrían denotar cierta
facilidad; sin embargo, el contenido de sus historias son mucho más
profundas, todas estas experiencias devienen de una larga reflexión. La
memoria es un pozo de recuerdos en el que las experiencias acumuladas de
tantos años el día menos pensado salen a la luz para actualizar la vida
del personaje. El recuerdo que pertenece al pasado está ligado con el
presente; sin embargo, la peculiaridad del texto consiste en que todo ese
pasado es como si se viviera en el presente, porque para el
narrador-personaje el verbo en tiempo pasado simplemente no existe. Mediante
la travesía de nuestro personaje por el mundo comprendemos que el ser
humano es la suma de “causalidades” y que en muchos casos la
“causalidad” determina la existencia de muchos de nosotros. El errante
enamorado en su largo peregrinaje no sólo llega a entender la complejidad
del ser humano sino que también descubre la posición correcta del mundo:
el “sur” no debería estar abajo sino arriba, es el sombrero y no son
los zapatos del mundo, este descubrimiento es de gran valor simbólico, es
darse cuenta que esta parte del mundo con sus fortalezas y debilidades aún
no ha recibido el valor ni la importancia que merece. El
personaje vive el momento a plenitud por lo tanto sólo reconoce el tiempo
(actual-presente), el reconocimiento sólo de este tiempo “presente”
se debe a que el personaje está en constante movimiento, su presente
también engloba su pasado, todos esos acontecimientos ocurridos en el
ayer se relatan como si estarían ocurriendo en ese momento: estamos ante
una suerte de actualización literaria. Cuando
relata su historia lo hace en tiempo presente como reflejando que lo
vivido no ha pasado, las heridas aún continúan abiertas a pesar del
tiempo transcurrido. Ese hombre no tiene pasado, toda su vida es un
presente. 1.-Cuando
el pasado se vive en el presente: Nuestro
personaje desde el inicio de la trama reactualiza su vida construyendo una
historia que pertenece al pasado. Mediante su propia confesión nos
enteramos que radicó durante 20 años en Argentina, algunos sucesos han
marcado para siempre su vida, su presente le obliga a tener otro tipo de
visión, ahora es un hombre diferente y la persona que alguna vez se
enamoró de una joven argentina simplemente ya no existe, para el narrador
personaje lo que se hizo en el pasado ya no importa, por ello trata, sin
fortuna, de evitar que sus vivencias pasadas influyan en el presente. En
su presente aún tiene recuerdos de su pasado como perseguido, reflexiona
sobre la imposibilidad de sentirse libre por más de estar solo, se siente
atemorizado. Se dirige hacia el “sur” pero no puede evitar sentirse
acosado, sensación que se resume en la frase “pero el mundo me acosa y
las estrellas son perros tras mis pasos”. Estamos
ante el peregrinaje de un hombre cuya vida poética e incierta motiva a la
reflexión. Mientras trata de tranquilizarse recuerda ese pasado brutal,
Laila sólo lo escucha callada y temerosa sin poder comprender aún las
vicisitudes de la existencia humana. Este
personaje es consciente de que la guerra ha cambiado definitivamente su
vida. Desde
su particular visión dice que ha aprendido que las cosas grandes son en
realidad más sencillas de lo que parecen. Dada
su experiencia afirma que Europa es la antípoda de Argentina. En su nueva
posada, junto a las plantas y los días, mira cómo el tiempo pasa
lentamente. Recuerda
los amores que tuvo a los 20 años, dentro de todos los recuerdos hay uno
que lo llena de nostalgia, ese es el recuerdo de Dvora, lo dejó todo para
irse con ella, Dvora es la mujer que cambió su vida “Hay criaturas
mutuamente destinadas que no llegan a conocerse nunca y se adaptan a amar
a otra persona remendando la ausencia” (pág. 40). Después de la
desaparición de Dvora sólo le queda esperar que la vida pase y la muerte
se avecine callada. Revela
el feliz día en que conoció a Dvora, fue en la montaña, un lugar
alejado de la ciudad, en la pared de la Tofana di Rozes. Ella le demuestra
que la vitalidad y la fortaleza pueden superar cualquier barrera. El
cree que ella es la chica asignada, a la que tanto ha estado esperando, la
soledad le hace pensar que el amor existe, siente la proximidad del amor,
“siente que su presencia se corporiza y le da la mano” (pág. 42)
Anteriormente Dvora había viajado por Europa en premio por la obtención
de un título, ya en la Argentina él sólo desea que su amor puro sea
correspondido. Es
la simplificación del primer amor, se ha enamorado a primera vista, el
poder de encantamiento de Dvora es total, el narrador personaje se
confiesa enamorado, le atrae su sensibilidad e inteligencia. Se nos
presenta como una mujer idealizada y distante a la vez. Es
una persona que ama la jardinería, con el tiempo ha llegado a conocer
mucho sobre plantas, hay cosas de la naturaleza que no llega a entender
del todo. Tiene la particularidad de pasar más tiempo con las plantas que
con los hombres, debido a los años transcurridos ha llegado a comprender
que la vida parte de cosas sencillas como de la contemplación a un árbol,
su vida gira en torno a este medio, dada esta compenetración para él
Laila será “un árbol precioso”. Comparte
con Laila gran parte de su experiencia, ambos disfrutan el momento estando
juntos, siente una sensación muy rara por esta mujer, dice sentirse
“embobado” y ello le parece “hermoso” disfruta el momento y la
conciencia de sentirse vivo lo hace feliz. Sabe
que ella es más joven, y por momentos esa verdad lo perturba; sin
embargo, Laila no se hace problemas, a medida que lo conoce se va
enamorando de su manera de ser, los sentimientos puros alejan todo tipo de
perjuicios, ella siente la dicha de sentirse niña otra vez. Nuestro
poeta sin nombre recuerda constantemente lo sucedido en la guerra, estos
instantes se reactualizan, cuenta lo sucedido hace muchos años como si
estuviera sucediendo en ese momento. Relata el difícil momento en el que
sólo tiene que huir, siente mucho miedo, la presencia de la muerte está
más cerca que nunca, sabe que la situación es demasiado difícil;
Argentina está en guerra, la mayoría de la los jóvenes han muerto, sólo
pocos han logrado escapar al horror del conflicto. Es consciente que estuvo allí en la Argentina sólo por amor a una mujer cuando de pronto se presentó la guerra, la muerte ronda su vida a cada instante, es inevitable el clima de tensión y pesar. Su compañero de viaje había sido asesinado en un puesto de vigilancia, en ese momento sólo desea huir, él también se ve obligado a disparar, el horror se apodera de su persona, lucha por escapar de la muerte, su meta sólo es huir pero no sabe a dónde. Su
vida errática es una constante, en ese peregrinaje sólo le queda
esperar, desea que algún día las cosas mejoren. Es
la poética del hombre sin destino que, como un vagabundo, tiene que
recorrer el mundo escapando del horror, cualquier salida es válida, huye
sin saber por qué, siente que es muy tarde para actuar y él no tiene
ninguna opción, por ello, cual hoja de otoño, se va como grumete de un
buque irlandés, desde que se inició la guerra por seguridad andaba
armado pero en ese momento se desase de todo, siente que ya no lo va a
necesitar, en ese momento se percata de un detalle, del valor de la
libertad “pues sin armas ya no pesa nada” (pág. 47). Nos narra este episodio sin ninguna muestra de nostalgia o melancolía. Parece
ser fuerte y querer omitir aquello que le hace daño, pero el dolor lo ha
convertido en una persona fría y calculadora. Nuestro
poeta es un hombre maduro de 40 años y toda la experiencia vivida sólo
es de desolación y muerte. Después de tanto sufrimiento sólo desea
descansar. Sus compañeros de embarcación lo llaman “el muerto”
porque todo el tiempo se lo pasa como si fuera uno, sólo quiere cerrar
los ojos para olvidar el horror. En
su nuevo peregrinaje se encuentra con hombres rudos, estos marineros han
perdido el sentido de la vida. La existencia en ese lugar también le
resulta bastante difícil, se come mal y se vive peor, en esa larga travesía
sólo lee la Biblia, pero no lee por fe sino porque la historia que se
cuenta le despierta mucho interés. Sólo la soledad y la reflexión lo
acompañan a lo largo de la travesía que dura alrededor de un mes y
medio, después de ese periplo, cuidándose de morir degollado, desembarca
en Inglaterra. En su nuevo refugio hace lo que sea para sobrevivir. Está
allí mucho tiempo varado, espera con paciencia que el tiempo pase
tranquilamente, se produce el hecho crucial del encuentro consigo mismo,
es en esas circunstancias difíciles cuando descubre que la naturaleza
determina su temperamento, en esta isla “Soledad”, como siguiendo los
pasos de Odiseo, permanece durante varios años. Esta experiencia le ayuda
para encontrarse consigo mismo. Lo
sucedido en Argentina lo ha cambiado para siempre, sabe lo que significa
la persecución y la muerte. No puede evitar rememorar esos momentos;
Laila es quien descubre el pasado tormentoso de un hombre aparentemente de
vida pacífica. Ella sólo escucha y calla, dice que es una mujer que ha
aprendido a escuchar, también ella tiene su propia historia, una historia
de tropiezos y desolación. No
sólo es una reflexión de su pasado sino también de lo que significa
estar vivo en ese momento porque “el presente” es el único instante
que importa, tanto el ayer como el mañana simplemente escapan a la
comprensión del ser humano; sin embargo, aquellos sucesos lo han marcado
para siempre, su rostro refleja toda esa etapa tormentosa. La
taberna es su segunda casa, aquí es donde almuerza y lee un poco, trae al
presente del relato la historia que está narrando e incluye sin advertir
las dos historias, se deleita con la cotidianidad de la vida. Estando en
este apacible lugar conoce a Laila, una mujer extraña y enigmática,
Laila es quien da el primer paso para establecer cierto contacto, es ella
quien le plantea la posibilidad de verse y no le interesa su edad ni su
pasado, él vive solo, no entiende el por qué de la repentina atracción
hacia su persona, no puede comprender que al igual que él, ella es una
mujer con muchos secretos por descubrir. Aunque
no quiere los recuerdos vividos en Argentina lo acosan una y otra vez, es
imposible olvidar lo sucedido en ese país. Cuenta
su vida rutinaria en la que la sencillez es una constante, es una persona
que se fija en los más mínimos detalles. Tanto su vida como sus acciones
están plasmadas de cotidianidad, él mismo se define como un simple
jardinero, no puede entender que Laila, esa muchacha joven, se haya fijado
en él siendo un simple jardinero pero a la vez ella tampoco puede
entender cómo un hombre tan tierno le haya dejado entrar en su vida
siendo ella una mujerzuela, nuestro poeta no le reprocha nada, la quiere
como es. El
narrador personaje parece no tener sentimientos, estando juntos en el
lecho le dice que si continúa así va a terminar enamorándose pero él
sabe que ello es mentira, un hombre que ha conocido la verdad y ha
recorrido el mundo en un busca de un amor, estando a punto de morir, ya no
puede enamorarse. Laila
es la única persona con la que intercambia cierto tipo de sentimientos
cercanos al amor, ella ha empezado a quererlo, el amor hace cambiar su
manera de pensar, él no le hace ningún reproche pero ella le pide
disculpas por su pasado y su presente pues en el fondo ella sólo quiere
ser amada. Él sabe que las cosas sucedieron porque sí y no tiene derecho
a juzgarla. El acto de reconocer su pasado y pedir disculpas es un acto
valeroso que la redime y reconcilia con el mundo. Nuestro
personaje en su rutina habitual conoce a un negro, este gentil hombre se
gana la vida como albañil, en estas tierras civilizadas no puede entender
por qué la gente se resiste a conversar con él, Selim manifiesta su
deseo de querer dialogar pero los hombres no responden, la comunicación
entre él y los otros simplemente no existe, su condición de extranjero y
de persona de color lo estigmatiza, es víctima de la discriminación.
Nuestro personaje lo entiende y trata de ayudarlo, sabe mejor que nadie el
significado de la soledad. 4.-
La vida en soledad y esperanza: El
personaje vive desde hace mucho tiempo solo, su única compañía es la de
sus plantaciones y la lectura de libros viejos, es la única manera de
enfrentar al mundo cruel, la soledad permanente en la que vive se
manifiesta en cada uno de sus actos “¿yo un disecado vivo, diciendo de
tu parte? ¿Y a quién? Si yo no tengo a nadie”. (pág. 11). Por ello
cuando Laila se muestra dispuesta a hacerle compañía él se muestra
sorprendido. Una de sus principales actividades es la jardinería, trabajaba para un director de documentales, Mimmo, que a la sazón se ha convertido en su jefe. Recuerda
su infancia en Calambria y la pobreza en que estaban sumidos en ese lugar,
Mucha gente al igual que él salió de casa en busca de un mejor destino,
pero Mimmo se había quedado y 20 años después se había convertido en
un director de documentales, lo sucedido a Mimmo sólo puede ser
interpretado como un caso fortuito. Este joven director le cuenta la
historia de un hombre Curdo de 50 años, la policía lo sometió a un régimen
de torturas por sospechas de agitación, sólo tenía una hoja escrita en
inglés, es la historia de atropellos en un país controlado por el
autoritarismo. A
través de este personaje descubrimos verdades ocultas en un país marcado
por la violencia. Le fascina descubrir mundos tan asombrosos como la
ciudad de Odesa o su relación con la estrellas cuando se dirigía al sur.
Dentro de su concepción cree que el amor es un largo abrazo en el que la
pareja va despidiéndose. Reaparece
Selim por las mimosas, este negro es muestra también de la pobreza pero
sobre todo de la lealtad, a pesar de la vida amarga en tierras foráneas
trata de vivir honradamente, su naturaleza sencilla le ayuda a valorar la
vida, se admira de las enormes casas construidas con mucho sacrificio,
Selim hace la diferencia “nosotros construimos con agua del cielo” (pág.
51). Con el intento de seguir luchando por la vida, planea viajar a
Sicilia para recoger tomates, este personaje sabe qué significa carecer
de lo más elemental, es un hombre que intenta sobreponerse valientemente
a las adversidades. En
uno de sus tantos recuerdos rememora a María y la relación que tuvo con
esta mujer, cree que ella lo odia por haberla dejado intempestivamente, él
se alejó tal como llegó sin dejar huellas, pero su alejamiento se debió
a un intento de salvarse, no tenía otra salida que
salir huyendo de ese lugar, su vida estaba corriendo peligro. Junto
a los marineros se adentran hacia el ecuador, estas personas que están
fuera de todo contacto humano quieren divertirse a como dé lugar, es en
esas circunstancias cuando se produce una rencilla, un viejo marinero
intenta violar a un joven, nuestro personaje interviene y se produce un
altercado. Este suceso muestra el embrutecimiento de los hombres de mar
por el sexo. Nuestro
personaje no tiene nombre ni pasado. Su vida es la reflexión. Laila es su
única intermediaria con el mundo real, ella le abre nuevamente la
posibilidad de creer en el amor. Ambos están juntos como una manera de
enfrentar la soledad. La vida de ambos está hecha de pequeños retazos. A
pesar de estar juntos se dan cuenta que en esa continuidad también son
distintos, Laila es el amor tardío, es la relación cotidiana de una
pareja en la que se reflexiona acerca de la existencia del ser humano como
tal. Esta mujer con su transparencia y sinceridad le devuelve las ganas de
seguir luchando, el humilde jardinero, hechizado por la poesía y la
naturaleza quiere encontrar en Laila lo que la dictadura argentina le
arrebató. Gracias
a Laila nos adentramos por caminos imposibles, cada historia narrada es
una muestra de valentía y perseverancia. Otra
de las personas desamparadas por el mundo es Selim, éste cuenta que ha
sido víctima de un robo, la injusticia hace presa de él. Selim, ayudado
por las cenizas, le revela a nuestro poeta que debe de alejarse lo más
pronto posible, un mal destino le espera si se queda allí; sin embargo,
él ya no piensa moverse, ya está cansado de huir, el mundo es pequeño,
no tiene a donde ir. El
que esté vivo es una prueba más de esa suma de casualidades, esta
casualidad se plasma en el hecho de haberse salvado de morir una noche sólo
por haber llegado tarde a una reunión. El recuerdo de todo lo sucedido en
Argentina es un recuerdo que permanece en él a cada instante. En
el incierto mundo de Laila nos enteramos que ésta tiene una cuenta
pendiente con un hombre que la quiere matar. Nuestro
poeta sabe que ha caminado demasiado, a esas alturas de su vida sólo
quiere descansar. A pesar de estar junto a Laila recuerda los momentos
felices junto a Dvora; aún recuerda el día en que la perdió: “Y sólo
un año hasta que llega aquel aciago día en el que la meten en un coche,
y me la arrancan, y yo me quedo en la calle, doblado por el dolor y los
sollozos, como un clavo torcido” (pág.75). El sólo logra salvarse
gracias a su pasaporte italiano, es en ese momento cuando entra en guerra
sin destino, huye de la dictadura argentina, tiene que ocultarse bien para
no ser acribillado, a esas alturas sólo desea cerrar los ojos y esperar
que todo termine. Sin embargo, pese a su esfuerzo es capturado: “Y estoy
en el catre de la celda y ya no quedan guardias a la vista, y en otras
celdas están gritando de hambre porque no comen ya desde hace días, y
luego llega gente para abrir y ya todos parecen ser felices y yo no
respiro, pero sé que la muerte me escupe a la cara una vez más” (pág.
82). Gracias
a la ayuda del posadero logra levantar anclas, su destino nuevamente
depende de la suerte y de la buena providencia, se percata que toda huida
es imposible, la gente sólo se libra de la persecución con la muerte. Es
una consigna que él conoce más que nadie. Es
en la posadera cuando se da cuenta que el mundo está invertido, lo que
está arriba debe estar abajo y lo que está abajo debe estar arriba, la
posición del mundo ha sido determinada a la fuerza y no por las leyes
naturales de la lógica. Constata que el mundo está al revés, y a partir
de este reconocimiento espera embarcarse hacia lo desconocido. Laila ha empezado a amar al jardinero; sin embargo, la idea de que otro hombre se inmiscuya en la relación lo atemoriza. Selim se siente totalmente agradecido, el jardinero fue el único que le prestó ayuda y como pago a esa sincera amistad él mismo se encarga de degollar a la persona que se entrometía en la relación de su amigo. Las cenizas que presagiaban un destino amargo ya no recaerán en el jardinero, Selim se encargó de limpiarle el camino, pero el jardinero a pesar de ese gesto bondadoso siente como si él lo hubiera degollado “Mi segundo caballo yace muerto en la cocina oscura, entre tinieblas”. Aquí
se desprende que la vida del hombre sólo dura tres caballos y nuestro
jardinero ya lleva dos, siente que se aproxima a su destino final; sin
embargo, aún le queda mucho amor. Lee con paciencia y espera sentado que
el amor se aproxime. Es
difícil imaginarnos una vida menos dura que la del jardinero, nuestro
narrador ha pasado por momentos muy difíciles, frente a un presente
reflexivo se puede decir que su pasado ha estado lleno de dolor. A esas
alturas de su vida se ha convencido de muchas mentiras, ya no espera nada
de la vida. A
través del tiempo su vida ha estado relacionada tanto al amor como la
muerte. Su amada Dvora ha sido asesinada, a partir de ese momento su vida
se convierte en un peregrinaje para salvar su vida y cuando quiere volver
a creer en el amor nuevamente se enfrenta con la muerte. Se ve obligado a
deshacerse de un hombre para que su relación con Laila se afiance aún más. Toda la estructura de esta novela-poema está narrada en primera persona, este hombre así como en los textos que lee, sólo se siente un narrador que cuenta ciertas partes de su vida, nos relata el horror vivido en la Argentina de la dictadura militar, describe cómo la injusticia y la muerte se apoderan de la ciudad, una prueba de ello es el terrible final de Dvora. La
guerra clandestina parece ser el único medio de conmemorar la muerte de
su amada. Ya en su país después de haber vivido alrededor de dos décadas
en la Argentina se da a la reflexión, en su presente más inmediato
reactualiza el pasado, la historia que nos cuenta está lleno de presente,
no hay un sólo verbo que remita al tiempo pasado. En
su país natal intenta rehacer su vida, quiere curarse las heridas. Debido
a su amplia experiencia todos sus actos están regidos por la sabiduría,
la memoria es una fórmula eficaz para luchar contra el olvido, las cosas
no pasan por gusto, al final todas ellas cobran sentido. Uno
de de los temas más importantes es el exilio y la lejanía. Este exilio
voluntario se da impulsado por el amor pero una vez que se da la guerra
interna se hace difícil su estancia en ese lugar, escapa de la muerte sólo
por pura casualidad, si continúa vivo se debe a su buena suerte. El
narrador vive apasionado con la naturaleza, su vida sencilla se asemeja a
la metáfora de su vida, quiere tener nuevamente la oportunidad de amar y
ser amado. En muchas de sus acciones pareciera no importarle el tiempo, sólo
rueda por el mundo en busca de algo nuevo. Para nuestro personaje el mundo
es un constante aprendizaje. A
lo largo de la novela nos damos cuenta que el personaje no busca más que
el reencuentro consigo mismo, no tiene ninguna ambición, sólo quiere
estar bien junto a sus plantas y libros viejos, la vida le ha tratado muy
mal, tuvo que dejar a su familia para buscar un futuro mejor, en el camino
se enamoró; sin embargo, la dictadura militar acabó con lo único que
tenía, desde ese momento sólo vive
su presente, es una persona que ha ido perdido gradualmente las cosas más
amadas, las circunstancias siempre le han jugado una mala pasada pero no
se resigna a perder, no se rinde tan fácilmente, lucha por seguir
afrontando la adversidad. Si bien es cierto que en el camino ha ido
perdiendo pero aún le queda un caballo,
en esta última etapa es cuando intentará ser feliz. Al
final de su larga travesía comprende que para ser feliz sólo es
necesario el deseo de querer
serlo, su vida es un ejemplo de que se puede llegar a la felicidad
careciendo de todo lo material, su
vínculo con la naturaleza le ayuda a comprenderse a sí mismo. Aunque la
vida lo haya hecho pasar por malos momentos, nuestro poeta sigue enamorado
porque después de todo está vivo, aún puede gozar del sol y de la
naturaleza, aún puede recostarse bajo un árbol y leer un buen libro y
seguir creyendo que la vida es un regalo muy valioso. En
este breve texto De Luca nos entrega una muestra de sencillez y alta
calidad poética. -
De Luca, Erri. Tres caballos. España, Akal Literaria, 1999. [1]Abraham Prudencio nació en Ancash (Perú) en 1979. Es Licenciado en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Magíster en Literatura General y Comparada por la Universidad la Sorbona. Ha publicado “La vida no vale nada” (relatos, 2005) “El día de mi suerte” (novela, 2006) y “Hojas de Otoño” (nouvelle, 2009). Del mismo modo ha traducido y prologado a Maurice Blanchot, Julien Gracq y Marguerite Duras. Ha sido conferencista sobre Literatura Peruana en las universidades Paul Valéry-Montpellier 3, Complutense de Madrid y en la Escuela Normal Superior de París. Asimismo colabora en diversos medios literarios. Actualmente sigue estudios de doctorado. Ha sido finalista del Premio Internacional Juan Rulfo 2008. |
Abraham Prudencio Sánchez
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