La salvia es una planta aromática originaria del sur de
Europa y de la región mediterránea a la cual le han atribuido desde la
antigüedad, numerosas propiedades beneficiosas para la salud; de hecho,
su nombre, salvia, derivado del verbo latino salvere, significa
curar o sanar.
Aunque a veces se
sobredimensionan los efectos curativos, está demostrado científicamente
el impacto de esta planta, como el de paliar los trastornos propios de
la menopausia, así como sus cualidades antinflamatorias, antioxidantes
(gracias a la presencia de polifenólicos), diuréticas, antiespasmódicas
y antisépticas; incluso, algunos la consideran apropiada para aliviar la
acidez del estómago y le atribuyen a su aceite fuerza para mejorar la
memoria.
¿Qué dicen los botánicos?
Salvia es el género más numeroso de la familia de las lamiáceas, con
setecientas a novecientas especies de arbustos, herbáceas perennes y
anuales. Comúnmente también se denominan salvia, aunque generalmente
este nombre se asocia más a la especie Salvia officinalis,
conocida popularmente por su uso en gastronomía, como planta ornamental
y medicinal.
Es una mata silvestre de origen mediterráneo que aparte de sus
hermosas flores de color violeta y un olor muy característico, posee
propiedades curativas; de hecho, se trata de una de las soluciones
naturales más utilizadas para el bienestar general. Algunos de sus usos
característicos sirven para calmar la tos, limpiar la piel y el cabello
y ayudar con problemas digestivos.
Las inflorescencias nacen en racimos o panículas que producen flores
de color azul o rojo; el blanco y amarillo son menos comunes. El cáliz
es tubular o acampanado sin garganta barbada y está dividido en dos
labios: el superior entero o tridentado y el inferior hendido. La corola
suele tener forma de garra y es bilabiada; el labelo superior
normalmente entero o tridentado y el inferior bilobulado.
Los estambres, por su parte, se reducen a dos estructuras cortas con
anteras bicelulares: la superior fértil y la inferior imperfecta. Los
estilos son bihendidos. El fruto es una suave núcula de forma ovoide u
oblonga que, en muchas especies, está cubierta por una capa muculaginosa.
¿Qué dicen los científicos y
la práctica popular?
El profesor de Farmacología y Farmacia Clínica de la Universidad CEU
San Pablo de Madrid, Antonio Aguilar, afirma que “una de las
indicaciones de la salvia es para el tratamiento de los sofocos y la
sudoración excesiva que experimentan algunas mujeres durante la
menopausia, por ello es más empleada por el sexo femenino”.
En tanto, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en
inglés) reconoce su efecto antinflamatorio, tanto para la piel como para
la mucosa bucal y la garganta. En tal sentido apelan a su eficacia para
aliviar las molestias de garganta y calmar la tos, al tiempo que ayuda a
fortalecer el sistema inmune, ya que es rica en vitaminas A y C.
Esta planta medicinal también es reconocida en el mundo de los
cosméticos, estando presente en muchas cremas antienvejecimiento. Cuenta
con virtudes que ayudan a disminuir la formación de arrugas y auxiliará
al rostro a verse más relajado.
Es común encontrar la salvia como centro de los ingredientes de
mascarillas para pieles grasas y aquellas que combaten el acné. Si se
embulla, puede preparar una infusión de la planta y utilizarla para
limpiar la cara; simplemente añada unas gotas sobre un algodón y
aplíquelo sobre la piel, preferiblemente en el horario nocturno.
También es conocida por ser un buen remedio para reducir el dolor
muscular y el reumatismo. Un baño con sus hojas puede ayudar a disminuir
el malestar, y resulta un modo de aliviar el estrés y mejorar la
circulación sanguínea. Para llevarlo a cabo, es preciso agregar las
ramas en agua hirviendo y dejarlas reposar, luego retirarlas y agregar
la solución al agua del baño.
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