Ellos eran muchos caballos |
Fragmentos |
4. A
camino
El Neon vaguea veloz por sobre el asfalto irregular, ignorando
resaltos, lomos, zanjas, huecos, relieves, costillas, guijarro, negra
nesga en la noche negra, aprisionada, la música hipnótica, tun-tun
tun-tun, rege el tronco
que
tranza, tun-tun tun-tun, sensuales las manos deslizan por el cuero del
volante, tun-tun tun-tun, el cuerpo, el auto, avanzam, apartan las luces
que lucen a la izquierda a la derecha, un anillo comprado en la Portobello
Road, satélite en el dedo medio derecho, tun-tun tun-tun, el bólido
zumba en dirección al Aeropuerto de Cumbica, al contrário cruzan faroles
de omnibus que convergen de todas partes,
otros más que se van a joder
un metro setenta y dos centímetros
está en la libreta militar
pantalón y camisa Giorgio Armani,
perfume Polo rociado en el cuello, zapatos italianos, afeitado, pelo
motilado con la dos, Rolex de oro bajo el tapiz,
otros más que se van a joder
ella debe estar llegando, una de
esas estrellas que sobrevuelan la carretera, la mujer, el patrón
compromiso inaplazable en brasília
le expliqué a
sí, claro, a él le trata como
hijo que le gustaría haber
tenido
sí, claro, el hijo
un pendejo
el cocainómano pasea su arrogancia por las oficinas de la corredora,
sí, claro, el hijo,
un
pendejo
el cocainómano desfila sus esteroides por entre mesas de
discotecas y bares – que ya rompió –, por las caras de leões de chácara
y de prostitutas – que ya rompió – por máquinas de escribir de
comisarías – que también ya
sí pero es mi hijo
y soborna la policía,
el comisario,
el dueño de la discoteca,
las prostitutas,
los leões de chácara,
sí pero es mi hijo
sí, claro, la hija vive en
Embu, macrobiótica, artista plástica, esotérica, los cuadros siempre
los mismos,
quien no tiene ojos para ver
rayas rojas, histéricas,
espasmódicas, gruesas, delgadas, fondo blanco,
no tiene ojos para ver
una vez la folló
horrible
en el estudio entre
pinceles y latas de tinta sobre una mesa en donde yacía estirada una
inmensa tela en blanco
eso es arte
ella olor a incienso
marijuana es natural
desnuda bajo la túnica
indiana, restos de semen en la superficie blanca
eso es arte
otros más
que se van a joder
enfurruñada en un rincón
arrepentida?
no pasa de un
empleaducho
sí, pero
el padre me adora
un profesional competente
porque le gano la plata en la bolsa
un apartamentazo en el
barrio de moema uno por piso trés suites
contraté
uno de esos maricones dinero no es problema él armó un lío a las
mujeres les parece raro entonces yo les digo la decoración es de fulano y
ellas anonadadas
sí, competente:
hace seis años escurría su pálida flacura por las
pocas sombras de las calles tristes de muriaé ciudad triste
hace cinco años vestíase con las primeras nieves de
fairfield ohio gracias a una beca del american fields recibida en un
concurso promovido por la logia del rotary club de muriaé ciudad triste
hace cuatro años aruñava sus inseguridades en el
citibank
sus seguridades en el citibank
hace dos años gana dinero para el
el viejo no me va a dejar
un carajo
hace un año cuida del negro de la corredora
todo se va a quedar para los
ella desembarca london-gatwick un anillo adquirido en
la portobello road en la palma de la mano
es tuyo
londres¿como estaba?
tun-tun
tun-tun tun-tun tun-tun
5. De
memoria
Vienen los tres, coleando, por el sendero estirado al borde de la
carretera. La oscuridad disuelve sus cuerpos, entrevistos bajo la escasa
luz de los faroles de los camiones, de los omnibus y de los autos que
adivina la madrugada. Caminan, el pasto alto y seco roza las piernas de
sus pantalones.
Son padre e hijo y un muchacho, conocido, que, alentado,
Sí, se
puede. Hace diez años que voy a pie. Es una bruta economia al final del
mes,
decidió acompañarles.
El hombre maneja la apiladera en una empresa de transportes en el
barrio del Limão.
El niño tiene diez-once años, aunque, cenceño, parezca mucho
menos. Ahora, dejó la escuela, vende panchos – con salsa de tomate o de
mayonesa – y coca-cola frente a la compañía en donde el padre trabaja.
A la noche, guarda el carrito en el patio de la empresa, los vigilantes lo
cuidan. Cuando crezca, perderse Brasil afuera, sueña, camionero.
El muchacho, desempleado, accepta cualquier destajo,
¡Está fea
la cosa!
El niño sigue adelante, el hombre en el medio, el muchacho detrás.
Este vale en oro lo que pesa, dice, orgulloso, el padre, intentando
adivinar los rasgos del compañero, que jadea asmático a su espalda, pies
husmeantes. ¡Es de una inteligéncia! ¿Lo quieres ver?
Voltéase, fija el letrero del omnibus que pasa velozmente,
“Garanhuns”, dice.
- Pernambuco, el niño contesta, automaticamente.
El muchacho desdeña, “¿Eso es?”
- Sabe dónde quedan todas las ciudades de Brasil, el padre
argumenta. Tiene un mapa en la cabeza, el peladito.
- ¿Todas?
- Todas.
El conocido entonces pára, voltéase, fija el letrero del omnibus
que pasa velozmente,
¡Mierda!
, no lo puede leer,
Muy rápido...
¡Mierda!
Avergonzado, piensa,
Alagoinhas
, el nombre de su
ciudad, “Alagoinhas”,
Esa no la sabe él
.
- Bahia, el niño contesta, displicente.
- ¿Es Bahia?, el padre pregunta, presuroso.
- Sí, el muchacho accede, contrariado.
Sin mirar hacia atrás, espera otro omnibus que pasa velozmente,
“Itaberaba”, nombre de la ciudad de su mujer,
Ahora no es...
“Bahia,
también”,
¡El mocoso lo acertó! ¡Culicagado!
- Te lo dije.
- ¿En donde lo aprendió él esas cosas?
- Pues, no lo sé...
- No es hablador, ¿sí? Oye, ¡niño!
- Sí... Es como medio
callado... Asalvajado...
Envanecido,
voltéase, fija el letrero del omnibus que pasa velozmente, “Governador
Valadares”.
- Minas
Gerais.
- ¡Espantoso!,
el muchacho confómase.
Caminan,
el pasto alto y seco pincha sus brazos.
- ¿Has
pensado llevarle a él a la televisión?
- ¿He?
-
Claro... a uno de esos programas adonde van las personas a responder las
cosas...
- ¿Televisión?
Televisión...
- Dá
mucha plata, ¿verdad?
- ¡Uy,
sí!
El
hombre busca el hijo que marcha adelante oculto dentro de una chaqueta dos
tallas más grande que la suya
los
omnibus los camiones los autos las luces de São Paulo
Televisión...
6. Madre
La vieja, desgalichada, tenazas
pegadas al asiento número 3 de la línea Garanhuns-São Paulo, no duerme,
cuarenta y ocho horas ya, suspensa, la velocidad del omnibus,
Dios mío,
¿para qué tanta velocidad?,
la charla del conductor con los compañeros
recogidos asfalto afuera,
Dios mío, ¡no le pone atención a la
carretera!
, devota, que el viaje
termine pronto, reza, ni al baño puede, queda
tambaleando sobrecabezas, y, alcanzando el mal olor del cubículo en el
rabo del pasillo, de nada serviría, aunque la vejiga aprietada, aunque
los intestinos sueltos,
¡Dios mío!
,
solo se alivia en las paradas, cesado el zarandeo,
¿Y
ahora? ¿Estamos cerca?
,
¡Paciéncia, abuelita!, Todavía tarda un
poquito
, el apestoso aire de ventanas cerradas, vidrios sudados, en el
piso, desparramados, papeles de caramelos, de bizcochos, servilletas,
bolsas plásticas, palitos de helado, basos desechables, botellas plásticas,
migajas de bizcocho-de-tapioca, de pan, de pan-de-maiz, harina, restos de
comida, pié de zapatito de chochet azul-niño, nochedía,
Y
la gente aún logra dormir, Dios mío, la bocarra cocodrila, ¡hasta
ronca!, ¡hasta babea!,¿como es que?
, barájanse dinstintos paisajes,
ciudades enoooormes, pueblito que, ¡zun!, pasó,
Y
las
cercas de alambre de espino, el leño, el pasto, el cupin, osamentas de
buey, urubúes, cielo azul, serpientes, seriemas, garrinchas, caga-sebos,
wolksvagens, carros, cavallos, bueyes, burros, bestias, botinas,
matorrales, beirais, chivos, boñiga, cucarachas, bichos, bananos,
bicicletas, arbolitos, árboles, árboles, árboles,
el motor
zumbando dentro del oído (zuuuunnnn)
Y
la
caatinga, los campos, la caña, la cuerda, la reguera, el río, el arroyo,
el riillo, el hilo de agua, el agua, el lupanar, el cuero, el cuerno, la
cabeza, la herradura, el charque, el sal, perros, cucharas, cuchillos,
tenedores, basos, platos, la mano, los olores, las chimeneas, los perros,
la catinga
atención
atención atención atención atención atención
el dolor,
los dolores, las dádivas, el dolor, los dolores, los dolores, edificios,
la chimenea, el humo, el cigarrillo, el humo, la harina, el frijol, los
fuegos, el fuego, el incendio, las gallinas, las gentes, los palos del
gol, las canchas de fútbol, jugadores, uniformes, colores asoleandose en
el colgador, el sombrero, la pelota, la abeja, la billa, los gatos, las
gallinas, las ventanas, los jipes, las jibóyas, las ventanas, las
ventanas, andarillos, el miedo, el meado, los muertos, los montes, las
montañas, los muertos, los montes, las montañas, los
el motor
zumbando dentro del oído (zuuuunnnn)
Y
nubes,
noche, la noche noche, la pala, el pie, el polvo, parajes, picaduras,
piedras piedras piedras, puentes, plantaciones, ratones, ropas, o sertão,
la sequía, el sol, el siléncio, el zumo, el sol el sol el sol el sol el
sol, anzuelo, el suelo seco, urubúes, umbúes, urubúes, la llanura, el
verde, el ceniza, las cenizas, y el olor a
atención
atención atención atención atención atención
blancas vacas en el verdor
del pasto, nubes estériles, ropa seca, carneseca, tierras, tierras,
tierras, el viento, el día verde-caliente, la tarde azul-friolenta, la
noche de estrellas empolvoradas, el mundo, mundogrande, que no se acaba más
nunca, y ¡
Oiga!, abuelita, ahora ya casi
la vejiga estofada, le
duele la barriga, la espalda,
¡Ay!
, las caderas,
¡Uy!
, las piernas,
¡Ay!, ¡Uy!
,
sin posición,
Mírele, abuelita, las luces de São
el hijo
esperando
¡Tantos
años!
Ganarse la vida en Sampaulo, en el Brejo
Velho
Dos veces solamente, ha vuelto, Dios mío
,
y eso de soltero, después, nadamás los retratos carreaban notícias, el
empleo, la novia-ahora-esposa, ellos dos, la casa descostillada, los
nietos,
y entonces le esperamos para quedarse el Dia de las Madres con
nuestra familia y todos nos vamos a poner muy contentos no se preocupe que
le voy a recoger en la rodoviária saludos a todos del
la vejiga
parotidítica, los intestinos pepitosos, ¿como leer en los ojos del
hijo?, saber si es feliz en el trabajo, en el matrimónio, si, pero
¡Ay!
,
la vejiga, la barriga, la espalda,
¡Ay!
, las caderas,
¡Uy!
,
las piernas,
¡Ay! ¡Uy!
, sin posición
En la rodoviária, parado, friega las manos.
8. Era um
niño
es un jesucristito alli así acostado ni parece un niño
el largo pelo rubio barbilla antiguos ojos miel un jesucristito estampa
comprada en un domingo de sol en la feria de la plaza de la república un
muchacho probando inconformado la suma de las cosas un chico formidable
experto en matemáticas y física y química que dominaba bien el portugués
y cursaba el nivel avanzado en la cultura inglesa un niño maravilloso músculos
enformados en el tae-kwon-do un muchacho adorable empujándole el carrito
de supermercado a la mamá en el pão de açúcar riéndose de su manía
de tardarse entre los stands calculadora somando y subtrayendo y
multiplicando y dividiendo hasta tropiezando en los números e irritada no
más cotejar el precio el peso fecha de caducidad y después de empilar
todo en los armários sentarse exaustos en la sala para ver el noticiero
nacional equilibrando el plato con las sobras del almuerzo en la palma de
las manos los piés apoyados en la mesita-de-centro y en esos momentos creíase
en sintonía con algo superior en harmonía con las fuerzas positivas del
universo y hasta perdonaba aquél que la había abandonado un niño por
crear necesito de tiempo y el jesucristito tomando cuerpo la ausencia de
la figura paterna le hará a él algún daño en la cabeza las
aprehensiones recelos no quisiera intrometerme hijo pero ese muchacho no
es buena compañía para tí mi hijo ah la volcánica adolescencia y
desdoblábase al fin de la jornada en el periódico en freelances en
revistas para que el niño frecuentara los mejores ambientes quisiera
legarle por lo menos eso incompetente que había sido para darle un padre
decente a veces llamaba como van las cosas ah ese mes no voy a poder
depositarles el dinero las cosas no han ido bien pero el mes que viene
siempre el latazo en el día del cumpleaño como andas campeón en la
navidad como andas campeón en el año nuevo como andas campeón a ver si
el año que viene salimos juntos de vacaciones eh y las notícias
se hizo socio en una acesoria de comunicación
he pensado seriamente en sacarme el pasaporte italiano
e irme a trabajar en la comunidad europea hacer cualquier cosa comprendes
se casó de nuevo
se volvió malmandado en la alcaldía las cosas que han
dado en
el los periódicos todo mentiras tu mamá que es
periodista lo sabe todo mentiras una basura es asqueroso
se separó y se fue a vivir con una muchacha veinte y
pocos años mucha celulitis no no la he visto pero me imagino hoy día son
todas así hasta las modelos no ves
está construyendo una mansión en alphaville
está viviendo en una mansión en alphaville
y ella pasando dificultades para pagar las cuotas del
apartamentito en jabaquara
(nunca quizo pelear en la justicia no quisiera estorbar
la relación del niño con el padre)
y él necesitando ponerse frenillos en los dientes
y aprendían tanta cosa dios mío leían la veja y la
folha de s. paulo y discutían los temas cuando chiquito le hacía cada
pregunta y ahora ella era quien se espantaba ante un mundo cada vez más
estrambótico y quisiera engancharse en la lucha por la preservación de
la naturaleza asociarse al greenpeace y en aquel día que llegó más
temprano tendinitis el diagnóstico el bañándose el computador prendido
entró en el cuarto para recoger la ropa tirada qué holgazán y los ojos
relanceron el descanso de la pantalla una enorme bu vagina el bolso se le
cayó en el revestimiento de madera el manojo de llaves se le cayó en el
revestimiento de madera su cara colorada se marchitó su corazón y pensó
dejar el cuarto fingir que nada pero los pies plantados el hijo cruzó la
solera asustados los ojos el cuerpo goteando toalla a la cintura la
algarabía de los papagayos en los ipés de la calle el bolso el manojo de
llaves desparramados por el revestimiento de madera del piso el poster
ozzy osbourne pegado en la puerta del ropero comiste algo hijo mamá
balbució yo y ella ya lo sé vamos a salir y comemos una pizza qué te
parece y la madrugada se disipa los amigos del colégio del edifício
amontónanse entorpecidos el humo la parafina compañeros conocidos
parientes voces velórias la silla a la cabecera corona de flores añoranza
es un jesucristito así acostado estampa comprada en un domingo de sol en
la feria de la plaza de la república diecisiete años en agosto
tan feliz tan lindo tan compañero tan querido tan
inteligente tan amoroso
dios mío por qué lo hizo dios mío por qué
9.
Ratones
Un ratón, parado sobre las patitas
traseras, rilla una cáscara de pan, observando los compañeros que se
esparcen nerviosos por sobre la inmundícia, como personages de un
videogame. Otro, más osado, prueba masticar un pedazo de tela emplastado
de caca mole, todavía fresca, y, desazado, aruña algo macío y caliente,
que inmediactamente se mueve, asustándolo. En el después, rehecho,
afierra los dientitos en la carne tenra, chilla. Excitado, el bando aproxímase,
en convulsiones.
El cuerpito débil, momificado en
harapos fétidos, denúncia el incómodo, el muslo de la pierna se
contrae, el pulmón se arma para el llanto, expele un murmullo entretanto,
un balbuceo de labios lastimados, un breve espasmo. La claridad
avergonzada de la mañana penetra desmañada por el techo de hojas de zinc
agujereadas, por las rendijas en las paredes de placas de outdoors.
Sinembargo, es nocturno todavía el barraco.
El chupador susio, de bico roto,
que el bebé mordiscaba, escabulló rodando por debajo de la hermanita de
trés años, que, a su lado, chupa el pulgar con la insaciedad de cuando
mamaba en los senos de la madre. El pequeño pecho rechinó todo el sueño
y ella tosió y lloró, porque las cobijas delgadas, colgajentas, que les
regalaron los crentes, el hermanito de seis años se había enroscado en
ellas.
El colchón-de-resortes-de-pareja
en donde se anidaban sobrevino en una tarde úmeda, manchas oscuras
dibujando la tela rota, cuevas vomitando polvo, acuartelado en el techo de
una kombi de carreteo, vencendo toda la Autopista de Itapecerica, desde la
Villa Andrade hasta el Jardin Irene, cuando vivian con el Birola, buen
hombre, el Birola. Una vuelta les llevó a los niños al circo, pallazos,
perros enseñados ropa-de-balerina, mono en velocípede, domador azotando
león desdientado dentro de la jaula, cavallos diestros, trapecista,
equilibrista, palomitas, tragador de espadas, manzana-del-amor, muchachas
en traje de baño, algodón-dulce, serrador de gentes, pirulito, paletas.
Entonces empezó a abusar de la más grande, ahora mayor-de-edad, a la época
trece años. Enojada, le hechó alcool en las partes, prendió un fósforo,
el fuego ardió la vecindad, salvó a los hijos, pero el tal, aquel, en
sueños de crack torró, carbón indigente.
De él heredó el niño, ocho años,
igualito, hombrecito. El año pasado, o a lo mejor antes, lo ignora,
reventó el comenzón, la espalda, la panza, las piernas, hecho todo una
herida, el pobre. Internado, las enfermeras ni un pio escucharon, ni un
nadita de reclamacion, un amor. Levou bronca del doctor, Absurdo, dijo,
Irresponsable, gritó, que la acompañara la señora asistente-social,
Sarna/chinche, ella ni siquiera se asomó.
Creen, es fácil, pero fuerzas no
las tiene más, aunque sus treinta y cinco años, boca sindientes, los
huesos tumefactos, los ojos, la piel pardusca, archipélago de pequeñas
úlceras, la cabeza zumbona. Y piojos explotan en los pixains encipoados
de los niños y ratas procrean en el estómago do barraco y chinches y
pulgas entrelázanse a los harapos de las cobijas y cucarachas guerrean en
las grietas. Ha pedido-implorado a que la de trece años le ayude, pero,
callejera, se pierde, dias y noches. La vió cierta fecha auto en auto
filando trocado en un señal en la Avenida Francisco Morato. Cuando
aprieta el frío, aparece.
La de once, ajuiciada, cria los más
pequeñitos: los carga para que tomen la sopa-de-los-pobres, los lleva
para que se bañen en la iglesia de los crentes, les cambia la ropa, los
cuida derechito, la nena. Y los hace dormir, contándoles invenciones,
cosas habidas y pasadas, situaciones entredichas en aquí y allí. Faz
gosto: no breu, su vocecita, encarrapichada en el osito-de-peluche que
naufragaba en la torrentada, encavernase somnámbula oídos adentro,
inoculando suenõs hasta mismo en su mamá, que gime bajito en un rincón,
el blanco-de-los-ojos hendido bajo el vaivén de
un cuerpo flaco y tatuado, otro más nunca antes
visto.
9. Lo que
quiere una mujer
Arreglándose en la
nariz los anteojos de masa negra, el asta izquierda pegada con
esparadrapo, los lentes de vidrio rayadas, la mujer penetra con vagar en
la pequeña cocina, dirígese a la pia, destuerce con dificultad la llave
cabestrillada con elástico y bramante entrelazados y lava un
baso-de-requesón, Frajola persigue Piu-Piu en el decalco. El marido, que
sentado a la mesa llevaba a la boca una taza de café con la mano derecha,
mientras la izquierda sostenía abierto un libro, ligeramente inclinado
para proporcionar foco a la vista astigmatizada, asústase, alza
los ojos,
¿Pasó algo?
Arrastrando pantuflas
deshilachadas, la sola encaroçada, la mujer aproximase de la mesa, coge
el termo, hecha un trago de cafe en el baso-de-requesón, parte un trozo
de pan francés dormido, príngalo de margarina, vuelve a apoyarse en la
pia.
¿Que es lo que estás leyendo?
, indaga, displicente,
agasajando la mano izquierda bajo el chal que abraza el camisón de alza.
Él, descansando el volúmen sobre las piernas,
Microfísica del poder... de
Foucault... Lo encontré en un sebo... en la plaza João Mendes
,
justificase, hastiado. Los dedos de la mano derecha
barren las migajas que se desparramaram por el mantel ajedrez, intentando
edificar un montecito único.
Por qué... ¿Por qué ya estás
despierta a estas horas?
Ella entreabre el vasculante de la
ventana que da para la calle y observa, resguardados por la luz anémica
del poste, los primeros pasageros del autobus que dentro de un rato
empieza a circular. Mastica el pedazo de pan, empújalo con lo que quedó
del café. Voltéase y, como si en una aula, calibra un punto imaginário
en la pared contrária, en la altura de la caja de energía griz, a medio
camino entre el armário de acero rojo oxidado y la nevera amarilla
cojeante
anoche venía del colegio el tránsito todo
completamente parado en la altura del Limoeiro un monton de autos de la
policía sirena prendida un tremendo lío y yo sola muriéndome de miedo
yo que sé uno no se dá cuenta de lo que le pasa por la cabeza en esas
horas entonces
(El marido llena la taza da cefe, prende un cigarrillo,
un insecto escala su mano abierta)
empecé a escuchar los balazos pensé en huir pero todavía corría
el riesgo de que me robaran el auto ¿te lo imaginas? saqué la llave de
arranque me acosté en el asiento
de
bruces miedo de morirme allí sola y entonces pasó algo chistoso como que
desmayé viajé en el tiempo yo que sé me ví otra vez muchacha con mis
compañeros del grupo-de-jóvenes en una excursión ni me imagino adonde y
alguien tocaba guitarra y cantábamos e reíamos y entonces empezaron a
silvar detrás mío y asustada dí un salto prendí el auto engatei a
primeira y vi los soldados en la acera arrastrando por las piernas dos
tipos ensangrentados debían de estar muertos ya y varios otros sentados
el la guia solo en pantaloncillos manos en las nucas como en las escenas
de películas americanas
(El marido descruza las piernas, aplasta la guimba
en el platillo, agobiado confiere las horas en el reloj de parede.)
La mujer pastorea los ojos
soñados por entre el humo azulado que se dispersa próximo a la lámpara
de cuarenta velas prendida.
La vecindad desperézase
una discusión, luego abortada
una puerta que se cierra
un radio prendido
perros que ladran
la puerta de acero descierrada de la panadería
pasos rápidos en la acera
un bebé que desgañita
una sirena, a lo lejos “
¿Policía?
”
el autobus arrima,
los pasageros apúranse, arranca
y yo
decidi que esa vida no la quiero más no la quiero
(El marido, impaciente, “
Me voy a
retrasar
”,
Pero...
me harté
nada vale tanto sacrifício trabajar trabajar trabajar ¿para qué? si
casi no nos vemos más no salimos a ninguna parte hace cuanto ya ni me
buscas más
prende otro cigarrillo, se para, camina en dirección
a la mujer,
Sí... es
cierto... tenemos que arreglar unas cosas... Pero... sinceramente... no me
parece... que... que las cosas estén tan malas como para...
el
problema es que te contentas con cualquier cosa para tí como sea está
bueno
Intenta enlazarla en los brazos marinos de su blusa
descosida, ella se desvencija, voltéase para el basculhante, afuera
bostezos del día.
¿te has
enterado de que estoy debiendo plata de nuevo en el banco? ¿sabes por qué?
porque lo que nos ganamos no alcanza para el més y lo peor es que no
logramos salir de esta mierda estamos cada vez más
Estás
hablando muy alto...
Ansioso, el pastor-alemán aruña la puerta de la
cocina, lloriquea. En la contraluz, el crepúsculo de la mujer.
Cálmate...
los niños... se van a despertar... Cálmate...
¿calma
qué? me cansé ¿no lo vés? estoy cansada muy cansada cansada de vivir
con un un lunático que la única cosa que valora en la vida son esos
libros que nadamás sirven para llenar la casa de hongos y enfermar a los
niños solo para eso y a ese ese ese estilo de vida esa opción por la
pobreza ay por amor de dios lo que hace diez años me encantaba hoy me
aburre
Pero
déjame
hablar no he terminado todavía déjame desahogar yo nunca hablo
Los niños...
vas a despertar a los
Fico
segurando as pontas aqui dentro de casa ni siquiera para cambiar una lámpara
sirves claro tienes muchas cualidades eres fiel honesto trabajador pero
una mujer una mujer necesita mucho más que eso mucho más
Pero
el problema el problema
es que llegué a una conclusión una conclusión terrible tu en el fondo
eres un inconformista conformado en el foondo lo que tu quieres es seguir
dando tus clasuchas porque en el aula nadie te jode nadie te cuestiona
Pero
la nuestra pobreza es una excelente escusa para tu
falta de empeño de osadia de corage tú ocultas tú cobardía tu falta de
vigor trás tú inconformismo intelectual como si el mundo estuviera muriéndose
de miedo de tu indignación ja ja ja
Pero
una mujer una mujer necesita mucho más que eso pero
mucho más mi amor tú no vés el futuro mi amor porque tú no tienes
futuro
Pero
tu no lo entiendes nunca lo entendiste tu crées
realmente que la vida se resume a eso vivir mal deberle a toda gente nunca
tener plata para comprar algo diferente para comer fuera viajar
Pero
eso es quedarte metido en la casa tensa a la hora de
salir tensa a la hora de volver rogando a que nuestros hijos no se metan
con la bandidaje del barrio no se metan con drogas
El marido prende otro cigarrilo, sacude el salvado que
quedó pegado a la ropa, junta los libros, pone los anteojos,
discúlpame yo yo no quisiera ofenderte
No no me ofendiste...
es que estoy estoy tan cansada
Yo lo sé... necesitas unas vacaciones... descansar un
poquito...
no lo que necesito es ay olvídalo
no lo entenderías olvídalo
escancara la puerta que abre para un patiocito
cementado, una brisa fría y el perro entran atolondrados, la mujer agasájase,
él comprime su brazo con cariño,
Hay
que tener fuerza... persisténcia...
estoy
envejeciendo el tiempo se está agotando
acarícia la cabeza del pastor-alemán, que, agitado,
aguarda un orden).
Hace
falta lavar el pátio... ¡mira qué olor! ¡Quieto! ¡Quieto!
Ella cierra la puerta da la sala
y apoyándose en la maçaneta
oye el crujido del portón
el motor del chevete
perros que ladran
pasos en la acera
voces
un autobus que arranca
el crujido del portón
el motor del chevete
voces
?quien es ese hombre, dios mío, cara gorda
puente-mueble panza-de-barril ropas destartaladas sin amigos
que gasta las mañanas de sábado lavando al perro y al
patiocito latas de cerveza y tapas espetados en el palito
que gasta las tardes de domingo viendo al fútbol en la
televisión
latas de cerveza y tapas espetados en el palito
y que duerme en su cama
y que es el padre de sus hijos
y que
dios mío
ya no reconoce ¿quien es ese hombre quien? |
Luiz Ruffato
Versión en español de Simone Ruffato
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