Concepciones encauzadoras del desarrollo de los procesos docente-educativos en la Educación Temprana Dra.
María Guadalupe Rodríguez Martínez |
Las
concepciones científicas aplicadas al proceso educativo de los Centros de
Desarrollo Infantil (CENDI) del Frente Popular “Tierra y Libertad”, de
México, básicamente se basan en el marco conceptual normativo, enfocado
en el constructivismo y donde destacan como principales exponentes Lev S.
Vigotsky y Jean Piaget. Así
mismo, estas concepciones se han venido robusteciendo con otros aportes teóricos
como son las neurociencias y las teorías de las inteligencias múltiples,
entre otros. Uno
de estos aportes científicos son las teorías de las Inteligencias Múltiples
de: Howard Gardner y Thomas
Armstrong. Howard
Gardner refiere desde su propia disciplina, la psicología del desarrollo,
la teoría de las Inteligencias Múltiples, basada en testimonios neurológicos,
evolucionistas y transculturales. Identifica diferentes componentes de la
inteligencia[1],
su forma de relacionarse y de realizarse. El desarrollo de la inteligencia
se determina por el grado de influencias externas, culturales, económicas,
sociales y éticas, interacciones que limitan o favorecen las
potencialidades del individuo en un contexto cultural determinado. Aunque
se somete a debate teórico la acepción de Gardner de inteligencia como
talento o como capacidad, el investigador defiende el concepto de
capacidad humana como inteligencia. Aunque no determina cómo se
relacionan las diferentes inteligencias, establece siete tipos de
inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial,
cinestesico-corporal, interpersonal e intrapersonal. Esta teoría aplicada al contexto educativo,
implica una metodología que promueve las
potencialidades humanas en distintos ámbitos asociadas con las
condiciones del niño y los requerimientos de la sociedad. Thomas
Armstrong comparte con Gardner el enfoque científico de inteligencias múltiples
al sostener que al ser humano no sólo se le puede evaluar en una sola
dimensión. Armstrong agrega a la teoría de Gardner la inteligencia
naturista y desarrolla una metodología para descubrir y estimular las
inteligencias múltiples en los niños, hace énfasis en que cada niño es
diferente y su forma de aprender también lo es y que el desarrollo del
talento depende de ambientes estimulantes. Esa
nueva teoría del aprendizaje, indudablemente representa un valioso aporte
para la educación infantil, etapa donde se determinan las bases de la
personalidad. Como
hemos mencionado las anteriores concepciones científicas, fortalecen los
aportes teóricos de Lev S. Vigotsky y Jean Piaget en la instrumentación
del trabajo educativo en los Centros de Desarrollo Infantil (CENDI) del
Frente Popular “Tierra y Libertad”. .
Hoy
esos principios educativos, se
enmarcan en una concepción constructivista del aprendizaje escolar y de
la intervención pedagógica, que considera que los maestros deben partir
de los conocimientos previos de los alumnos, que los aprendizajes deben
ser significativos y funcionales y que el modelo a fomentar debe ser el de
“aprender a aprender”. La
Pedagogía operatoria como proyección del pensamiento piagetano,
propone como objetivo formar personas capaces de desarrollar un
pensamiento autónomo, que produzca nuevas ideas y sean capaces de avances
científicos y culturales, no limitándose a los aspectos científico-culturales,
sino también a lo concerniente a las relaciones interpersonales.
Es necesario que estas últimas sean objeto de reflexión y de
transformación. La
pedagogía operatoria busca un cambio de paradigma educativo.
No es suficiente con modificar el sujeto que enseña, el ambiente
que rodea al niño y las técnicas de aprendizaje, sino que todo ello ha
de partir de las características del sujeto que aprende. Todo
aprendizaje, desde sumar, escribir una palabra, modificar una actitud para
poder cooperar en el grupo, requiere de un esfuerzo constructivo por parte
del niño, sin el cual los nuevos conocimientos serán más aparentes que
reales, y se desvanecerán rápidamente. Por
el contrario, el proceso constructivo da lugar a una toma de conciencia
por parte del niño no sólo del resultado de su conducta si no, y sobre
todo, del camino que ha requerido para elaborarla.
Este camino, que es el que irá configurado su organización
intelectual y personal, será el que podrá generalizar a nuevas
situaciones y modificar en función de las características peculiares de
cada una de ellas. En
la pedagogía habitual los razonamientos son sólo del maestro, pero no
han influido en los sistemas de conocimientos del niño y, por tanto, será
difícil que pueda utilizar un instrumento similar en su vida cotidiana.
El niño debe construir sus estructuras mentales por sí solo, siendo este
el camino del verdadero aprendizaje y desarrollo. Factor
clave en esta percepción son las aportaciones de Vigotsky L.S.,
respecto a la zona de desarrollo próximo, con la consideración del
aprendizaje como un proceso que debe situarse entre el nivel de resolución
independiente de un problema por el propio alumno y el potencial en que la
resolución viene determinada por la colaboración de una persona adulta o
más capaz, transformando los enfoques actuales sobre el proceso de enseñanza–
aprendizaje. Otro
postulado de gran importancia es la “diversidad”, que parte del
principio de respeto a las diferencias individuales. A partir de este
principio, todo maestro vinculado a la educación infantil,
percibe la diversidad en su aula a través de factores como: las diferencias físicas, las diferencias de
edad, de sexo, niveles socioeconómicos y aspectos psicológicos,
como fundamentales. La
orientación dialéctico-materialista de la psicología socio-histórico-cultural
constituye la principal divisa para el abordaje de la diversidad. Con ese
prisma, la psicología de Vigotsky elabora una comprensión dialéctica
del desarrollo psíquico acentuando, como diríamos hoy, su carácter
iterativo, punto de partida de capital trascendencia, para el tratamiento
de la diversidad. Pero
si este argumento lo complementamos con la tesis de Vigotsky acerca de la
naturaleza social del desarrollo psíquico del sujeto, es decir, con su
comprensión del papel determinante de esta interacción, con los factores
sociales, que le hace concebir al hombre como un producto del desarrollo
histórico social, mediatizado culturalmente, estaremos aportando, en mi
opinión, el principal sustento teórico-metodológico, para la comprensión
de la pedagogía de la diversidad. Consecuentemente,
la pedagogía de la diversidad, nos orienta no sólo hacia la consideración
del papel del alumno, sino hacia la apreciación de las múltiples
posiciones y roles que este mismo sujeto, en condiciones también
diversas, asume. Teniendo
como sustento esta plataforma vigotskiana en su proyección, intentaremos
esbozar algunos de los conceptos elaborados por la escuela socio-histórico
cultural que pueden integrar, en nuestra apreciación, el necesario
basamento teórico de la pedagogía de la diversidad, aún por desarrollar
en toda su profundidad y alcance. Una
aproximación al aprendizaje, inspirada en la escuela de Vigotsky, pondría
de relieve el carácter social de este proceso, cuya manifestación
individual se expresa en la transformación del sujeto. Para el
aprendizaje, resulta entonces decisiva la interacción con otros sujetos,
en una clara derivación del razonamiento, brillantemente retomado
por Vigotsky, que expresa que
"lo que es imposible para uno, es posible para dos".[2] En
la posibilidad de aprendizaje que todos los niños tienen, la ayuda de los
demás (padres, maestros, coetáneos, entre otros) desempeña un papel
determinante. La posición del educando ante la misma nos revela una
arista de la diversidad de gran trascendencia. Este
es la fundamentación que permite lograr la real interacción entre los
sujetos, a partir del establecimiento, en la zona de desarrollo próximo,
de un criterio de paridad en sus relaciones interpersonales, de alcanzar
que todos los implicados perciban el beneficio de su participación en
este intercambio y hagan de la reciprocidad
un rasgo distintivo de la zona de desarrollo próximo. Para
el razonamiento que venimos desplegando,
son de interés las ideas de Valsiner que avanzan conceptualmente
en la comprensión del papel de la interacción en la construcción del
pensamiento y del conocimiento. Por una parte,
utiliza el concepto de affordance para referirse a
complementariedades que se establecen entre el niño y su entorno. Entre
todas las affordances disponibles sólo unas cuantas se materializan.
A este conjunto Io denomina efectividades.
Las “affordances” específicas establecen y definen las acciones
posibles para el niño (los objetos, los instrumentos que permiten que
hagan con ellos determinadas cosas o no). Cada
individuo vive y se desarrolla en un nicho ecológico concreto, el
conjunto de affordances definen ese nicho,
para la estructura de las acciones que cada individuo,
podrá realizar en su entorno. El
citado autor propone los conceptos de Zona de Movimiento Libre (ZML) y
Zona de Acción Promovida (ZAP). Además establece que las ZML están
construidas socialmente, son un producto de la interacción del niño con
su entorno social. De igual manera consideran que son estructuras
cognoscitivas, que organizan
las relaciones del niño con su medio. Cada
uno de nosotros puede llegar a las conclusiones correspondientes, teniendo
por nuestra parte, la única aspiración de que las mismas resulten de
utilidad en el debate por una pedagogía de la diversidad, en la cual la
obra de Vigotsky tiene todavía mucho que aportar. Como
se deriva de lo hasta aquí expresado, el enfoque socio-histórico
cultural, nos orienta hacia
un análisis de la diversidad. Se
impone, desde nuestra perspectiva, la necesidad de profundizar en el
debate de la inclusión, en cuya fundamentación política y argumentación
pedagógica, con sus matices, podemos coincidir, quedando un amplio camino
por recorrer en su implementación didáctica, es decir, cómo lograr una
inclusión real, que descanse en una efectiva respuesta a la diversidad,
donde se privilegie además, la infancia temprana. El
grupo escolar es apreciado aquí, como
un importante ámbito de integración, aunque no es el único. En nuestro
criterio, también existen
otros ámbitos, entre los que destacamos,
el de la familia y el entorno social cercano (comunidad, barrio,
vecinos, etc.), cuyo aporte, en
el logro de una plena inclusión, es
determinante. La
familia, constituye el primer
ámbito natural de inclusión. Si no se parte de una plena aceptación,
comprensión y ayuda mutua, entre
los individuos que integran este ámbito de manifestación de la
diversidad, los esfuerzos que se realicen en otros, particularmente a
nivel escolar, difícilmente logren el éxito deseado. En ocasiones,
se pretende encontrar en otros ámbitos, sobre todo en el escolar,
lo que a nivel familiar no se alcanza, lo cual dificulta el pleno proceso
de inclusión. Al
referirnos al entorno social cercano, nos representamos el sistema de
relaciones sociales, que se
establecen en la comunidad, en el barrio, con Ios vecinos y personas
afines, que mucho pueden contribuir al logro de una plena inclusión de
todos, que abarcan también a aquellos que presentan necesidades
educativas especiales. La
amplia flexibilidad de este sistema de relaciones, la diversidad de
actividades que se generan, el predominio de momentos lúdicos, de
esparcimiento y recreación libre entre los niños de un determinado
entorno, hacen de este
espacio, un ámbito propicio para Ia inclusión, es decir, para la total
expresión de la diversidad. Sin
embargo, hoy es difícil
apreciar el favorable papel de este entorno social cercano. Se vienen
produciendo manifestaciones de aislamiento, generadas por la exaltación
de sentimientos individualistas. La acentuación de las diferencias económicas,
sociales e incluso raciales, son un serio obstáculo para lograr la
inclusión, en un plano donde, para alcanzarla, se requiere ante todo de
voluntad y decisión política. Los
elementos esbozados en relación con los ámbitos de inclusión familiar y
del entorno social cercano, nos conducen a pensar que el logro de dicho
propósito en los referidos contextos, constituye más una cuestión de
proyección y transformación social, que poseen una alta prioridad, para una concepción educativa consecuente. Es
imprescindible, asegurar las condiciones fundamentales, para que la
educación desarrolle realmente a todos sus integrantes. La
importancia de “partir de donde el niño se encuentra y de llevarlo un
poco más allá”, lo que “no se consigue habitualmente con una
interacción esporádica y momentánea, sino que exige una labor
caracterizada por la continuidad, de acuerdo con el principio según el
cual las influencias más persistentes y estables son también, en
general, los que tienen mayor impacto sobre el desarrollo…"[3]
Dado
este enfoque multilateral y holístico del proceso de educación, se
debate entonces la cuestión de quiénes son, o deben ser los agentes
principales en esta atención integral, lo que implica la consideración
del papel que corresponde a la familia y los demás agentes de la
comunidad. Notas:
[1]
Gardner, Howard. “Estructuras de la mente. La teoría de las
inteligencias múltiples” p.p.79. Fondo de Cultura Económica, México,
1995. [2]
Vigotskaia G.L.
y Lifanova T.M. “L. S. Vigotsky. Vida, obra, rasgos para un
retrato” p.p.204. Smisl,
Moscú, 1996. [3] Vigotskaia, G.L. y Lifanova,T.M., Ibídem p.p.370. |
Dra.
María Guadalupe Rodríguez Martínez
cendi@prodigy.net.mx /
dg@cendi.org
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