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El Pensamiento de Manuel Agustín Aguirre
Germán Rodas Chaves
grodas@uasb.edu.ec 

Aguirre nació en Loja en 1903. Su trascendencia histórica está ligada no solamente al desarrollo en el Ecuador del pensamiento crítico de buena parte del siglo XX, sino a la construcción de la teoría, -y de la praxis-, que, en nuestra Patria, sustentara al socialismo científico a partir de la interpretación de nuestra realidad.

Manuel Agustín Aguirre inició su vasta producción escribiendo renglones cortos.  Allí, en sus poemas, se descubre el hombre de la enorme sensibilidad humana, el ser entrañablemente cariñoso por su pueblo y vívidamente, desde entonces, sintonizado con las grandes causas del género humano.

En su ciudad natal, en 1925, Aguirre es uno de los organizadores y fundadores del grupo “ La Vanguardia” que habría de constituirse no solamente en un núcleo de reflexión local, sino en un laboratorio para aprehender el pensamiento progresista y de cambio que, entonces, llegaba del Perú en la voz de Mariátegui.  Tal núcleo lojano fue, a su vez, el centro inicial del Socialismo Ecuatoriano en aquella región.

La recia formación profesional, su permanente estudio, su compromiso con la lucha social y con la causa de los humildes, con los sueños de los latinoamericanos, prontamente lo llevarían a formar parte del ejército de la transformación estructural ecuatoriana y, además, a liderarlo con singular talento, energía y convicción.

Aguirre fue un político fundamental en la vida de los ecuatorianos. “La gloriosa de mayo” del 44, no puede ser comprendida sin la figura de Aguirre, elemento central en la caída del Presidente Arroyo del Río y en la fervorosa presencia del socialismo ecuatoriano en tal periodo.  La Constituyente de 1945, como lo decía el propio Aguirre, escribió la lucha del pueblo y allí, en esa tarea, el lojano ilustre fue uno de sus fundamentales artífices.

La convicción de sus ideas haría que fuese motivo de persecución, de prisiones de expatriación. Empero, jamás dejó de lado su tarea militante al servicio de las causas sustantivas del país. El Rectorado de la Universidad Central, la fundación de la Facultad de Economía en tal centro de estudios superiores denotan, también, su compromiso con la juventud y con la actividad académica.  El aporte en todos los ámbitos referidos fueron sus armas hasta los últimos días de su vida, aquella que se extinguió en 1992.

Todo este trajín humano de Aguirre es sobriamente analizado en el reciente libro de Víctor Granda Aguilar, denominado “Manuel Agustín Aguirre y el Socialismo Hoy” puesto en circulación por Ediciones la Tierra y que fuera presentado hace pocos días en la Universidad Central ante un numerosísimo público interesado en releer respecto de la vida de uno de los ecuatorianos más formidables del siglo anterior.

Algo más: el autor logra un efecto adicional con la lectura de su libro. Nos convoca a la reflexión respecto de una de las doctrinas y corrientes políticas contemporáneas que ha proclamado la transformación estructural de nuestras sociedades, en el preciso momento en que, -en una alquimia perversa-, se induce a desfigurar lo esencial de su aporte histórico y filosófico, para someterla en los escaparates donde nos venden la realidad a costa de cualquier demagogia.

Bien por Granda Aguilar al recuperar, con solvencia y talento, a una de los personajes que hicieron la historia del siglo XX cuya luz no solo que no se difumina, sino que tiene todo el esplendor que exige los momentos de desconcierto ideológico que pululan en muchos rincones de nuestro Ecuador.

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